Una gran respuesta tuvo la convocatoria de 90lineas.com para que los fans y seguidores de Guillermo Vilas escriban sobre sus anécdotas, vivencias o simplemente por qué el Gran Willy se ha convertido en su ídolo. Todo surgió a partir de una primera nota escrita por nuestro columnista, profesor de tenis Ariel Felippini, quien está a cargo de la escuela «Single», que tuvo gran repercusión y que planteaba que Vilas fue el número 1 en el mundo y que hoy pasó a ser «prácticamente olvidado» hasta por muchas de las principales autoridades de este deporte a nivel nacional.
Aquí la segunda parte de las cartas escritas por nuestros lectores que contaron sus vivencias (la convocatoria estaba abierta hasta el día 8 de marzo). También podés ver la primera para haciendo click acá
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Una entrevista para el cole (Por Elena Isabel Parga)
«Mi anécdota más amada con Guillermo, uno de los seres más importante de mi vida, se produjo cuando mi hija, Natalia S. Diaz Parga, estaba en cuarto grado allí por el 2004. La Srta. Nelly les había dado como tarea realizar una entrevista a algún familiar, amigo, vecino. Mi corazón se iluminó, había que conseguir hablar con Guillermo. Nati desde chiquita compartió mi amor por él. Lo llamé por teléfono (el cuál había obtenido unos años atrás, pero nunca me había animado a llamarlo). Cuando escuché su voz no pude creerlo, aclaro que él no nos conocía. Le dije que mi hija quería hacerle una entrevista para el Colegio Corazón de Jesús, me dijo ´…vengan mañana al club a las 14 hs., estoy toda la tarde…´ Increíble, un ser humano único. Llegamos y allí estaba él, imponente, de un corazón gigante, fueron casi 40 minutos al borde del infarto por tanta emoción, pero al mismo tiempo todo tan natural, tan amable, hubiéramos querido que nunca terminara. En el colegio nadie esperaba nada así, compartieron toda la clase escuchando la entrevista y hablando de él. De esta manera chicos que hoy tienen 26 años, y en muchos casos sus papis, conocieron una faceta muy íntima del más grande deportista y ser humano que ha dado nuestro país. Acompaño foto de esa tarde gloriosa y otra de unos cuantos años después cuando con Nati volvimos a compartir otra situación tan cálida como la de aquella vez.» Siguen ambas fotos:
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El coronavirus y un sueño muy positivo (Por Luis Tutanoski)
«Mi anécdota sobre Guillermo es sencilla y marcó mi vida. Tengo 51 años y el coronavirus casi me lleva, estuve 65 dias internado, 17 intubado y 30 en terapia intensiva. Y lo mio fue un milagro. En uno de mis sueños en esa indeseada estadía en el hospital, estaba jugando al tenis muy feliz, deporte al que ame de chico en mi barrio de Quilmes oeste gracias al gran Willy. Era un barrio muy alegre en verano, recuerdo esos carnavales con todos los vecinos afuera y yo jugando al tenis con mi raqueta de plástico y queriendo ser como Vilas, siempre mi inspiración era él, dejaba de hacer lo que fuera para ver sus partidos en blanco y negro por canal 9. Con su éxito comenzó a propagarse el tenis, comenzaron a poner canchas en los clubes, pasó de ser un deporte desconocido para muchos a convertirse en algo popular. Yo soy un tenista frustrado, quizás por la capacidad económica de mi familia que no me permitía expandirme. Pero lo que no se frustró jamás fue la posibilidad de ver a Vilas o escuchar sus resultados por radio cuando no lo transmitían por TV. Nunca dejé de jugar deportes con paleta o raquetas, como el padel, el ping pong y algún partido de tenis. Soñé en el hospital que jugaba al tenis feliz, y me recuperé…Willy es más que un gran campeón y más que un número 1…ojalá se pueda mejorar él también y obtener el reconocimiento que se merece.»
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El indiscutible reconocimiento como ficción legal (Por Mariana Carmona)
«Durante mi infancia, mi padre me dio el mejor regalo que alguien me pueda dar: la pasión por el tenis. Tanto es así, que a lo largo del camino me supo transmitir una pluralidad de historias sobre Guillermo Vilas y partidos de suma importancia en su carrera profesional. Siempre resaltaba que el tenis era Vilas. Y no estuvo nada equivocado.
Creo que si los tenistas fueran superhéroes, el súper poder de Vilas estaría alojado en su mentalidad. Extremadamente perfeccionista, metódico y gran laboralista de sus falencias, muchos de sus colegas lo llamaban “el loco». Su mensaje era que siempre se podía hacer un poco más, y eso marcaba la diferencia.
Para sus fieles seguidores, siempre será el Nº 1, pero en la práctica la ATP lamentablemente no ha blanqueado tal consideración.
Tengo 26 años, pero suelo mirar aquellos partidos protagonizados por el gran Willy. Y cada vez que lo hago, un pensamiento aterrador invade en mi cabeza, resuena su nombre y el inconsciente se presenta en su estado más cruel. ¿Por qué hemos minimizado su talento y ocultamos su verdadera historia? Estamos ante una de las más grandes injusticias de la historia del deporte: Vilas debió ser N° 1.
Aún nadie pudo conseguir reparar semejante error, y es una pena muy grande para su persona y para los que lo seguimos homenajeando.
Hoy quiero dedicarles estas líneas y contarles que tuve el privilegio de conocerlo personalmente en una Clínica de Tenis allá por el año 2009 (foto más abajo).
Recuerdo que ese día fue muy especial. Meses después cumpliría 15 años; fue entonces que aproveché la oportunidad para pedirle una foto y un saludo a través de un vídeo a fin de exponer ese detalle en la fiesta de mi cumpleaños. En medio de tanta gente y por sorpresa, humildemente Guillermo lo cumplió. Así, pude percibir su grandeza como ser humano, y conocer a esa leyenda del tenis que en aquella época mereció ser N° 1 del mundo.