«Venta-Alquiler. Importante terreno en esquina, para desarrollar 2.500 metros cuadrados. Conservando la Casa Patrimonio Histórico». El cartel de la inmobiliaria anuncia la posibilidad de un negocio para inversores, la esquina de la que habla es Lamadrid y Garay, de Mar del Plata, y el castillo «intocable» (aunque no siempre se respetan esas disposiciones municipales) que luce en buen estado, es el que hizo construir y perteneció al fundador de nuestra ciudad, Juan José Carlos Jacinto Dardo Rocha y Arana.
Por estos días, allí se ven movimientos de obreros y contenedores, lo que indica que algún proyecto inmobiliario podría comenzar en breve. Sin embargo, vecinos consultados por 90lineas.com se mostraron sorprendidos por la posible venta o alquiler de la propiedad que «hasta hace poco estaba siendo puesta en valor», comentan. En el acceso al chalet que tiene mucho verde a su alrededor, se acumulan ya sucias y húmedas por las inclemencias del tiempo varias boletas de impuestos y servicios impagos, por distintos montos que van desde los $2.500 a los $35.000.
La imponente propiedad es de arquitectura estilo pintoresquista, ocupa 626 metros cuadrados en un terreno de 43,80 metros por 50,70 metros, es decir un total de 2220,66 metros cuadros. La construcción tiene 6 habitaciones, 5 baños, 2 salas, comedor, área de servicios y ático, todo distribuido en planta baja, planta alta, entretecho y sótano, según las características que se mencionan en un inmenso cartel en el frente de «Villa Santa Paula», tal su denominación.
También se señala que la casona o chalet, es de la variante arquitectónica «manoir francés». Se caracteriza por techumbres agudas, mojinetes angostos, altos piñones, complicados encuentros de techos e irregulares de niveles, que enfatizan los efectos pintorescos. Los techos se disponen a menudo en forma de dos brazos de una escuadra, en cuyo ángulo se ubica una escalera torrecilla.
La construcción original data de los años 1909 y 1910 y fue conducida por el arquitecto Pedro Benoit. Y hay dos reformas documentadas que figuran en los registros de la Comuna, una en 1948 (arquitecto Raúl Camusso y constructor Juan Parolari, ordenada por las propietarias Bernardina Paula, Venancia Celia), y la otra en 1951 (Rocha y Jacinta Edelmira Haydée Donata Rocha de Bund, construcción del cerco bajo perimetral).
LA HISTORIA
Poca literatura existe acerca de la Casona «Villa Santa Paula», y en algún momento se temió por el destino de la construcción debido a su avanzado estado de deterioro y abandono, aunque luego fue restaurada y hoy luce recuperada, al menos así puede advertirse desde afuera, en su fachada.
Según algunos escritos encontrados en archivos histórico de la Municipalidad de Mar del Plata, apenas un año después de la fundación de La Plata (19 de noviembre de 1882), es decir en 1883, cuando Dardo Rocha era gobernador de la provincia de Buenos Aires, llegó junto a su esposa, Juana Paula Arana, en diligencia y por primera vez a Mar del Plata. Ambos quedaron fascinados con ese incipiente «pueblito» junto al mar.
Pasaron varios años y en uno de sus habituales viajes a Francia, mientras paseaban por los campos que estaban en los alrededores de París, Paula quedó deslumbrada por un chalet de estilo pintoresquista que era similar a un castillo. Tanto le gustó, que pidió permiso para visitarlo. Poco tiempo después, sin que ella lo supiese, Dardo Rocha contactó al arquitecto responsable de esa construcción y obtuvo los datos para hacer una réplica en nuestro país, más precisamente en aquella villa balnearia que tanto les había enamorado.
Fue así que en 1909 Rocha compró una manzana en Mar del Plata y sin que su familia lo supiera, para sorprenderla, encomendó al arquitecto Pedro Benoit, el mismo que planeó la traza de La Plata, que construyera un chalet igual al francés para pasar allí sus vacaciones.
En el verano de 1910 Dardo y Paula volvieron a Mar del Plata, a esa ciudad que los maravillaba, esta vez el viaje fue en tren, y se alojaron en ese chalet que «estaba en alquiler…»
Paula se sorprendió y quedó estupefacta por lo lindo que era, pero fundamentalmente por el parecido que tenía con el que había conocido en Francia y que la deslumbraba. Esa sorpresa se convirtió en una indescriptible emoción cuando descubrió el monograma de la familia en las toallas y las sábanas, momento en el que Dardo le dijo, sin más, que la propiedad era un regalo para ella y en su honor. Por eso, fue bautizada como Villa Santa Paula.
¿Quién alquilará o comprará esta propiedad? ¿conservarán el castillo? ¿para qué se usarán el terrero que lo rodea? Por estos días hay movimiento de suelo en esa esquina de Lamadrid y Garay, pero todo se maneja con mucho hermetismo. Ojalá que no arruinen esta parte grande y tan importante de la historia del fundador de La Plata, y que Paula no lo llore desde alguna estrella que ilumine el mar.