Tal vez Carniquicho sea perro del centro de la Ciudad que más se recuerde, paraba en la esquina de la confitería Paris en 7 y 49, que era su preferida, recibía la caricia de todos y la protección de algún cocinero cómplice que le acercaba comida. Fue noticia la vez que había caído en el lazo de la perrera, muchos se movilizaron y lo salvaron del sacrificio. Su fama trascendió la Ciudad, la popularidad del can fue tal, que la producción de “Sábados Continuados” lo convocó para que fuera a Canal 9. Hacia allá fueron él y sus amigos, a entrevistarse con el conductor Antonio Carrizo.
Longevo ya, las huellas de la vida se fueron marcando en Carniquicho, viejo y cansado ya no deambulaba por el centro como acostumbraba, pero en una Ciudad como la nuestra todo se sabe y la noticia llegó el 17 de octubre de 1967, Carniquicho había muerto, y a modo de despedida postrera, todos lo recordaban por esa comunicación que suele establecerse entre el hombre y sus amigos irracionales.

BONECO
A fines de marzo de 1973 la redacción del diario local tuvo la simpática visita del perro Boneco con su dueño Juan Carlos Musladín Alumá. La historia de este famoso canino, que de un instante para otro saltó del anonimato a la fama, se inició en un oscuro puente del barrio porteño de Palermo. Allí estaba Alumá, un indigente brasileño al que los vecinos de la zona apodaban Lolo y que se encontraba postrado y enfermo, a la espera del peor final. Pero parece que la suerte le envió un ángel de cuatro patas, que también se encontraba solo y que le cambiaría la vida para siempre. Los memoriosos aseguran que el hombre sufría de una gangrena fulminante en una de sus piernas. Las esperanzas eran nulas, pero el perrito le empezó a lamer las heridas hasta salvarlo milagrosamente de la amputación.
Ya salvado, Lolo se dedicó a enseñarle piruetas a un Boneco que aprendía rápidamente, lo que lo hizo animar fiestas infantiles y formar parte de algún circo para ganarse la vida. La popularidad fue en aumento e intervino en 12 cortos publicitarios además de dos películas “Estoy hecho un demonio” y “Adiós Alejandro”. Boneco formó parte de la historia deportiva de Independiente en la década del 70, ya que aparecía en la cancha llevado por su dueño portando una bandera del club y era también aplaudido en las canchas de nuestra ciudad.
UN TORO LOCO
Menudo susto se llevaron los parroquianos del bar “El Búho azul” el 23 de enero de 1978 en Diag. 79 entre 1 y 115, ya que un toro de grandes dimensiones, luego de pasearse por el bosque, ingresó en el lugar, causando alarma y sorpresa a los asistentes que salieron corriendo a fin de evitar las embestidas del animal, que la emprendió contra mesas y sillas haciendo uso de su libertad. Pero ¿Qué había pasado?, sucedió que un camión que transportaba hacienda en la calle 60 y 122 volcó y se escaparon todos los animales. El toro tomó por la calle 60 e ingresó al bar mencionado. Ante la imposibilidad de convencer al ejemplar de que hiciera abandono del sitio por sus propios medios, tuvo que ser sacrificado en el lugar.
LEONES EN 66 Y 28
En 66 y 28 la noche del 9 de marzo de 1974 vecinos de la zona presenciaron un hecho insólito: ver cómo tres leones rugían y trataban de escapar de una jaula caída sobre el asfalto y con sus barrotes doblados. Este curioso hecho se produjo en una caravana de camiones que transportaba jaulas con animales hacia el parque San Martín donde estaba instalada la carpa de un nuevo circo que nos visitaba. Uno de los vehículos que llevaba la jaula en un remolque al llegar a la esquina de 66 y 28 volcó, provocando la caída del carromato, con los animales en su interior. Los barrotes se torcieron pero por suerte no demasiado como para que los leones pudieran huir y producir algún lamentable accidente. Ante lo ocurrido y el temor de los moradores de la zona se hizo presente personal policial de la comisaría 5ta. quienes colaboraron con los bomberos en el traslado de los animales hasta donde se estaba levantando la carpa del circo.
EL PERRO 10
En la plaza Moreno se dio cita una verdadera multitud el 10 de agosto de 1980 para participar en el concurso El Perro 10, organizado por la Dirección de Cultura de la Municipalidad como acto central de los festejos del Día del Niño. El certamen tenía por finalidad elegir al perro que por su simpatía pudiera ser calificado con 10 puntos, a la vez que propiciaba el acercamiento de los niños hacia los animales, acrecentando sus sentimientos de amor y solidaridad. El niño ganador fue Gustavo Amoro junto a su perrita Sabrina.
EL ESCAPE DE LA LEONA
El 31 de enero de 1966, jornada de lunes en nuestro zoológico, históricamente siempre permaneció cerrado, como para que los animales tengan descanso de las “personas”, y en la que se dedica más tiempo a la atención de tareas que cuando hay visitas no se pueden realizar. Y sucedió que se dio la alerta de que la leona Tita no se encontraba en su recinto, sólo estaba su compañero el león, la alerta fue inmediata, dentro y fuera del zoo y dio lugar a todo tipo de comentarios y desnudó una triste realidad del paseo.
El felino no demoró en ser encontrado: se hallaba en el interior de un caño de grandes dimensiones, junto a la cerca perimetral sobre la calle 122. Una comisión policial de la comisaría 9° se hizo presente al mando del oficial inspector Mario Gouget que junto con cuidadores del zoológico, colocaron una reja en uno de los extremos del caño para que Tita pudiera ser atrapada, pero ésta se negaba. Entonces, una dotación de Bomberos a cargo del oficial subinspector Carlos Cardozo, con un camión Tritón, comenzó a arrojar potentes chorros de agua, pero no fue suficiente y se le tiraron gases lacrimógenos. Esto hizo enfurecer más a Tita que enfrentó a sus perseguidores, fue entonces cuando el oficial Gouget, disparó tres veces la ametralladora que portaba.
Conducida al lazareto del Zoológico, con una multitud de curiosos observando a distancia, el jefe del servicio veterinario Dr. Paulo Videla secundado por sus practicantes constató que presentaba dos heridas en el pecho y en la paleta, no pudiéndose determinar la gravedad de las mismas por carecer de los aparatos necesarios para un examen radiológico, sólo se le suministró suero, tranquilizantes y antibióticos.
El profesional visiblemente apesadumbrado sobre el futuro de la leona manifestó “la pérdida de este ejemplar tendría para nosotros doble significación, por cuanto la leona iba a ser madre dentro de poco tiempo y se esperaba obtener, por primera vez, descendientes del magnífico león de melena negra, único ejemplar de esta especie con que contamos”. En la tristeza del momento Videla dijo “Nos hacen falta muchos elementos para trabajar con seguridad y poder concretar eficientes prestaciones; si hubiéramos contado con un rifle para disparar cargas de curare sintético, no hubiéramos tenido que arriesgar un animal de tanto valor”.
No quise saber cómo término “Tita”, lo hubiera podido averiguar, pero preferí no hacerlo, me dio mucha tristeza escribir sobre este hecho real. Tita era un animal, sólo una leona, presumo que añoraba las llanuras de las que la sacaron, para tener sus crías en libertad, ¿qué opina usted?