“Habrá que seguir muy de cerca los casos durante un tiempo para saber si el aumento que vemos tras el fin de semana largo de diciembre (cuando se movilizó medio millón de personas por el país) es algo transitorio o no”, dijo el bioquímico y doctor en ciencias exactas Guillermo Docena, pero no obstante opinó que ante el casi total relajamiento de la sociedad “es momento de empezar a reforzar medidas, así como la comunicación sobre lo que está ocurriendo y el potencial impacto que tendrá en la circulación viral”.
El especialista, ex titular de la Sociedad Argentina de Inmunología, mantuvo una charla con 90lineas.com donde apuntó que los planes de vacunación no deberían modificarse por la evolución de la situación epidemiológica, aunque observó que esa planificación calculó una segunda ola para marzo-abril, de manera que si se adelanta la gente debe saber que no se vacunará a quienes presenten síntomas.
El ‘diario del lunes’ que nos escribe Europa tras su súper flexibilización del verano y el fuerte rebrote actual parece ser que aquí no lo estamos leyendo. ¿Ya empezó el rebrote en el país?
“Es así, tenemos el diario del lunes y parece que no podemos leerlo e interpretarlo. Las alarmas locales se han encendido sobre el rebote de las curvas de casos y el potencial rebrote de los contagios. Esta situación, de sostenerse en el tiempo, seguramente impactará en la circulación viral, algo que nos costó dos meses controlar. Esto sólo dependerá de la responsabilidad individual, en primera instancia.
“Está claro, por lo que se vio en el hemisferio norte, que la temporada de verano y las actividades que acompañan a esa estación llevó a una relajación completa y asombrosa de las medidas de protección. Y ahora estamos viendo cuáles son las consecuencias y qué medidas extremas deben tomar esos países para intentar frenar el rebrote. Inclusive, países que habían controlado la primera ola sin necesidad de hacer cuarentena (Alemania o Suecia), ahora no tienen otra opción.
“Evidentemente, la situación se les ha ido de las manos y no pueden controlar la curva exponencial de crecimiento de contagios. Inclusive, en varios países y ciudades han tenido que llegar a declarar el toque de queda para evitar la circulación de habitantes y la interacción social.
“En nuestro país, para saber si esto que se está observando es un rebrote y el inicio de la segunda ola, habrá que seguir muy de cerca los casos durante varias semanas. Así veremos si el aumento de contagios que se inició luego del fin de semana largo de diciembre es algo transitorio o no.
“Creo (no obstante) que es momento de empezar a reforzar las medidas y la comunicación sobre lo que está ocurriendo, así como sobre el potencial impacto que tendrá en la circulación viral. El mayor problema que veo son las próximas fiestas y la tradición de reuniones familiares y sociales. Y luego, las vacaciones”.
Argentina y el COVAX
¿Cómo está planificada la campaña de vacunación? ¿Con un cálculo de segunda ola en marzo?
“La estrategia de vacunación en Argentina se está planificando en coordinación con el COVAX. Esta es una herramienta creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la cual se trabaja en forma global, regional y nacional para asegurar un acceso equitativo a las vacunas para la Covid-19 en el mundo.
“Dado que para frenar la pandemia la única salida son las vacunas, y que se requiere de una estrategia global de vacunación para proteger a las poblaciones afectadas, se creó esta instancia en la que se definen planes de logística de distribución y almacenamiento de vacunas; planes de vacunación con estrategias de direccionamiento prioritario, dado que las vacunas en este momento no son suficientes en cantidad.
“Estas estrategias apuntan a priorizar la vacunación de la población más expuesta (trabajadores de la salud en primera instancia, y luego personal de seguridad) y más vulnerable (adultos mayores y adultos mayores con comorbilidades), luego personal docente y finalmente el resto de la población.
“Estos planes no deberían modificarse en función de la situación epidemiológica de cada país. Sin embargo, se esperaba la segunda ola en la temporada de otoño, por lo cual probablemente se planificó tener vacunada una buena parte de la población para marzo-abril. Esto implica tener que empezar al inicio del verano”.
Con síntomas, a la cola
¿Qué sucede si la segunda ola se adelanta? ¿Cómo incidiría eso en la campaña de vacunación?
“Si la segunda ola aquí se adelanta, los planes de vacunación no deberían modificarse y se debería mantener como primera prioridad de vacunación al personal de salud más expuesto (considero que son los de unidades de cuidados intensivos). Luego, todos los grupos son importantes, pero debemos saber que no habrá cantidad de vacunas suficientes para toda nuestra población antes de la próxima primavera. Esto significa que el próximo otoño e invierno mucha gente no habrá sido vacunada, por lo cual las medidas sociales y de protección personal deberán ser mantenidas, aún para los vacunados, hasta saber los niveles de protección adquiridos.
“Esto no es algo para alarmarse. Soy muy optimista de que se va a lograr una robusta protección con las vacunas a la luz de los parámetros informados durante la fase 3 en curso.
¿Se puede vacunar durante un brote? ¿Vacunar a personas con síntomas?
“Durante un brote se puede vacunar y durante una pandemia es posible también vacunar. Este es el principal objetivo de la comunidad científica y sanitaria desde que se inició la pandemia. Esto resulta clave para evitar sucesivas olas epidémicas con todas las consecuencias socioeconómicas y psicológicas que eso trae aparejado. Inclusive, se pueden vacunar personas que ya han sufrido de Covid-19, dado que es sabido que la infección natural no deja inmunidad de rebaño, o, en el mejor de los casos, la protección que genera no es duradera como para esperar alcanzar una protección comunitaria. Los casos de reinfección y los tremendos rebrotes observados confirman este concepto. Por lo tanto, el que se ha contagiado previamente, aún cuando haya desarrollado anticuerpos, puede vacunarse.
“El que seguramente no podrá vacunarse es el que se ha enfermado recientemente y está cursando los síntomas. Estos deberán esperar un cierto tiempo para poder recibir la vacuna.
“Considero, por lo tanto, que los planes de vacunación no deben alterarse si se produce la segunda ola y el rebrote. Lo que sí debe manejarse es el descontrol social que empeore la situación. Un rebrote a lo sumo debería impactar en los tiempos para vacunar lo antes posible al personal de salud, que seguramente estará expuesto a los enfermos. Por otro lado, no debemos dejar de considerar que una vez vacunado, se debe esperar al menos 45 días para tener protección inmune. Recién con la segunda dosis se alcanzan los niveles máximos de inmunidad. Por lo tanto, el hecho de recibir la primera dosis de la vacuna no implica que ya podemos liberar todas las medias de seguridad y que estamos inmunes al Covid-19”.