Si un país de 10 millones de habitantes tiene 9 jugadoras (tres más que hace dos años) en el Top-100 de individuales y 8 en el Top-100 de dobles de la WTA, es decir, en la élite del tenis femenino mundial; si ganó seis de las últimas nueve ediciones de la Fed Cup, el torneo de naciones equivalente a la Copa Davis masculina; si encima cuenta con un grupo de chicas en edad junior que vienen pidiendo a gritos pasar al profesionalismo, no estamos hablando de una buena racha, sino de una política de Estado en materia deportiva. Y con eso cuenta la República Checa desde hace mucho tiempo.
Merced a una fuerte inversión durante décadas y a “utilizar” a sus máximas estrellas para que la semilla de la raqueta prenda en las niñas y adolescentes, República Checa ha ejercido un dominio aplastante en el tenis femenino durante, por lo menos, la última década.
Aunque Estados Unidos sigue siendo el mayor ganador de la Fed Cup de la historia (18 títulos), su era dorada se dio entre los años 60 y los 80, empezó a decaer en los 90 y puso pausa en el 2000. Entre el 2001 y el 2010 el dominio se repartió mayormente entre Rusia e Italia. Hasta que las checas alzaron la copa en 2011 y empezó el efecto dominó: 2012, 2014, 2015, 2016, 2018.
EEUU había avisado que seguía vivo en 2017, pero se quedó en el aviso. En 2019 se impuso Francia. Y en 2020, la pandemia suspendió la competencia, ahora llamada Copa Billie Jean King.
Ahora bien, si se suman las copas ganadas como Checoslovaquia, el número sube a 11. Algunos dirán que Eslovaquia puede “reclamar” y llevan razón. Pero si vamos a la letra chica nos encontraremos con que en la época previa a la caída del muro de Berlín las jugadoras más fuertes eran checas, incluyendo a la naciente estrella Martina Navratilova, quien alzó el trofeo en 1975, seis años antes de nacionalizarse estadounidense y convertirse en una de las mejores tenistas de la historia (logró 18 Grand Slams en individuales y 31 en dobles).
Las ídolas son de la casa: un aspecto clave
Martina Navratilova fue el primer ejemplo de la jugadora que ofició de faro para las pequeñas que empezaban a empuñar la raqueta. Petra Kvitova, hoy con 30 años, no dejó pasar ninguna oportunidad para expresar públicamente su devoción por la multicampeona. Ahora es la propia Kvitova uno de los ejemplos para las nuevas generaciones. De hecho, en 2020 fue galardonada en su país, con bombos y platillos, como la mejor jugadora checa del año. Gestos que no son casuales (¿Cuántas premiaciones públicas recibió Nadia Podoroska en Argentina tras hacer historia en Roland Garros el año pasado y ser coronada por la WTA como jugadora revelación de la temporada?)
La otra Top-10 es Karolina Pliskova, quien en rigor hoy está por encima de Kvitova en el ranking mundial (6 contra 8) y fue número uno, cosa que su compatriota no logró, habiendo alcanzado el número dos como mejor lugar.
Pero en tenis los títulos marcan diferencia. Y mucha. Así, mientras Petra Kvitova tiene en su haber dos grandes (Wimbledon 2011 y 2014), un total de 27 torneos WTA y medalla de bronce en Río de Janeiro 2016, Pliskova no cuenta con ningún grande en su vitrina, donde hay 16 copas WTA.
Entre las 100 mejores del planeta hoy figuran las dos Top-10 mencionadas más Marketa Voundrousova (20º); la semifinalista del Abierto de Australia 2021, Karolina Muchova (27º); la experimentada Barbora Strycova (38º); Marie Bouzkova (50º); Barbora Krejcikova (59º); Katerina Siniakova (62º), y Krystina Pliskova, gemela de Karolina (73º).
Pero el tenis femenino checo es una potencia y algo así abarca todos los formatos del juego. Es por ello que cuenta con tres jugadoras en el Top-10 de dobles y con un total de ocho en el Top-100.
La mejor ubicada hasta hoy es Barbora Strycova (2º). Aunque su tocaya Krejcikova (7º) en dupla con Kristina Siniakova (8º) son finalistas en Australia, por lo que pegarán un salto en el ranking. Ya conocen de estas lides: ganaron Roland Garros y Wimbledon en 2018 y están consideradas como una de las tres mejores parejas del planeta.
Por último, las hermanas Brenda y Linda Fruhvirtova, así como Linda Noskova, entre otras, ya están pidiendo cancha para saltar al profesionalismo, aunque aún tienen edad junior.
Semifinales del Australian Open
Se definieron las cuatro semifinalistas del cuadro femenino en Melbourne. El choque más picante lo protagonizarán Serena Williams y la japonesa Naomí Osaka.
En tanto, la checa Karolina Muchova, como se indicó más arriba, arruinó la fiesta de los anfitriones al vencer a la nativa Ashleigh Barty (Nº 1 del mundo) por 1-6, 6-3 y 6-2, y se medirá a la estadounidense Jennifer Brady (24º), que derrotó a su compatriota, la multimillonaria Jessica Pegula, por 4-6, 6-2 y 6-1. Brady ya conoce esta instancia pues la alcanzó en su tierra, en el abierto del año pasado.
Por el lado masculino, una semi la jugarán el uno del ranking y gran favorito al título, el serbio Novak Djokovic, y la revelación del torneo, el ruso Aslan Karatsev (114º y llegado desde la clasificación).
El otro choque también tendrá a un ruso, Daniil Medvedev (4º), quien jugará con el griego Stefanos Tsitsipas, verdugo del español Rafael Nadal (2°).