Sonriente y divertido no estaba programado al final de la audiencia general, en el Aula Pablo VI, que durante el recorrido de saludo entre los peregrinos, el Papa Francisco pasara unos momentos jugando al metegol con un joven.
Inmediatamente retratado por los fotógrafos, el Pontífice, no dudó en compartir algunos intercambios en el metegol blanco que habían traído especialmente para él dentro de la sala Nervi del Vaticano.
Se trata de un metegol inclusivo, que una asociación toscana ha realizado para que puedan jugar las personas con discapacidad.
Se lo regaló en persona el presidente de la Asociación Sport Toscana, Natale Tonini, que junto a un grupo de amigos intentan juntos hacer algo bueno para los que tienen dificultades».
El clásico metegol que le regalaron al Papa esta mañana tiene precisamente la característica de ser «accesible» incluso para quienes usan silla de ruedas.
“Sobre la mesa de juego escribimos 16 palabras que, simbólicamente, tiramos tantas pelotas al gran campo de la vida: comunidad, amistad, inclusión, solidaridad, lealtad, compromiso, dignidad, respeto, generosidad, amor, compartir, honestidad, esperanza, grupo, altruismo, coraje”. En realidad, añade Tonini, «son palabras extraídas del vocabulario del Papa y que deben caracterizar el enfoque de todos hacia el juego y el deporte».
Con este estilo, la Asociación -que recientemente también donó varios a las escuelas- seguirá donando esta particular y popular experiencia de juego a parroquias, oratorios y lugares de encuentro juvenil.