La Legislatura salteña acaba de aprobar un proyecto de ley suspendiendo las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) en dicha provincia.
Fundaron esa decisión en estos tres principios 1) Costo económico, 2) situación sanitaria y 3) la necesidad de revalorizar a los partidos políticos.
No hemos referido en términos genéricos a este tema en diversas oportunidades, pero resulta necesario
hacer un sintético repaso.
1) Costo económico: Digamos, como principio, que conforme lo establece la Constitución Nacional, en su artículo 38, los partidos políticos son instituciones “fundamentales” de nuestro sistema y el estado debe contribuir a su sostenimiento económico, disposición análoga en la Constitución de Salta
( artículo 53).
Sin perjuicio de compartir el criterio de ser mesurados en los gastos del erario público, digamos que a nadie se le ocurriría, ni tangencialmente, suspender -aún en forma excepcional- el funcionamiento de los poderes legislativo o judicial con pié en el costo que ello irroga
2) Situación sanitaria: Las elecciones PASO se realizan no sólo bajo el control de los organismos electorales correspondientes, sino que todas las tareas son efectuadas por el Estado y, en este caso particular, como ocurre en todas las elecciones realizadas en Pandemia en el Mundo, todo el protocolo sanitario es dispuesto, supervisado y controlado por el Estado.
De tal forma las elecciones PASO se realizarán con todas las seguridades que el caso requiera estando previsto, aunque aún esté en ciernes su implementación a nivel nacional, un Comité de Seguimiento conforme lo dispuesto por la Acordada de la Cámara Nacional Electoral ( de junio de 2020) e indicado por la Dirección Nacional Electoral – (ver nuestra nota “Posibles Escenarios de las elecciones post pandemia “ en Infolaplata 14/5/20)
Suspendiéndose las elecciones primarias abiertas deberán los partidos reformar sus respectivas cartas orgánicas, por intermedio de sus Convenciones y Congresos Partidarios en forma presencial o virtual
según sea el caso con todos los inconvenientes que ello acarrea. Lo que no es poco.
En principio, si se mantuviesen elecciones cerradas (participan solo los afiliados de cada partido), en las fechas en que cada partido lo disponga y, adelantemos la opinión, sin ningún tipo de control sanitario y, en caso contrario, con un costoso contralor.
Antes del establecimiento de las primarias muchos partidos políticos habían establecido sistema de selección de candidatos en elecciones abiertas. En ellas podían participar la totalidad de los afiliados y el resto de los ciudadanos, afiliados o no.
Caso contrario podrían participar los afiliados a cada partido excluyéndose del padrón general los afiliados a otras asociaciones políticas, pero siempre la cantidad de votantes nos daría una cifra muy cercana a la totalidad de los inscriptos en el padrón general.
Digamos entonces que cada partido convocará a elecciones, luego de que sus convenciones o congresos dispongan en el marco de sus respectivas autonomías los sistemas de selección, en las fechas y oportunidad que más les resulte conveniente. Podrán adoptar o no sistemas de prevención sanitaria de acuerdo a las modalidades y experiencias vistas en el Planeta.
3) Revalorizar a los partidos políticos: Debemos resaltar ahora que, esencialmente, a partir de la crisis del 2001, se han dictado normas, precisamente, para fortalecer a las asociaciones políticas.
Las PASO han contribuido en gran medida y reencauzado la actividad política y, tal vez como un fin no querido, estableciendo formas de consenso mediante la instrumentación circunstancial de alianzas y frentes electorales en donde la mayoría de los partidos políticos ha reencauzado su accionar y también en beneficio del elector que tiene opciones más claras y reducidas de la oferta comicial .
He señalado más arriba la actividad que deberán ahora realizar los partidos políticos, que incluirá debates necesarios para que cada fuerza política establezca su forma de selección de candidatos mediante innumerables elecciones internas en el territorio salteño
La Provincia de Salta cuenta, a la fecha, con 30 partidos provinciales y 68 agrupaciones municipales, cuyos órganos deliberativos deberán reunirse en convenciones o congresos con todas las dificultades que, pandemia mediante, irrogará.
Debemos señalar en tal sentido que en las últimas elecciones contendieron solamente cinco fuerzas provinciales (elecciones 2019) y ahora podrán hacerlo aproximadamente treinta partidos, mas allá de la
eventual conformación de alianzas, posteriores a las elecciones internas.
Queda claro que las Provincias se reservan todo el poder no delegado, por la Constitución Nacional, y la ley dictada lo ha sido en el marco de una invulnerable autonomía provincial, pero entiendo que los argumentos invocados no resisten el más mínimo análisis.
Para finalizar debo señalar que, también como principio, no participo de la idea que el estado tenga injerencia en la vida interna de los partidos políticos, pero este sistema de preselección de candidatos ha servido, en alguna medida al fortalecimiento de la actividad política o, al menos, electoral.
Veremos en el futuro los resultados de esta decisión.