“Por eso le digo a todos aquellos que tengan miedo o que no se animan, por favor vayan a buscar otro laburo (…) Necesitamos gente en los sillones (…) para defender definitivamente los intereses del pueblo”. La sentencia de la dos veces presidenta de la Nación y actual vicepresidenta, Cristina Fernández, en diciembre de 2020, hoy tiene más vigencia que nunca, aunque en el contexto de la pandemia de Covid-19.
Aquel funcionario, desde el presidente de la Nación, Alberto Fernández, hasta el intendente del más pequeño municipio argentino, que no tenga valor para adoptar medidas drásticas en un momento hipercrítico y de efectos imprevisibles a causa de la inevitable reacción de los reaccionarios medios de comunicación hegemónicos y/o de la oposición política que favoreció y favorece los contagios (algo que demostraremos más adelante), definitivamente no está a la altura de las circunstancias. Y las consecuencias las estamos pagando todos (todos no, algunos golpean cacerolas reales o virtuales para que, pese a todo, vuelvan las clases presenciales, una actitud total y absolutamente irracional).
Este fin de semana, en la nota “El diario del lunes, para leer o envolver huevos”, se dio cuenta de la tajante decisión que tomó la Canciller alemana, Angela Merkel, quien limitó la independencia (sagrada) de los 16 estados federados que integran su país para centralizar las políticas sobre la pandemia. Y ya impuso el toque de queda y redujo las reuniones sociales a los integrantes de una familia más una sola persona de afuera cada vez que los casos superen la relación 100/100.000 habitantes, y determinó que si la incidencia de contagios supera los 165/100.000 se suspenden las clases, además de la realización de dos tests antígenos obligatorios en todas las escuelas.
¿La criticaron? Por derecha y por izquierda. La primera, por supuesto, hablo de la libertades, el totalitarismo etc, etc, etc (discursos que ya conocemos bien), mientras que la izquierda (los Verdes ecologistas) no votaron el proyecto de ley aduciendo que es insuficiente.
Ejercer la máxima magistratura de un país o una provincia o ser jefe municipal conlleva pagar costos políticos. Y en medio de la mayor pandemia de la historia moderna, más todavía.
Este lunes 26 de abril, el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollan, advirtió que “hay que hacer un cierre estricto por al menos 15 días”.
El titular de cartera sanitaria provincial, uno de los funcionarios que habla sin pelos en la lengua (y por eso a muchos no les gusta), resaltó que es indispensable consensuar medidas (entre Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires) frente a “la gravedad que alcanzó la curva de contagios; se deben adoptar medidas drásticas”, lanzó.
“El AMBA es una única unidad sanitaria, y si el AMBA se mueve repercute en todo el país. La velocidad con la que avanza el Covid-19 es la gran diferencia respecto de la ola anterior. (Esta es) terriblemente contagiosa. El virus se come a pacientes jóvenes en tres o cuatro días”, puntualizó.
En ese contexto, en territorio bonaerense se abrirán esta semana 7 Centros Alternativos de Atención Médica Extrahospitalarios para aumentar la capacidad de internación de pacientes leves y moderados. Estos centros sumarán al sistema 303 camas en instituciones especialmente acondicionadas en La Plata, Pilar, Almirante Brown, Ensenada, Florencio Varela y Moreno.
Vale recordar que La Plata, Berisso y Ensenada tienen sus centros de atención colapsados. Sin embargo, el relajo que existe en la capital provincial y en Berisso, realmente asusta.
Las citadas iniciativas de la Provincia “buscan evitar el colapso sanitario por falta de camas en medio del ‘tsunami’ de casos e internaciones por coronavirus que atraviesa el AMBA. En este momento, ese sector presenta un 78,9 por ciento de ocupación en las terapias intensivas del subsector público”, dijeron en Salud. Los sanatorios privados están mucho más comprometidos.
Frente a esa realidad que “se modifica minuto a minuto”, la cartera que conduce Daniel Gollan tomó en cuenta la recomendación de la OMS/OPS, según la cual “antes que la red integral de servicios de salud pueda tocar su techo asistencial durante la respuesta a la Covid-19, se pueden identificar sitios alternativos de atención médica que permitan expandir la capacidad de la red”.
En ese sentido, los Centros para el Control de Enfermedades de EEUU (CDC) afirman que “un aumento local en la necesidad de atención médica podría requerir que las jurisdicciones establezcan sitios de atención alternativos donde los pacientes con Covid-19 puedan permanecer y recibir atención médica durante el período de aislamiento”.
Eso es lo que ya encaró la Provincia.
BOLSONARISMO PORTEÑO
En tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, este lunes 26 de abril se supo que la ocupación de camas de terapia intensiva en el sector público se acerca a su límite. El Ministerio de Salud porteño informó que “la ocupación volvió a superar su pico y alcanzó el 83,5 por ciento”.
El reporte indica que la ocupación de camas de terapia intensiva aumentó 1,8% en 24 horas, de manera tal que “en el sistema de salud público sólo quedan disponibles 76 camas de terapia intensiva sobre un total de 450; permanecen ocupadas 376 plazas”.
Hay porteños que se internan en hospitales y sanatorios de la provincia de Buenos Aires. Hay quienes han falsificado domicilios para vacunarse en territorio bonaerense (75.000 hasta la semana pasada).
Pero el Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta y su gente sigue desobedeciendo a la Justicia federal y mantiene las escuelas abiertas. Ahora bien, si tanto hemos criticado desde este diario al presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, diciendo que el bloqueo a las medidas de cuidado que implementaron e implementan gobernadores y alcaldes significa facilitar que el virus circule (en rigor, eso lo han dicho y denunciado ante la Justicia y el Parlamento del país cientos de abogados , legisladores e instituciones civiles), ¿la burla de Larreta a la Justicia federal no implica facilitar que el virus circule, cuando está medido que la circulación en general y el uso del transporte público a causa de las clases presenciales aumenta un 25%?
Las prestigiosas revistas internacionales de ciencia Nature y de medicina, The Lancet, han publicado informes contundentes sobre la relación directa entre clases presenciales y disparada de contagios de Covid-19. Pero al parecer, en el partido de Plaza de Mayo y alrededores saben más.
El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Roberto Salvarezza, cuestionó este domingo la actitud de la Ciudad de Buenos Aires frente a las restricciones definidas por el Gobierno nacional en el marco de la pandemia de coronavirus al señalar que es “poco entendible” y “cercana” a la que se ve con “(Jair) Bolsonaro en Brasil” y se veía con “(Donald) Trump en Estados Unidos”.
El científico dijo que “manejar la pandemia en términos ideológicos es muy complicado”. “El Gobierno de la Ciudad debería hacer cumplir las restricciones, porque va a hacer que colapse el sistema de salud”.
Señor Presidente, ¿que está esperando? Sí, saldrán a la calle cacerolos y cacerolas, los medios de siempre escupirán mentiras y discursos para enardecer a los fanáticos (que mucho no necesitan), quizás hagan marchas.
El costo político se paga. Las clases se recuperan. Las secuelas del virus y las vidas que se van, nunca.