La encuesta fue realizada por la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara), contemplando respuestas de unas 134 empresas de toda la cadena de valor del sector.
Cuando se les preguntó a los encuestados respecto de la situación económica del país para los próximos tres meses, el 50% de ellos indicó que espera estabilidad, el 27% que será peor que hoy y 23% que mejorará.
Sin embargo, al extender el plazo de la pregunta hacia fines de 2021, el 56% de los encuestados espera que la situación mejore, el 22% dijo que estará igual y el 23% respondió que todo empeorará.
En cuanto a la situación particular de cada empresa encuestada, el resultado está relativamente polarizado: el 47% respondió que noviembre fue un mejor mes del que esperaban y 37% declaró que le fue peor de lo esperado. Al restante 16% le fue en línea con sus expectativas, según el informe publicado este miércoles por Acara.
Respecto de diciembre, casi la mitad (48%) espera que sea un mes similar a noviembre, mientras que 33% augura que sea mejor y el 20% prevé que será peor.
En correspondencia con las expectativas de largo plazo para la situación general del país, el 66% de los encuestados respondieron que espera estar a fines de 2021 mejor que hoy, el 22% declaró que espera estar igual y el 12% dijo que prevé estar peor.
El patentamiento de vehículos registró un aumento del 33,9% en noviembre con relación a igual mes del 2019, la suba interanual más alta en lo que va del año. El volumen de vehículos radicados durante noviembre experimentó una baja del 7,8% contra octubre anterior, aunque se debió a que hubo un día menos de actividad.
De acuerdo con este relevamiento, durante noviembre se patentaron 34.563 vehículos respecto de las 25.803 unidades de igual período de 2019.
EL IMPACTO DE LOS IMPUESTOS
En este marco desde el sector advierten que el impuesto interno a los modelos 0Km se convirtió en una de las barreras más peligrosas para el mercado automotor y genera dudas respecto a la decisión de concretar o no ventas a partir de cómo queda cada modelo respecto al gravamen.
El problema radica en que según el valor de la unidad, puede subir más de $500.000 en un mes, y eso impacta de lleno en el negocio.
El último ajuste del gravamen se registró el 1° de diciembre, y fue de 8,93% correspondiente al trimestre julio, agosto y septiembre que surge del Sistema de Índices de Precios Mayoristas y que regirá hasta fines de febrero.
A partir de eso quedó establecido que los vehículos con un valor superior a los $2.250.000 serán afectados por la primera escala, con una alícuota de 20 por ciento.
En tanto, la segunda escala, se aplica a partir de los $4.150.000, con un incremento de 35 por ciento.
En dólares, en el primer caso quedan afectados los autos a partir de U$S28.000; mientras que en el segundo, afecta a los modelos desde U$S 51.000. Es decir, gran parte del parque automotor, a partir del segmento medio, empieza correr riesgo de ser impactado.
Ante esta situación, algunas marcas decidieron dejar de vender modelos o versiones, porque pueden ser afectadas por el gravamen. En tanto, cada vez más modelos medianos quedan contemplados afectando el criterio con el cual se creó el impuesto, es decir que afecte a los modelos de lujo.
En el mes de diciembre, además, se sumó que las automotrices aprovecharon y hubo grandes subas de precios para volver a dejarlos cerca del impuesto, pero sin que este los afecte. Lo cierto es que las marcas premium tienen todos sus modelos afectados por esta medida, ya que ningún vehículo de alta gama cuesta menos de 28.000 dólares.
Pero, los modelos de marcas masivas están cada vez más los afectados por el impuesto interno y ya se encuentran algunos del segmento mediano, como es el caso del Toyota Corolla; la totalidad de los grandes, como Ford Mondeo, y muchos de los SUV.
En este último caso de los SUV, al comienzo solo afectaba a los de segmentos superiores, pero ahora alcanza también a los más chicos.
Un caso emblemáticos es el Volkswagen T-Cross, uno de los modelos de entrada de gama de la marca (ahora se sumó el Nivus), cuya versión tope de gama saltó a un valor por encima de los $2.600.000 al ser alcanzado por el gravamen. Además, la marca discontinuó la versión llamada Hero, la tope de gama, para evitar los valores tan elevados.
En el caso de Volkswagen tampoco se encuentran en el listado de precios el Vento GLi, discontinuado cuando fue alcanzado por esta medida, mientras que el Polo y Virtus GTS, los más deportivos del segmento chico, fueron alcanzados por el impuesto y superaron los 2.700.000 pesos, además de aumentar más de $100.000 en un solo mes. En la marca alemana, los Volkswagen Golf y Tiguan también tienen que pagar impuesto interno y se encuentran por encima de la segunda escala, superando en ambos casos los 3,5 millones de pesos.
Renault es también afectada por el impuesto interno golpea al único SUV mediano que venden en el país, Koleos, provocando un incremento por encima de los 3,5 millones de pesos. Sin embargo, en este caso también se aprovechó el cambio de la escala de precios de diciembre, y en 30 días el modelo pasó de $3.733.000 a $3.900.000.
En Chevrolet se da el caso especial donde la brecha de precios entre un modelo y otro, dentro de la misma gama, tienen diferencias de 2 millones de pesos. Es el caso de Equinox, el SUV mediano de un promedio de $2.150.000 salta hasta los $4 millones, producto del gravamen.
En el caso de Ford, ningún modelo fue discontinuado de su oferta por el impuesto interno, aunque varios de ellos fueron alcanzados por el gravamen. El ejemplo más representativo es la EcoSport: por ahora la marca lo mantiene debajo del impuesto interno, pero después de la suba del impuesto en diciembre aprovechó a acomodar los precios y las versiones más equipadas pasaron de $2.065.000 a superar los 2.213.700 pesos.
Luego, el resto de la oferta de SUV, tanto Territory como Kuga, los modelos que completan su gama, tienen que pagar el impuesto, ya que superan los 3 millones de pesos, y lo mismo pasa con el Mondeo.
Honda también siguen ofreciendo las mismas versiones de sus productos pero algunos dentro de la misma gama fueron alcanzados por el impuesto, como es el caso del modelo más vendido de la marca, el HR-V, que sale $2.900.000 en su versión más completa.
Toyota también decidió sacar el tope al Corolla y las versiones más equipadas promedian los $2.600.000, es decir, el sedán mediano, tiene que pagar impuesto. Y en Peugeot, por último, el 3008 está al borde de caer en la segunda escala del impuesto, mientras que mantienen al límite los modelos de producción nacional, como 308 y 408.