Dice que si bien le enseña a sus alumnos que usen casco y chaleco antibalas, cuando cree que no es necesario ella nunca lo hace. Prefiere ponerse el hiyab e incluso otras vestimentas para que la gente no la sienta tan lejana y por respeto a las costumbres de cada comunidad.
Cree a pie juntillas que es “despreciable” que se piense, como muchos piensan, que “esa gente (por los afganos) está acostumbrada a vivir así, siempre en guerra”. Es una luchadora incansable por la humanización de los conflictos.
Conoce como pocos en el mundo la historia y el presente de Medio Oriente, quizás la región más compleja de comprender al tiempo que la más violenta y violentada por las potencias occidentales que siempre han destruido y huido. Pero lo que está haciendo actualmente EEUU -y sus socios de la OTAN- ha puesto en tela de juicio todas y cada una de las acciones que la (todavía) primera potencia mundial ha tomado en materia de política exterior. Asimismo, ha confirmado aquella teoría de que republicanos y demócratas pueden diferenciarse en política interior, pero de las fronteras del país para afuera, en absoluto: Joe Biden está cumpliendo el acuerdo que hizo su predecesor Donald Trump con el Talibán el 29 de febrero de 2020.
Durante una imperdible entrevista en la TV Pública, la periodista argentina radicada en Madrid, España, Karen Victoria Marón (42), arrojó luz en la medida de lo posible, tratándose de un conflicto tan complejo, sobre lo que pasó y lo que se viene en Afganistán. Karen realizó su primera cobertura internacional en Palestina a los 20 años, para luego cubrir la guerra en Irak, Siria, Líbano, Afganistán y Colombia, entre muchos otros sitios.
DE SAIGÓN A KABUL, LA HISTORIA (A VECES) SE REPITE
“Salimos de una intervención en Afganistán por parte de los Estados Unidos y sus aliados, o sea la OTAN, que duró 20 años. Dos décadas que han sido sumamente complejas para Afganistán a causa de la multidimensionalidad de este conflicto, ya que tiene muchísimos actores internos y actores externos, y en el medio, como siempre, la población civil”, remarcó Marón.
Vale recordar que EEUU entrenó y equipó al Talibán para combatir, en el contexto de la Guerra Fría, la invasión a esa nación de la Unión Soviética (1979-1988). En 1996, solo 8 años después del inicio de la retirada de las tropas soviéticas, el Talibán conquistó la capital Kabul e impuso un régimen integrista islámico hasta 2001, sumiendo a la sociedad en su conjunto a un modo de vida literalmente medieval.
El 7 de octubre de 2001, menos de un mes después del ataque a las torres gemelas, una coalición liderada por Estados Unidos bombardeó instalaciones del Talibán y de Al-Qaeda en Afganistán, pues los primeros se negaban a entregar a Osama Bin Laden.
El 13 de noviembre de ese año, la denominada Alianza del Norte (de Afganistán), un grupo de rebeldes anti-talibanes respaldados por fuerzas estadounidenses y de otros países de la OTAN, entró a Kabul. El Talibán se fue de la ciudad. Y EEUU se quedó hasta hace días.
Así como en 1975 huyó de Vietnam dejando un gobierno comunista y a quienes colaboraron con la potencia occidental condenados a muerte luego de una cruenta guerra en nombre de “la democracia y la libertad”, ahora se va de Kabul dejando en el poder al Talibán. Todo lo que toca el Imperio, lo empeora, lo corrompe, lo destruye.
Dijo la BBC de Londres: “En Estados Unidos se llegó a llamar al Talibán “combatientes de la libertad”, pero llamarlos guerrilleros fundamentalistas islámicos hubiera sido más apropiado. Grupos guerrilleros locales resistieron durante años la invasión soviética con el apoyo de Washington, que les suministró armas y dinero para entorpecer los objetivos de la URSS, la superpotencia rival. Según revelaron documentos desclasificados, investigaciones periodísticas y testimonios de los protagonistas años después, los estrategas de Washington buscaban que la Unión Soviética se viera atrapada en Afganistán en un “lodazal” que consumiera vidas, dinero y recursos como Estados Unidos había sufrido años antes en la guerra de Vietnam. Se llamó “Operación Ciclón” y la prensa de la época la describió como la “mayor operación encubierta en la historia de la CIA”.
EEUU, 20 AÑOS DE UNA INTERVENCIÓN «ABSOLUTAMENTE DESPROLIJA”
“Quiero hacer mucho hincapié en el tema de la población civil -dijo Karen Marón-, porque por ejemplo ayer hubo un doble atentado en las afueras del aeropuerto de Kabul, y hay que ver cuáles fueron las víctimas. Hubo 15 soldados estadounidenses, pero un total de 170 víctimas, que se van superando”.
Añadió que “en todos los conflictos esto es consuetudinario, es permanente: al pasar un tiempo aumenta la cantidad de heridos civiles y también de muertos civiles, pues estas situaciones se producen en lugares donde está faltando la medicina, donde está muy vulnerable todo el sistema sanitario… Bueno, en realidad, casi no hay sistema sanitario”, reflexionó.
Siguió diciendo que “entonces se sale de dos décadas de intervención militar de una manera absolutamente desprolija. Los especialistas en la región volvimos a mirar a noviembre de 2020, cuando empezaron a forjarse los acuerdos entre el ex presidente Donald Trump y el Talibán, y todos coincidimos que en estos meses las cosas podrían haber sido muy diferentes, sin ninguna necesidad de ver esas imágenes terribles y caóticas de los civiles intentando escapar del poder talibán”.
“Las evacuaciones podrían haberse hecho en forma escalonada, y hubo muchos meses para programarlas y reprogramarlas. Ahora, en cambio, está la presión del plazo del 31 de agosto para evacuar. Hay países que ya evacuaron a sus soldados y a sus civiles. Pero la desesperación que vemos en el aeropuerto, (más aún) con este doble atentado realizado por ISIS-K, hace que entremos en una nueva instancia del régimen talibán que no afecta sólo a las mujeres, sino a la sociedad en su conjunto”, puntualizó.
EL TALIBÁN NO ES EL ISLAM
“Por supuesto que la mayoría de la población en Afganistán es musulmana”, señaló Karen, pero aclaró: “Talibán viene de Talib, que son los estudiantes de la madraza (del árabe madrasa), las escuelas del Corán. Ahora bien, ¿qué Corán? En rigor es una radicalización y una distorsión del Islam”.
Al respecto, Marón reseñó el origen de esta “radicalización y distorsión”. “Esto nace en el año 1866 en el norte de la India, en una región llamada Deoban. Allí surge el Deobandismo, una interpretación ultraconservadora que (como si fuese poco) luego fue infiltrada por el Wahabismo”, la corriente que gobierna en Arabia Saudí.
El Wahabismo es una corriente del Islam muy conservadora que surgió en la península arábiga en el siglo XVIII. La impulsaron aquellos creyentes que defendían volver a las enseñanzas de las tres primeras generaciones de musulmanes, conocidas como salaf, que en árabe significa “antepasado”.
El wahabismo, una de las bases del Talibán junto con el deobandismo, es una corriente ultraconservadora del Islam que gobierna en Arabia Saudí. Por ello muchos se preguntan porqué está puesto el foco sobre el trato a la mujer solamente en Afganistán y no en esa otra nación. Es que Arabia Saudí es un aliado clave de los EEUU
“Son las líneas más radicalizadas de lo que es el Islam, pero no es el Islam. El Islam es una de las religiones monoteístas y cuando se va a las fuentes, quienes se basan en el Islam no tienen estas posturas. Me parece que es una responsabilidad social no aportar a la islamofobia, porque nada más alejado (del Talibán que el Islam). La fuente del Islam son las escrituras sagradas del Corán y los dichos del profeta, después cada uno hace una interpretación diferente y termina, por ejemplo, en el Talibán (…) Reitero, se habla mucho de lo que va a ser el sufrimiento de las mujeres, y es real, pero el Talibán va a someter a una sociedad: está claro que son miles y miles los que quieren escapar”, apuntó la experta.
¿MUJERES MÁS LIBRES O PROPAGANDA?
Karen subrayó: “Se dice que durante la intervención las mujeres tuvieron acceso a las universidades. Sí. ¿Cuántas? Un 10% y en las grandes urbes. Se dice que tuvieron acceso a determinados trabajos. ¿En qué medida? Un ínfimo porcentaje en sólo tres ministerios. Ahora, ¿qué pasaba en las afueras de las ciudades?”, se preguntó.
Respondió: “Hay documentos de la CIA que se han desclasificado y que hablan de temas de propaganda sobre la situación de las mujeres para conmover los corazones de los seres humanos, claramente, pero durante la intervención, fuera de las urbes, la situación de la mujer no cambió en absoluto. Seguían los asesinatos de honor, es decir que si una mujer era violada no era contenida ni protegida ni cuidada, sino asesinada por su propia familia; eso sucedía antes de la intervención, durante la intervención y se va a intensificar ahora. Los matrimonios forzados para niñas menores de 16 años ocurrían antes, durante la intervención y se van a intensificar ahora”, advirtió.
“Por lo tanto, cuando en determinadas situaciones se utiliza eso de que la situación de la mujer había mejorado, es muy pero muy relativo: fue sólo en las grandes ciudades y en pequeños porcentajes. Por lo demás, hay que tener en cuenta que las prácticas conocidas se siguieron implementando, y más allá de la religión, a causa de una transversalidad cultural que legitima y avala ese tipo de conductas”, describió.
Video.- Hillary Clinton admitiendo que EEUU creó al monstruo
https://youtu.be/kz293ocSvJ4
SOBRE LLOVIDO MOJADO, EL ISIS
Los atentados en las afueras del aeropuerto de Kabul se los atribuyó el ISIS-K. El Talibán los condenó. ¿Se avecina una guerra civil? No se sabe. Lo cierto es que para el ISIS el Talibán son traidores al Islam.
Contó Karen que ella no suele usar el término “ISIS ni Estado Islámico, porque no es un estado pues no es derecho de sujeto internacional, ni es islámico porque no está acorde a las reglas del Islam”. Así, suele utilizar el acrónimo nativo Daesh. No obstante, en la entrevista apeló al término ISIS para no confundir.
“Se lo llama ISIS-K porque proviene de la provincia afgana de Khorasan (que se pronuncia Jorasán). Allí hay una serie de movimientos islámicos que son un desprendimiento del Talibán. Luego de la muerte del mulá Omar, líder del Talibán que murió en 2013, aunque su fallecimiento se conoció oficialmente recién en 2015, quedó a cargo su hijo, con el cual esos grupos están en desacuerdo, de manera tal que pasaron de ser Talibán a ser ISIS”, señaló.
Advirtió que “tienen un poder extraordinario en la provincia de Khorasan (región histórica de Persia que engloba partes del actual Irán, Afganistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán)”.
¿Qué posibilidades hay de que el Talibán sea menos duro tal como prometieron en la conferencia de prensa que dieron al retomar el poder?, se le preguntó a la especialista. “Talibán y moderado son términos absolutamente contradictorios”, sentenció.
“En la conferencia de prensa mostraron que aprendieron de diplomacia, de relaciones públicas, idiomas; se los ve con las nuevas fuerzas especiales, que son grupos pequeños, y con el armamento que dejaron los EEUU. No sólo cuentan con material de alta tecnología sino con un entrenamiento militar muy específico. Por lo demás -insistió Karen Marón-, a partir de esa conferencia, desde el instante cero, yo dije que no hay relación entre Talibán y moderado. ¿Por qué? Simplemente porque cuando uno revisa las creencias del Deobandismo nacido en el norte de la India en 1866 más el cruce con el Wahabismo… En fin, cuando algo es esencia, es inmutable. Si es el ADN de ese movimiento basado en cuestiones muy específicas, es inmutable”.
Un artículo del diario El País de España resumió así esas “cuestiones inmutables”: Las mujeres son una fuente constante de tentación para el hombre, por lo que deben quedar ocultas en la sociedad; las imágenes, sin excepción, constituyen una idolatría; la música occidental pervierte, y los castigos como ejecuciones, amputaciones y latigazos deben ser aplicados en público como enseñanza para toda la comunidad. Es la visión extrema que los Talibán tienen del Islam, una religión que invoca a Dios como ‘el Clemente y el Misericordioso’.