El fenómeno de la casa de papel se puede enmarcar en un contexto donde la globalización entró a una fase donde no todo está centrado en EE.UU, y vuelven a aparecer productos de otras naciones. Allí podemos ver las famosas novelas coreanas y turcas, o series de origen alemán, mexicanas o españolas. La historia que nos incumbe posiblemente sea la nave insignia de las producciones llegadas de la madre patria a La Argentina y el mundo.
Tomando elementos de una gran cantidad de cintas de robos la casa de papel cuenta la historia de un grupo de ladrones convocados por El profesor para dar un golpe en la casa de la moneda de España e imprimir una fortuna en billetes. Con esa premisa la temporada original (que en realidad es una temporada, luego Netflix la dividió en dos) dio la vuelta al globo y convirtió en estrellas a gran parte de su elenco.
No obstante, cuando el creador Alex Pina aceptó continuar una historia que había tenido un cierre digno, no hizo más que demostrar errores de guion y tramas forzadas. Es que continuar una serie cuyo mejor personaje, Berlín, murió al final de la temporada original era un desafío, muy complicado para un elenco de jóvenes atractivos, pero sin grandes talentos actorales.
Las temporadas tres y cuatro fueron una completa basura, principalmente porque para continuar la historia decidieron forzar una trama donde esos personajes se veían en una situación exactamente igual a la anterior, y cuyas variaciones eran o irrelevantes o absurdas. La historia seguía girando en torno los mismos conflictos demostrando que sus personajes no evolucionaban en lo más mínimo, siendo que la historia original, si bien estaba lejos de ser perfecta, tenía un rumbo claro.
Ahora bien, si hubo un elemento que fue malo en la historia original y que fue amplificado hasta el hartazgo en las temporadas tres y cuatro fueron las conveniencias argumentales en torno al profesor. Si bien en un principio podía ser hasta simpático que el protagonista pareciera estar un paso adelante siempre, eso se transformó en un vicio, y parecía que en realidad el personaje había leído el guión, y sabía lo que iba a pasar por obra y gracia del espíritu santo.
De esta forma, llegamos a una quinta temporada que ya no despertaba la expectativa de otros momentos. Si debo decir que tuvo de superador diría que fue la acción, la temporada no da tantas vueltas sobre los mismos conflictos de siempre, y va directo a secuencias de disparos que dejan al espectador mucho más pegado al asiento que cualquier conflicto amoroso o familiar de estos personajes.
Si bien se podría pensar que esto es un elemento meramente efectista, lo cierto es que era lo que la serie pedía, dejar los diálogos de telenovela y poner a los personajes en un peligro real. Además, se nota que Alex Pina tomó nota de las críticas sobre las conveniencias en torno al profesor, y este está secuestrado casi toda la temporada, y no puede ser el maestro del de sus ex machina que fue en el pasado.
Esto no quiere decir que se haya pasado de lo mediocre a lo genial en un salto, sigue habiendo muchos elementos que me parecen erróneos, como la subtrama/spin off de Berlín (porque era el mejor personaje y hay que traerlo de vuelta sino queda de manifiesto que sin él esto es aburrido). Ahora bien, esta temporada tiene grandes errores de dirección, en especial los cortes absolutamente anticlimáticos en las secuencias de acción.
En muchos momentos el director crea escenas de suspenso o tensión con música mayormente acertada, pero sin previo aviso hay un corte. Supongo que hicieron esto pensando que de esa forma el público tiene un momento de respirar, pero no es así. Esto termina siendo un tiro en el pie para el clima logrado y esto se ve en la mejor secuencia de la temporada, la muerte de Tokio. Esta se da en un tiroteo fenomenal pero que es constantemente interrumpido por flashbacks, o momentos de diálogos molestos, pero al final termina siendo una muerte similar en epicidad a la de Berlín, y con una referencia a León el profesional que le suma muchos puntos.
Finalmente, la serie aprendió de sus errores y termina la primera mitad del final con una clasificación de aprobada. Bastará esperar hasta diciembre para ver si la conclusión de la historia deja satisfechos a los fans o es un capítulo más de un programa que ha durado mucho más de lo que debió, y cuya existencia actual por momentos parece un robo a la altura de aquel a la casa de la moneda.