Sin duda mucho se ha escrito, se escribirá y difundirá hoy acerca de aquella histórica jornada ocurrida hace 76 años. No pretenden estas desordenadas líneas empardar los enjundiosos comentarios que hoy, seguramente, podremos analizar.
Creo, en mi humilde opinión que no puede entenderse el 17 de octubre sin hacer un somero repaso de lo ocurrido en nuestro país a partir del 25 de mayo de 1810 y, aprovechando el tiempo transcurrido, intentar hacer un aporte para el futuro.
Nuestra historia nos ha enfrentado desde nuestros orígenes en saavedristas y morenistas, unitarios y federales, radicales y conservadores por señalar la primera etapa. A partir del movimiento histórico de 1945, esa división, se ha circunscripto y acentuado en peronistas y antiperonistas.
No solamente existe esa divisoria de aguas sino que ha habido un empecinamiento para menospreciar y hasta tratar de eliminar las ideas y hasta sus sostenedores. Nuestra pasado es rico en ejemplos, las luchas fraticidas en la época de nuestra organización nacional, los asesinatos de Quiroga, Dorrego y del General Valle más tarde, por mencionar tres ejemplos que bastarían para demostrar este aserto.
La “Historia Oficial” se ha encargado de ocultar todo aquello relacionado con nuestro “Ser Nacional” como acertadamente lo describe Hernández Arregui
Nos han ocultado, por ejemplo, el Primer Grito Independentista del 29 de junio de 1815 simplemente porque el mismo fue encabezado por Artigas, a quien obviamente se ha tildado de pendenciero, violento etc. por decir lo menos. No debemos olvidar aquella orden y permiso de darle muerte al caudillo oriental dada por el Gobernador Sarratea que explica – entre otras cosas- su ausencia del Congreso celebrado en Tucumán el año siguiente.
Otro tanto ocurrió con el ascenso de la clase media al poder encabezado por Yrigoyen, derrocado el 6 de septiembre de 1930 con las inevitables consecuencias de interrupción de un proceso democrático y republicano.
Las fuerzas y medios de difusión se encargaron de denostar al caudillo radical a quien encarcelaron en la Isla Martín García tal vez , sin quererlo, en forma premonitoria por lo que ocurriría 15 años después.
Se dijo entonces que era un corrupto, autoritario etc. Y la prensa de entonces se encargó de dar una opinión absolutamente parcial y tendenciosa y, de paso, una suerte de “lavado de cerebro” de la población. Esto sucedió antes y después. Digamos hasta nuestros días.
Así llegamos en 1945, a la organización del Grupo de Oficiales Unidos (GOU) encarnado en el movimiento militar de aquel año que en definitiva sembraron las ideas que dieron lugar a aquel día que hoy recordamos. El entonces Coronel Peron, tenía muy claro su proyecto revolucionario enmarcado en los conceptos filosóficos y doctrinarios, la toma del poder, el dogmatismo e institucionalización.
Muchos sostienen, quizá con razón, que ese 17 de octubre fue el nacimiento del peronismo. Entiendo que ese día fue la concreción de la identidad de la conciencia del ser nacional y ha perdurado hasta nuestros días.
Debemos destacar que transcurría la pos guerra y que los líderes mundiales de entonces (Churchill, De Gaulle) no pudieron perdurar luego de finalizar sus gestiones.
Perón fue derrocado, encarcelado, proscripto, perseguido condenado como Traidor a la Patria y hasta intentado asesinar y permanece enhiesto hasta nuestros días.
Decíamos más arriba algo sobre el papel de los medios de comunicación de aquellos días
Veamos algunos ejemplos:
“Grupos aislados que no representan al auténtico proletariado argentino tratan de intimidar a la población”. (Diario Crítica)
Grupos armados obligaron a abandonar el trabajo a los obreros de diversas fábricas”. (La Razón)
“Agitada reunión frente a la Casa de Gobierno”. (Noticias Gráficas)
“Compulsivamente provocóse el paro de actividades en localidades bonaerenses”. (El Mundo).
Como muestra de una incipiente parcialidad, el 18 de octubre no salió la edición de Clarín.
Se intentó ocultar las bases y razones de aquella movilización que tenían como objetivo iniciar un proceso transformador, señalando la existencia de grupos armados y asilados carentes de representación en el proletariado (como decía Crítica)
Nada se hablaba de los movimientos pacíficos aunque organizados por Eva Peron, Domingo Mercante, Cipriano Reyes entre otros, y de la auténtica pasión del pueblo que aún perdura.
El 17 de octubre bien puede calificarse como la fecha simbólica de la profundización de un proceso transformador, revolucionario, nacional, popular, republicano y respetuoso del orden institucional.
Las fuerzas antinacionales, apoyadas desde el exterior, (como denunciara Oscar Alende en vísperas del inicio de la dictadura cívico militar de 1976) obviamente denostaron, entorpecieron, vilipendiaron y alentaron el rompimiento del orden constitucional bajo el amparo de oscuros designios.
El bombardeo de Plaza Mayo de 1955, el Golpe de la mal llamada revolución Libertadora, el asesinato de Valle, los fusilamientos de junio de 1956, el Plan CONINTES , la derogación de facto de la Constitución de 1949, los 18 años de proscripción, los fusilamientos de Trelew, la persecución y muerte han sido prolijamente ocultados por los medios de información, por parte de la dirigencia y, claro está, por los escribas que nos cuentan una historia absolutamente parcial cuando no mendaz.
Hice una síntesis por demás abreviada y seguramente susceptible de acertadas críticas, pero haciendo un repaso de nuestro pasado, aún hoy no puedo explicarme las razones que los descendientes de aquella gesta transformadora de Yrigoyen, cuyas banderas fueran levantadas por F.O.R.J.A. como movimiento latinoamericano, y que en gran parte ampliaran la base de sustentación ideológica del Movimiento Nacional y Popular que hoy recordamos, renunciaran y abandonaran a aquellos principios.
El Movimiento emergente del 17 de octubre se mantiene hasta nuestros días pero sí hay algo que puede resaltarse es que se ha hecho cargo de sus aciertos, desaciertos y hasta de sus contradicciones pero siempre fiel a sus principios e ideario fundacional.
Y, a pesar de todo, continúa bregando y honrando a sus mujeres y hombres que han entregado todo en salvaguarda del ser nacional.
Y esto es insoportable para los intolerantes de siempre que bajo el paraguas de la democracia, la libertad y la república, no hacen más que mancillar la esencia de nuestra nacionalidad.
Debemos resaltar también hechos que han puesto en mira la unidad nacional, el encuentro de Balbín y Perón en 1972, el acompañamiento del peronismo junto a la gran mayoría del pueblo argentino en aquellos episodios de Semana Santa de 1987, por sólo citar dos.
El Movimiento Nacional y Popular que derivara de la movilización del 17 de octubre, siempre respetuoso del orden institucional y democrático, ha debido tolerar y enfrentar continuos ataques de todo tipo.
Hoy, como siempre, son apreciables a simple vista. Es de esperar, para el futuro y provecho de las nuevas generaciones, una tolerancia y aceptación del juego democrático.
Brillante muy bueno