El informe del Indec dio cuenta también de que los precios de productos y servicios considerados estacionales subieron 4,9% en julio, mientras que los regulados avanzaron 1,4%, y la inflación “núcleo” (es decir la que no toma en cuenta ni los productos energéticos, estacionales o regulados) fue de 3,1%.
En plena etapa preelectoral, no son buenas noticias para el Gobierno, dado que este dato pega de lleno en los sectores más humildes de la población, precisamente aquellos donde el Frente de Todos obtiene buena parte de su respaldo en las urnas.
Alimentos y bebidas –pese a que registró una suba promedio del 3,4%- tuvo un comportamiento mixto, en el que se destacó un menor incremento en los precios de carnes y derivados y pan y cereales respecto a los meses previos. Pero la suba de 4,9% en los estacionales fue explicada principalmente por los incrementos en verduras.
Pese a que la inflación se mantiene en niveles altos, Economía destacó que «se desaceleró por cuarto mes consecutivo recortando así el ritmo de incremento de precios» y que fue la más baja desde octubre último, cuando llegó al 2,8%. En un comunicado, el Palacio de Hacienda resalta que la inflación núcleo se redujo pasando de 3,6% en junio a 3,1% en julio; mientras que los precios regulados bajaron de 3,2 a 1,4%».
De mantenerse la inflación en estos niveles, también se superará la estimación corregida de Guzmán de una inflación anual del 33 ó 34 %, dado que el registro interanual trepó el apuntado 51,8%.
Por encima del nivel general se ubicaron el aumento en bienes y servicios con un alza del 3,2% y bebidas alcohólicas y tabaco y recreación y cultura, ambos rubros con un aumento del 3,1%.Por debajo del alza mensual se ubicaron el alza de los precios de vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles con un 2,9%, equipamiento y mantenimiento del hogar que creció un 2,7% y educación que subió un 2,5%, respecto de junio.
Los sectores con menos incrementos fueron el de prendas de vestir y calzado con un 1,2% y comunicaciones que se incrementó un 0,4%. Con excepción de la región Noreste que acumula un aumento anual de la inflación del 27,3 y del Gran Buenos Aires, con un alza del 28,7%, en el resto del país el costo de vida también superó la pauta anual del gobierno y según algunos analistas, la suba de esa canasta puede agravar las estadísticas de pobreza.
En este marco, el presidente Alberto Fernández insistió con sus críticas al sector empresarial por el avance de los precios: «Tenemos problemas como la inflación porque más allá de los precios internacionales que aumentaron hay empresarios voraces».
En este marco, la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, reconoció que la meta inflacionaria que fijó el Gobierno nacional «en el Presupuesto 2021 no es realizable, porque ya estamos en ese valor», y argumentó que «no hay una receta sencilla y automática para resolver un esquema de alta inflación».
«La inflación se viene reduciendo lentamente, más lento de lo que nos gustaría a nosotros, pero tuvimos un shock de precios internacionales muy fuerte durante los primeros meses del año y eso impactó sobre una economía que estaba trabajando ya con un nivel de inercia elevado» y subrayó que el Gobierno entiende que «la gente que menos tiene es la que más sufre y por eso las políticas vienen reflejando incrementos en beneficiarios como en montos» de asistencia a los distintos sectores.
La elevada inflación mensual con la que viene conviviendo Argentina posee agravantes y es que todo esto ocurre con tarifas pisadas, precios cuidados y otras medidas difíciles de sostener en el largo plazo.
Esta situación de precios obligó a realizar un fuerte apretón monetario en el primer semestre del año, con un giro copernicano a la primera parte de su gestión de Guzmán, donde en el contexto de la pandemia alcanzó un máximo de 76,1% promedio mensual en agosto del 2020.
Desde agosto del año pasado hasta mayo de este año, la emisión monetaria fue desacelerando su ritmo hasta alcanzar un piso en su evolución del 15,4% promedio mensual en el quinto mes del año. El Banco Central transfirió $160.000 millones al Tesoro en lo que va del mes, para hacer frente al aumento del gasto, coincidente con la campaña electoral.
De ese total, el jueves de la semana pasada emitió la cifra más alta del año en cuanto a transferencias de utilidades: $120.000 millones. Las consultoras económicas estiman que la emisión trepará a $1 billón durante el segundo semestre del año. Por su parte, la base monetaria aumentó por encima de la emisión: $189.000 en el arranque de agosto, cifra que podría impactar en el tipo de cambio y la inflación, pese a que el Banco Central tiene recursos para evitar una corrida cambiaria, a los que se sumarán los más de 4.500 millones de dólares que llegarán desde el Fondo Monetario a fin de este mes.
El ritmo de emisión monetaria comenzó a acelerarse, ya que durante el primer semestre el déficit fiscal fue de solo 0,5% del PBI y el Banco Central casi no tuvo que auxiliar al Tesoro. En lo que va de 2021, la base monetaria aumentó $500.000 millones, en parte por el repunte de la actividad económica.
Mientras tanto, también el Indec publicó este martes el Índice de Salarios de junio y mostró una caída en el primer semestre del año con un mayor impacto en los salarios de los trabajadores no registrados