El dólar blue mantuvo la tendencia alcista el viernes, con un incremento de cuatro pesos (es decir el equivalente a un 2,4%) para cerrar a 174 pesos para la venta, después de haber tocado $175 pasado el mediodía de ese mismo día. Así, el dólar paralelo registró una suba del 10,8% en junio, y de 4,8% en el primer semestre del año.
Dos factores se sumaron para esta nueva disparada de la divisa: por un lado el cobro del aguinaldo que permitió que muchos asalariados pudieran sumar ahorros a mitad de año que usan para cancelar deudas acumuladas en el semestre y para aprovisionarse de algunos fondos para enfrentar desequilibrios futuros, que prefieren atesorar en el billete verde.
El segundo factor que decididamente impactó en la suba el dólar fue la decisión de la calificadora MSCI que rebajó dos categorías al país y la ubicó en el último escalón. La noticia fue un mazazo que generó desconcierto inicial y, de inmediato, un impacto mucho mayor al esperado. Se consideraba inevitable que el país descendiera a la categoría de economía de Frontera desde el rango de Emergente que tenía desde 2018, pero sufrió dos degradaciones. Este índice que busca medir a los países según sus posibilidades crediticias tiene un rol clave en las decisiones de inversión de los grandes fondos globales.
Así, la economía local pasó directamente a la categoría Independiente o “Standalone”, la menor de todas las que mide MSCI. Comparte ese espacio con países como Jamaica, Panamá, Trinidad y Tobago, Bosnia, Malta, Zimbabwe, Líbano y Palestina.
El índice de Morgan Stanley Capital International es un indicador teórico que recoge la negociación de acciones pero que no abarca instrumentos de deuda pública ni aquellos emitidos por las empresas argentinas. Indican cómo evalúan los inversores internacionales las condiciones de los países en términos de su tamaño, liquidez –el tamaño de un mercado y cuántas operaciones registra- y accesibilidad.
Esta reclasificación afectó de inmediato y en forma negativa los activos bursátiles y también en el valor del dólar blue que tocó sus precios más altos en ocho meses con un incremento del 10,8% en junio, la mayor alza mensual desde octubre del año pasado.
Con un dólar mayorista que finalizó a $95,60, también se amplió la brecha cambiaria, ahora en la zona de 82% respecto del dólar paralelo, la más amplia desde enero de este año. Por otra parte, el Banco Central cerró la semana con una compra de alrededor de 70 millones, una de las intervenciones más reducidas de los últimos meses y rumbo a cerrar junio con un saldo menor a los más de 2.000 millones sumados en mayo.
Las acciones y los bonos, que habían atravesado dos meses de notoria recuperación de precios, empezaron a plancharse desde la primera semana de junio. Y el golpe del MSCI frenó un incipiente entusiasmo que se generó cuando el ministro Martín Guzmán anunció el acuerdo para un pago parcial de U$S 430 millones al Club de París para evitar el default.
Era casi una fija que a medida que se acercara el cobro del medio aguinaldo el tipo de cambio picaría en punta y este viernes tocó el nivel más alto del año aunque todavía lejos de aquel $195 que alcanzó a fin de octubre. El aumento de la brecha cambiaria podría jaquear la devaluación del tipo de cambio oficial. Sucede que crece el incentivo para importar (porque el dólar oficial a $95,5 se empieza a ver como barato) y a su vez cae el interés por exportar, ya que los dólares que entran a un tipo de cambio se consideran devaluados si se los compara con el nivel del paralelo.
Además, el tipo de cambio paralelo se ubicó por encima del dólar solidario o turista. Esto significa que en caso de que siga aumentando la brecha, empezará a crecer el gasto en el exterior, lo que también impactaría sobre el nivel de reservas. De esta forma, fuentes del mercado empiezan a descontar que el dólar oficial sufrirá una importante suba, siempre escalonada, luego de las elecciones
En cambio el ministro de Economía, Martín Guzmán, había señalado la semana pasada que se sentía relativamente cómodo con el actual nivel de la brecha cambiaria (había señalado del 65% al 70%), mientras que había considerado insostenibles la brecha de entre 120 y 150% de octubre del año pasado. También el ministro reiteró esta semana que “no hay motivos” para pensar en una devaluación del tipo de cambio oficial. Descartando así, la posibilidad de que se produzca un salto brusco del dólar. De hecho, el Gobierno redujo sustancialmente el ritmo de aumento del tipo de cambio oficial, desde casi el 4% mensual a sólo 1,3% mensual en los últimos dos meses.