Hace unos días, en el templo mundial de las finanzas, Wall Street, pasó algo que ningún agente de bolsa hubiese imaginado ni en sus peores sueños: un auténtico ejército de más de dos millones de microinversores, en su inmensa mayoría jóvenes y foristas de la red social Reddit, que en su momento se plantó frente a Facebook, Youtube, Instagram y compañía, hicieron perder miles de millones de dólares a los “grandes lobos” de la Bolsa de Valores de Nueva York que hacían -y siguen haciendo- fortunas apostando contra empresas que están al borde de la quiebra.
Fue una acción perfectamente coordinada que, por supuesto, encendió todas las alarmas en la calle que alberga al corazón financiero de EEUU.
“Esto es una guerra de clases, estoy dispuesto a perder lo invertido y no soy el único ni mucho menos” (Henry, 23 años, uno de los integrantes del ejército de jóvenes que provocó pérdidas multimillonarias a fondos de inversión en Wall Street)
Si bien rápidamente la prensa afín al sector salió a minimizar el hecho (el diablo sabe por diablo…), lo cierto es que pidieron más regulaciones a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés). Y el episodio fue noticia mundial, al punto que ocupó las páginas centrales de las secciones de economía de los principales periódicos del planeta.
Antes de explicar, sin entrar en tecnicismos, cómo dos millones de pequeños inversores provocaron un sismo en Wall Street (se estima que el foro de Reddit Wallstreetbets -Apuestas de Wall Street- ya tendría siete millones de adherentes), conviene hacer un poco de historia para comprender que esta acción tiene raíces, y muy profundas, en el manejo de los hombres y mujeres de la Bolsa neoyorquina, fundamentalmente antes, durante y tras la crisis que comenzó en 2008.
Millones de heridos y unos pocos privilegiados
El 15 de septiembre de 2008, el cuarto banco de inversión de Estados Unidos, Lehman Brothers, se declaró formalmente en bancarrota después de 158 años de actividad. Había explotado la gigantesca burbuja inmobiliaria creada por esa entidad y otros renombrados fondos de inversión, más “prestigiosas” calificadoras de riesgo -plata dulce, se tituló una emblemática película argentina-, y la consecuencia fue un desmadre mayúsculo de la economía estadounidense y mundial.
Antes que nada, vale aclarar que la burbuja inmobiliaria -que no era exclusiva de los EEUU sino también de ciertos países europeos que se vieron muy golpeados por el efecto dominó; España, por ejemplo- estaba sentada sobre las conocidas como hipotecas subprime (en buen cristiano, hipotecas basura), así denominadas pues se concedían a millones de personas que tenían trabajos basura (muy precarios) por lo cual, a todas luces, no eran sujeto de esos créditos. No obstante, como la rueda de la timba financiera estaba funcionando a 200 kilómetros por hora y llenando los bolsillos de los agentes de bolsa, calificadoras de riesgo y bancos de inversión…dale que va.
Cuando la Reserva Federal de los EEUU decidió subir las tasas de interés, el negoción de la plata dulce empezó a hacer agua por todos lados. Sin entrar en cuestiones técnicas, la burbuja estaba tan sobredimensionada que explotó por los aires.
Ahora bien, ¿fueron los CEOs y otros funcionarios de las entidades que crearon y se beneficiaron de la burbuja los que pagaron el pato? Definitivamente, no. Muy por el contrario, ellos recibieron enormes pagos de sus empresas, aumentando así sus ya gigantescas fortunas hechas a pulso de la especulación financiera.
¿Y quiénes pagaron el pato? Los trabajadores e hipotecados estadounidenses. Millones perdieron el empleo; millones perdieron la casa, y millones perdieron trabajo y vivienda.
El gobierno de los EEUU, con Barack Obama a la cabeza, secundado por su vice, Joe Biden, salió a rescatar a… ¿trabajadores y desahuciados? Para nada en absoluto: a los bancos y fondos de inversión, con miles de millones de dólares que pagaron… ¿adivinen quiénes? Sí, los estadounidenses de a pie.
Es más, luego, Obama nombró en puestos importantes del área económica del gobierno a algunos de esos buitres que multiplicaron sus fortunas mientras millones y millones de compatriotas lo perdían todo.
Pasando a España, por poner un solo ejemplo, el famoso Movimiento de Indignados que terminó rompiendo para siempre el sistema político bipartidista en el país, tuvo su origen en la indignación que provocó en amplios sectores de la sociedad el hecho de que el gobierno usara los fondos que le envió la Unión Europea para rescatar a los bancos, que también “regalaban” créditos hipotecarios contra presentación del carnet del club (es un chiste, por las dudas), en vez de usarlo para volver a otorgar préstamos al ciudadano común, a los autónomos y a las pymes.

Volviendo a EEUU, donde todo comenzó, hay que remarcar que lejos de pasar sin más, aquel hecho de timba financiera y de un gobierno supuestamente progresista salvando a los timberos mientras gran parte de la sociedad sufría el desempleo y la pérdida de un techo, dejó una huella de bronca y resentimiento en muchos. De hecho, el voto a Donald Trump en 2016 se nutrió en gran medida de estos desencantados, que lo vieron como el “antisistema” (lo cual, a la larga, lejos estuvo de ser así).
“Esto recién empieza”
Ahora regresemos a los pibes que pusieron en jaque al monstruo de Wall Street.
En la principal Bolsa del planeta, luego de su multimillonario rescate post-2008 con dinero de todos los estadounidenses, siguen operando fondos de inversión “de alto riesgo”, más comúnmente conocidos como “bajistas”, pues ganan dinero cuanto más caen las empresas en desgracia (no hace falta explicar que a estos buitres les importa un comino la suerte de decenas, cientos o miles de trabajadores que puedan verse afectados).
En este caso, la empresa que caía y caía sin parar era GameStop, fabricante de videojuegos. También, aunque en menor medida, la cadena de cines AMC y la tecnológica BlackBerry.
Quienes a la manera de furiosos pitbull se lanzaron a la yugular de esas firmas fueron los fondos bajistas Melvin Capital y Citron Research. Y cuando estaban ganando fortunas, la tortilla, contra todo pronóstico, se dio vuelta de un modo que dejó en shock a cientos de especuladores: los pibes del foro Wallstreetbets de la red social Reddit, en su inmensa mayoría jóvenes de entre 20 y 30 años en un número superior a los dos millones, comenzaron a comprar acciones de GameStop. Tantas, que provocaron un salto en las acciones de esa empresa de videojuegos superior al 1.700%. Y como si fuese poco, luego dobló su valor. Y por si no alcanzara, después volvió a duplicarlo.
¿Por qué lo hicieron? “Unos por multiplicar su inversión, otros por hacer daño a los hedge funds (fondos de cobertura) de Wall Street que lucran con la caída de empresas, y el resto por una mezcla de ambos motivos”, explican especialistas.
Lo cierto es que si bien, como se dijo, la gran prensa salió a minimizar el hecho diciendo que era un evento aislado y que GameStop y las otras empresas igual caerían pues no tenían argumentos sólidos para sobrevivir en la economía real, el sistema se sobresaltó y mucho y pidió más protecciones.
Y más deben haberse preocupado cuando leyeron en el periódico El País de España lo que dijo Henry (nombre falso), un joven de 23 años miembro del foro, quien advirtió: “La mayoría son veinteañeros que se enfrentan al peor mercado laboral en 100 años. No me sorprende que tomen riesgos extra para llevar dinero a casa (…) Al principio se trataba de dinero, ahora se trata de destruir a los bajistas”, agregó. Y remató: “Esto es una guerra de clases, estoy dispuesto a perder lo invertido y no soy el único ni mucho menos”.
