Se viven horas agitadas en las relaciones de Argentina con el mundo.
Casi al mismo tiempo en que el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou anunciaba que su país comenzaría a negociar acuerdos comerciales con terceros países por fuera de los normativas del Mercosur, se conocía la denuncia del canciller boliviano Rogelio Mayta sobre la intervención del gobierno de Mauricio Macri en el golpe militar que provocó la renuncia del ex presidente Evo Morales y casi le cuesta la vida, en lo que ya se presenta como un delito de lesa humanidad.
Al mismo tiempo, el ministro Martín Guzmán fue informado que el Consejo de Administración del Fondo Monetario Internacional aprobó aumentar las reservas y las capacidades de préstamo de la institución en unos U$S 650.000 millones para ayudar a los países a recuperarse de la pandemia, de los cuales unos U$S 4.350 corresponderán a la Argentina informó su directora gerente, Kristalina Georgieva.
El anuncio se conoció mientras el ministro enfrenta en la ciudad italiana de Venecia la que probablemente será la prueba más exigente desde que asumió su cargo. Allí ante sus pares del G-20 en el Foro Global de Productividad organizado por la OCDE y en presencia de la presidenta del Banco Central Europeo y extitular del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde celebró la iniciativa global de avanzar con una tributación internacional a las grandes multinacionales, pero solicitó la aplicación de una mayor tasa que la que se discute actualmente, de 15% a un 21% o 25%, antes sus pares en un foro organizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Y tendrá este sábado un contacto con la actual titular del Fondo Monetario, Kristalina Georgieva y la responsable del hemisferio occidental del organismo Julie Kozack, con el objetivo de continuar negociando de «manera constructiva» un nuevo acuerdo tras el entendimiento alcanzado hace una semana y media con el Club de París.

La titular del FMI solicitó un mayor compromiso por parte de los países del G-20 para lograr una tasa mundial de vacunación del cuarenta por ciento para 2021 y del sesenta por ciento en 2022, según un documento publicado en la página web del organismo.
«El préstamo récord por 45 mil millones de dólares que se tomó con el Fondo Monetario Internacional lo que hace es generarnos una carga de deuda insostenible que tenemos que resolver justamente para poder contar con las capacidades que se requieren para las políticas públicas para el desarrollo», insistió el ministro
Se intenta que se reduzca del 4,05% la tasa que se le debe aplicar al país por lo que se firmó en el 2018 durante el gobierno de Mauricio Macri, a un 2,05%, la mínima que el FMI aplica en sus acuerdos con países que sostienen sus acuerdos financieros en situación de normalidad. Obviamente Argentina como moroso recurrente está excluida del beneficio, y la intención de Guzmán es que se apruebe aplicar al futuro acuerdo que negocia el país las tasas para los estados que tienen las cuentas en orden.
Como se recordará, la propia vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner se había referido a la negociación durante un acto en Lomas de Zamora, en el que expresó que el FMI “cuando hace acuerdos quiere condicionar las políticas públicas de cada país”. Uno de los puntos clave en discusión.
BOLIVIA Y EL MERCOSUR
El caso del envío de armamento a Bolivia en respaldo del golpe militar que llevó a Jeanine Añez al gobierno, más allá del escándalo internacional, dista de afectar a Alberto Fernández, al contrario potencia la gestión que permitió sacar de ese país a Evo Morales y a su vice Alvaro García Linera con el respaldo del mexicano Andrés Manuel López Obrador.
El inicio de una investigación judicial de ilícitos relacionados con armas de fuego, explosivos y demás materiales controlados a partir de la denuncia efectuada el jueves por el gobierno de Bolivia sobre el envío de material bélico luego del golpe de Estado de 2019 puede convertirse en un elemento determinante de cara a las elecciones legislativas de este año
Pero más significativo aún resultan las denuncias de crímenes de lesa humanidad que se impulsa desde el Estado plurinacional de Bolivia, contra el exmandatario ya que en ese país son delitos contra el orden constitucional y tiene el derecho y la posibilidad de pedir la captura de Macri y a quien le cabría una condena a prisión perpetua.
Por el lado del Mercosur, el cambio de la presidencia pro témpore de Alberto Fernández a Jair Bolsonaro fue el escenario ideal para que Uruguay presione en su intento de flexibilizar las normas del Mercosur. Uruguay, al igual que Brasil, insisten en una rebaja del arancel externo común y en que cada miembro debe tener la posibilidad de alcanzar acuerdos de libre comercio con otros países y bloques del mundo.
Las propuestas se convirtieron en el eje central de las reuniones virtuales de los cancilleres y luego de los presidentes del bloque esta semana sin avanzar en un acuerdo.
“Nuestro país tiene vocación aperturista. Nuestro país, como el Mercosur, tiene esa vocación. Tenemos que seguir avanzando con la Unión Europea. Los intentos frustrados generan escepticismo y desconfianza. El Uruguay quiere avanzar con el Mercosur, tenemos más fuerza, más dimensión y más poder negociador con el mundo», señaló Lacalle Pou.
Por su parte, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, señaló: «No podemos dejar que el Mercosur siga siendo un sinónimo de ineficiencia y desperdicio de oportunidades».
En cambio, el mandatario argentino señaló la necesidad de que el proceso de revisión del Arancel Externo Común contemple a «los sectores sensibles apuntando a una rebaja en insumos y materias primas y manteniendo nivel actual de protección a los productos finales» y agregó que los países del bloque estuvieron de acuerdo en la reducción arancelaria del 10 % para el 75 % de las posiciones del nomenclador, lo cual «es una base importantísima, que significa que todos los integrantes del Mercosur estamos dispuestos a entender mutuas políticas domésticas». E insistió “ninguno de nuestro países se salvará sólo”.
La Argentina propuso a comienzos de abril una baja de arancel del 10 % para el 75 % de los productos de nomenclador y hay un 25 % que es esencial como el sector automotriz, juguetes, textiles o lácteos que son considerados sensibles y que no se debería permitir una apertura indiscriminada porque afecta la producción, la competitividad y los puestos de trabajo.
La postura argentina, que apareció como minoritaria, sin embargo recibió un respaldo contundente de las entidades del Consejo Industrial del Mercosur (CIM) que reclamaron a los gobiernos del bloque no revisar el arancel externo común cuya reducción impactaría «negativamente en el entramado productivo regional», en un momento histórico de crisis sanitaria e incertidumbres sin precedentes.

En síntesis, una semana agitada para la política exterior argentina que tuvo otro hito significativo, cuando Fernández fue el único presidente de América Latina en participar del acto por el centenario del Partido Comunista de China en la que destacó que el gigante asiático es un «socio estratégico integral» de la Argentina y agradeció «la colaboración del pueblo y el Gobierno chino» con el país para enfrentar la pandemia de coronavirus.
“Frente a los cambios inéditos, sobre todo, la pandemia de Covid-19, el PCCh, inspirado en el espíritu de hermandad está dispuesto a fortalecer los intercambios con el PJ, gran amigo de China y su pueblo, y otros partidos políticos argentinos, a fin de llevar la Asociación Estratégica Integral hacia un nivel más alto, para inaugurar una etapa brillante de nuestra cooperación amistosa», dijo el embajador de la República Popular China en Argentina, Zou Xiaoli.