Entre las calles 50, 54, 23 y 27 hay un gran parque que los platenses erróneamente hoy llamamos San Martín. En rigor, su nombre original fue el de «General San Martín» hasta 1917 cuando se lo denominó «Bartolomé Mitre». Pero en 1926 recibe su actual nombre, Parque Vucetich, que evoca a Juan Vucetich el antropómetra argentino autor del sistema de identificación dactiloscópica adoptado por casi todos los países del mundo.
Antiguamente se denominaba «Plaza de Armas» en este lugar hacían sus maniobras los soldados en su conscripción, muchos le llamaban «La Clementina» por algo que comentaré más adelante.
En un sector del parque funciona la que fuera la dirección de Obras Sanitarias. Es que en una ciudad moderna como iba a ser La Plata, la nueva capital de la provincia, uno de los servicios urbanos básicos fue encarado desde antes de la fundación, el proveer aguas corrientes y construir los drenajes sanitarios. Es así que el 26 de junio de 1882 el Poder Ejecutivo encomendaba por decreto a los ingenieros Francisco Lavalle y Juan Medici, la preparación del proyecto de planos y presupuestos para las obras necesarias a uno y otro fin.
De acuerdo a las instrucciones impartidas, los ingenieros debían planificar la toma de aguas del Río de La Plata o de la napa semisurgente y la conducción de los efluentes cloacales al mismo río o bien a terrenos preparados para la irrigación; por ley, del 19 de diciembre de 1882, el Poder Ejecutivo fue autorizado a contratar las obras de infraestructura urbana de La Plata.
Por decreto del 22 de febrero de 1883, se encargó a los ingenieros Lavalle y Medici la construcción de las obras y adquisición de los materiales necesarios según sus propios planos y presupuesto, para conducir el agua obtenida en el pozo semisurgente de la ciudad, hasta edificios públicos que estaban todavía en construcción.
En marzo de 1883, con la expresa conformidad del presidente de la República, general Julio A. Roca, se recibió en La Plata una remesa de caños facilitados por la Comisión de Obras de Salubridad de la ciudad de Buenos Aires, con los cuales se dio principio a los trabajos. El 17 de octubre de ese año quedaban terminadas las obras de colocación de máquinas y cañerías para distribuir aguas a los edificios públicos de la nueva capital, según manifestaban los ingenieros Lavalle y Medici, quienes exponían seguidamente la necesidad de establecer las conexiones entre esos edificios, nombrar maquinista y fijar la cuota para el abono al servicio, la cual fue establecida en $0,10 fuertes por metro cúbico y por liquidación mensual.
Para el abastecimiento general de la ciudad, la Comisión Central de Aguas Corrientes de La Plata se dirigió su presidente, el Sr. Emilio V. Bunge, al Poder Ejecutivo el 13 de diciembre de 1885 a fin de solicitar aprobación de un presupuesto para equipar la planta de bombeo establecida en el Parque Sudoeste» (actual Parque Saavedra) paraje muy elevado en relación a la altimetría general de la ciudad, cuya altura máxima alcanza a 33.00 metros sobre el nivel del mar en la zona de avenida 19 y calle 70.
Es así que con mucho más consumo de agua se comienza la construcción en el actual Parque Vucetich de la Usina que según el Sr. José Enrique Bellomo resultaba “fundamental, porque entre el 30 y el 40% del vital elemento que había en 1905 se utilizaba para el riego de calles, plazas y paseos, y por eso no alcanzaba”.
Durante muchos años existió hasta su desguace, un tanque elevado muy cerca de la usina sobre la calle 54 y 25 de fabricación alemana con más de 200.000 litros de capacidad, recuerdo que siempre perdía y donde caía el agua crecía gran cantidad de berro que la gente del barrio juntaba como alimento. Este gran espacio verde en tiempos de la construcción de la usina no tenía árboles, los que se fueron agregando después en su mayoría eucaliptus, casuarinas, gran cantidad de fresnos y paraísos entre otras especies.
EL VUCETICH
Este espacio supo ser un gran potrero donde jugaban al fútbol equipos como el de Platense y otro que se denominaba Talleres, eran comunes por la zona los espacios vacíos, donde todavía nadie había edificado y se tomara como cancha de fútbol.
Durante muchos años el Club Everton con sede social en la calle 14 Nº 1528 entre 63 y 64 utilizó el predio en el sector de la calle 54 de 25 a 27, es así que entre los clubes Centro de Fomento y Biblioteca General San Martín con domicilio en la calle 53 y 22 y el club Everton se formalizó un préstamo para la práctica de fútbol en dicho lugar con las firmas de sus representantes Sres Julio Nicolás Graziano y Eduardo Spizzirri y secretarios Julio Dolmos y Pedro Pierino Marzano, respectivamente, esto fue a partir del 30 de junio de 1960, Everton utilizó el predio hasta el año 1995.
UN JARDIN DE INFANTES Y «LAS CLEMENTINAS»
Este gran parque fue aprovechado también por una institución con mucho arraigo en la zona como lo es el Centro de Fomento Gral. San Martín. Allí con fecha del 1° de mayo de 1944 se inaugura un Jardín de Infantes que era sostenido por la Universidad Popular «Alejandro Korn» ,es así que es autorizado por la Dirección General de Escuelas a funcionar con la denominación de «Jardín de Infantes General San Martín», bajo la dirección de la Sra. Lucy Edith Van Domselaar de Spangler, con título de maestra normal nacional, actuando como ayudantes las Srtas. Aurora Rosa Monreal, Nora Julia Fumagalli, María Luisa Gracia y Elda Zulema Carmen Buceta, quienes poseen idéntico título. Esta institución años más tarde pasó su Jardín a una construcción muy moderna, independizándose de las instituciones de bien público que lo promovieron, transformándose primero en Jardín de Infantes Nº3 y luego en el 903 General San Martín, a metros de la usina del parque, disfrutando los pequeños de las bondades del lugar.
Habíamos mencionado «Las Clementinas». Éstas eran dos locomotoras adquiridas al Uruguay, una de ellas se llamaba «Clementina» bautizada así en homenaje a la esposa del dictador Máximo Santos. Estas máquinas formaban parte del proyecto del Tranway municipal, pequeño ferrocarril que sería destinado para abastecer a la ciudad de alimentos y dotar de comunicación con las poblaciones cercanas al Hospital de Melchor Romero y los mataderos de Abasto, para tal fin llegaron a nuestra ciudad el 20 de octubre de 1901.
El Tranway Municipal a vapor fue inaugurado el 30 de septiembre de 1902, popularmente conocidas como «Clementinas», este pequeño ferrocarril cumplió su labor eficientemente durante muchos años, partían 4 trenes de ida y otros tantos de vuelta. La boletería y estación de encomienda se encontraba en la calle 51 entre 17 y 18 N° 1137, de allí partía y por la avenida 51 llegaba hasta el actual Parque Vucetich donde se encontraba un taller de mantenimiento y parada, luego por la 51 hasta salir del radio de la ciudad.
Sacadas de circulación en el año 1918, otro transporte muy original vino a reemplazar al pequeño ferrocarril, el Auto Riel S.M.A.R (Servicio Municipal de Auto Riel), este transporte era una especie de ómnibus adaptado para circular por vías, que tenía su punto de partida en 51 y 23 y aprovechaba en parte el recorrido de «Las Clementinas».