El desplante que Roca le hizo a Rocha

Episodios de épocas fundacionales que quedaron documentados: la colocación de la piedra fundamental y las primeras instituciones educativas

El Ministerio de Salud bonaerense (Fotos, colección Roberto Abrodos)

La fundación de la ciudad de La Plata (nueva capital de la provincia de Buenos Aires) dio por concluido un largo enfrentamiento entre facciones acerca de la distribución política de la nación. Luego de la caída de Rosas, en 1852, se pretendió sancionar una Constitución para poder dar una organización política y emprender y sentar las bases, pero Buenos Aires, recelosa de su autonomía y sus riquezas a través de la posesión del Puerto y la aduana, siempre dijo no a proyectos que corrían contra sus intereses.

A poco más de un año y en tiempo récord, hechos los análisis pertinentes de suelos, accesibilidad, distancia de la ciudad de Buenos Aires, etc., y de analizar distintos lugares ofrecidos para albergar la capital de la Provincia (ciudades como Quilmes, Las Flores o Chivilcoy), y nuevas tierras para la construcción de la nueva ciudad, finalmente se optó por la zona de las lomas de Ensenada para la fundación de la ciudad. Y el 19 de noviembre de 1882 se coloca la piedra fundacional de la ciudad higiénica por excelencia, empalme entre positivismo, ciencia, higienisimo, masonería y racionalidad.

Por diferencias políticas que ya eran insalvables, el presidente Julio Argentino Roca no asistió al acto de colocación de la piedra fundacional, excusándose de tener que realizar un viaje “impostergable” a Córdoba. En su lugar envió al ministro de Relaciones Exteriores e interino del Interior, el Dr. Victorino de la Plaza ya que, por razones de salud, tampoco pudo asistir el vicepresidente de la nación, Francisco Madero. Fue un verdadero desplante ante semejante acontecimiento histórico, la fundación de la ciudad capital.

Si bien el fundador de La Plata, Dardo Rocha, fue uno de los principales aliados de Roca, su afán modernizador, su carrera vertiginosa en la “cuestión Capital” para fundar La Plata, y su intención de utilizar la gobernación de Buenos Aires como una plataforma para llegar a la primera magistratura nacional, fueron los principales factores que deslucieron la relación con el presidente, quien en un principio, sino se convirtió en un enemigo, al menos se alejó bastante. Ya a fines de ese año, en 1882, Roca desconfiaba de su antiguo aliado, y no estaba equivocado, pues Rocha tejía un entramado que no llego a estallar por filtraciones en su plan.

La ciudad de La Plata se concibió y diseñó en los papeles antes de poner el primer ladrillo, un caso muy poco común en el mundo para la época de su concepción. Su traza original, desarrollada por el Departamento de Ingenieros, con Pedro Benoit a la cabeza, terminan enviando el proyecto de plano el cual tiene la forma de un cuadrado perfecto, con una plaza principal en su centro geográfico, y dos diagonales que lo atraviesan de norte a sur y de este a oeste. El plano se basa en una concepción racionalista con origen en preceptos de la higiene; la Ciudad contó con un bosque propio, amplias avenidas, plazas y parques ubicados exactamente cada 6 cuadras en los cruces de avenidas, y el acceso al puerto natural de Ensenada.

Y es traza contó además con un eje cívico principal en los cuales se manifestó la representación del poder, desde la Avenida 1 hasta la calle 15 y limitado por las Avenidas 51 y 53, a través del establecimiento de los edificios públicos como Comisaría de Policía (hoy Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires), Casa de Gobierno, Legislatura Provincial, Municipalidad y Templo. A ambos lados del eje principal se establecieron de modo equidistante de la plaza principal (hoy Plaza Moreno), el Palacio de Justicia (avenida 13 entre calles 47 y 48), Consejo de Educación (hoy dirección general de Escuelas de la Provincia de Buenos Aires, avenida 13 entre calles 56 y 57).

Mientras que a ambos lados de la Plaza San Martín (sobre la Avenida 7), se instalaron los ministerios de Hacienda (7 entre calles 45 y 46) y de Gobierno (hoy ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos, avenida 7 entre calles 58 y 59).

¿Y la educación?

La educación primaria, y teniendo en cuenta que desde que se colocó la piedra fundacional de La Plata en noviembre de 1882 con lo cual se movilizaron grandes cantidades de obreros con sus familias para edificar la Ciudad, el gobierno provincial se encargó rápidamente de la situación importando casillas de madera directamente desde los Estados Unidos para albergar a los pequeños estudiantes y a los docentes.

A medida que la construcción de los edificios públicos y la Ciudad avanzaba, aquellas casillas de madera fueron cediendo antes los Palacios de la Educación -las escuelas semejaban palacetes- que ya tenían lugar en los planos de la Ciudad en diversas manzanas y medias manzanas de la traza original. Los mismos fueron diseñados por el arquitecto Carlos Altgelt luego de su estadía en Alemania, donde cursó sus estudios universitarios.

Pedro Benoit

Al volver al país,  Altgelt se convirtió rápidamente en un referente de la arquitectura escolar, ocupando diferentes cargos en la dirección general de Escuelas de la Provincia y en distintos Consejos Escolares. En el caso platense se le asignó el diseño y construcción del Palacio de la Educación (actual dirección general de Cultura y Educación, ubicado en avenida 13 entre 56 y 57) cuya piedra fundacional se constituyó en noviembre de 1883 contando con la presencia ni más ni menos que del propio gobernador y fundador de La Plata, Dardo Rocha. También estuvieron en esa oportunidad, el presidente del consejo nacional de Educación, Dr. Benjamín Zorrilla; el director general de Escuelas y presidente del consejo general de Educación de la Provincia, Dr. Nicolás Achaval, el vicepresidente del consejo general de Educación, Dr. Juan Manuel Ortiz de Rozas, y el Dr. Eduardo Wilde, ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública de la Nación entre otras destacadas personalidades. Y otra vez, el presidente, Julio Argentino Roca, clavó el ausente.

A su vez, los diferentes templos de la educación primaria se fueron construyendo gracias a las partidas presupuestadas asignadas por Rocha primero, continuado por Carlos D’amico (gobernador 1884-1887) y luego por Máximo Paz (1887-1890).

El Observatorio

La situación de la educación secundaria en La Plata fue más compleja, ya que, habiéndose entregado la ciudad de Buenos Aires a la Nación, la provincia perdió su Colegio Nacional y la Universidad. Para colmo de males,  la Constitución Provincial vigente, de 1873, dispuso que la educación secundaria dependiera exclusivamente de la universidad, por lo que ese nivel se encontraba en una encrucijada, ya que no tenía lugar.  El caso se agravó en 1883 cuando el Gobierno provincial sancionó una ley de residencia, en la cual obligaba a trasladarse a La Plata a todos los funcionarios públicos con sus familias, esta era la difícil tarea de arraigar a los nuevos “platenses”, que en realidad no lo eran.

En conclusión, la Provincia constituyó el Colegio secundario en La Plata a través del decreto del gobernador Carlos D’amico, el 25 de febrero de 1885. El mismo se instaló en un local ubicado en la esquina de calle 9 y 47, y adoptó el plan de estudios del Colegio Nacional de Buenos Aires.

Ministerio de Educación de la Provincia en avenida 13

De esta manera, el gobernador ponía fin a la situación irregular en cuanto a la educación secundaria en la Provincia. Un año más tarde el colegio se muda a un edificio de propiedad provincial en la avenida 51 entre calles 17 y 18 (hoy Ministerio de Salud).

Por otro lado, se designa rector al italiano Matias Calandrelli, y una nómina de docentes para empezar las clases lo más pronto posible. Se otorgaba el título de bachiller y los alumnos podían continuar los estudios universitarios pero para ello, al no tener la ciudad una Universidad, sí o sí debían trasladarse a la ciudad de Buenos Aires lo cual para la época era un problema.

Luego de la fundación del Colegio Provincial de La Plata, que por gestiones del gobernador Máximo Paz fue transferido a la Nación en 1887 haciéndose efectivo un año después, la Provincia crearía una Universidad bajo su órbita.

LA CREACIÓN DE LA UNLP

Inspirado por un proyecto que encabezó Rafael Hernández (hermano del autor del Martín Fierro, José Hernández), en 1889 se crea la Universidad de La Plata que, por los vaivenes económicos y políticos, no pudo abrir sus puertas hasta el año 1897.

La decisión de abrir una universidad fue pródigamente saludada por los eruditos de la región y los jóvenes estudiantes del Colegio, ahora nacional. La Universidad tomó los estatutos de la de Buenos Aires.

Cabe enfatizar que la Universidad no cuenta en sus inicios con otros órganos científicos como la facultad de Agronomía y Veterinaria, el Museo de Ciencias Naturales, el Observatorio Astronómico y la Biblioteca Pública de la provincia. Estos blasones de la ciencia serían tenidos muy en cuenta por Joaquín V. González para su proyecto de universidad nueva. Superadas las crisis económicas, y por decreto del gobernador Guillermo Udaondo, en 1897 comenzaron las clases universitarias siendo su primer rector el Dr. Dardo Rocha. Un primer paso estaba dado, faltaban capítulos, pero esa es otra historia.

Joaquín V. González
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