Vivencia, Pastoral, PorSuiGieco, Nito Mestre y Los Desconocidos de Siempre. Dúos y grupos que se mencionan casi automáticamente cuando se habla de folk rock dentro del vasto universo del rock argentino (1). Pero los pioneros de ese estilo, y sin dudas los más influyentes a lo largo de la historia de la música nacional, fueron Miguel Cantilo y Jorge Durietz.
El dueto nació en 1967. Pero la oportunidad de grabar el primer disco simple les llegó en 1970 de la mano del músico de tango Horacio Molina, quien luego de escucharlos en un café concert los presentó en la discográfica CBS.
Cuando fueron un trío vocal, junto con Guillermo Cerviño, se llamaron Cronopios. Pero como dúo y ya en los estudios de grabación les sugirieron cambiar el nombre. Primero pensaron en Miguel y Jorge, hasta que se dieron cuenta de que sólo les faltaba la palabra coiffeurs para pasar de un grupo musical a ser una peluquería. ¿Cantilo y Durietz? En esa época no se usaban los apellidos en el ambiente artístico. La onda iba más bien por nombres con impronta histórica. De allí surgió Pedro y Pablo, aunque no sólo por los apóstoles, sino por el dibujo animado Los Picapiedras y por un libro que entonces estaba muy de moda.
Aquel disco simple debut traía en su lado principal el que, con el tiempo, se convertiría en un clásico del cancionero popular argentino, como Yo vivo en esta ciudad, y en el lado B la canción Los caminos que no sigue nadie.
Video.- Yo vivo en esta ciudad (Pedro y Pablo – 1970)
Miguel y Jorge, antes de ser Pedro y Pablo, se dieron cuenta de que estaban para algo más que las guitarreadas entre amigos durante el verano del 68, cuando todas las tardes-noches se juntaban en la playa de Punta del Este -no tan cheta como hoy, sino más bien hippie a tono con la época- a zapar y cantar con conocidos y desconocidos. “En apenas un rato se juntaban como cincuenta personas alrededor nuestro”, recordó hace años Cantilo.
“Fue allí que nos empezamos a avivar de que algo pasaba”, añadió Miguel, quien nació en Buenos Aires en el seno de una familia numerosa de 10 hermanos. A los 15 años comenzó a cantar en locales nocturnos y a los 16 debutó informalmente en TV. Concretamente en el programa Telenoche que conducía Andrés Percivale.
En aquel verano uruguayo, Miguel y Jorge pasaron de la playa a cantar en el bar La Fusa, que tuvo una emblemática sucursal en Buenos Aires. El sitio era, con palabras de hoy, un tanto cool; al menos si lo comparamos con La Cueva de Pueyrredón, el sitio porteño donde vio la luz el rock argento.
Iban Jorge Schussheim (quien se dedicaba a tantas actividades artísticas y no artísticas, como la cocina y la publicidad, que llevaría media nota enumerarlas), Carlos Perciavalle (también un “multiartista” que se destacó por el humor), la actriz y cantante Nacha Guevara y la voz femenina del tango, Susana Rinaldi, entre otros.
De regreso en Buenos Aires grabaron el simple Yo vivo en esta ciudad, como dijimos. Pero en ese año de 1970 llegaría, desde el arranque del dúo nomás, su fama nacional. Fue a partir del segundo disco sencillo, que en su cara A tenía La marcha de la bronca, la canción de protesta por excelencia de todas las generaciones de jóvenes y no tan jóvenes argentinos, al menos hasta que dijeron presente los años 90 y convirtieron la rebeldía colectiva en un individualista ‘sálvese quien pueda’.
Todos los jóvenes rockeros hicieron suya la marcha. Y muchos no rockeros también. Sus versos parecen milimétricamente elaborados para descargarse contra todo lo que nos indigna cada día, desde la mañana hasta la noche. Logró superar la censura previa al 24 de marzo de 1976. Después, demás está decirlo, fue prohibida de toda prohibición (Miguel ya estaba en España, como tantos). Y en la transición hacia la democracia que se inició luego de la guerra de Malvinas, en 1982, resurgió con una fuerza inusitada.
Video.- La marcha de la bronca (Pedro y Pablo – 1970)
La marcha de la bronca, con la cual el dúo ganó el Segundo Festival de Música Beat, fue traducida al hebreo. Y Pedro y Pablo la interpretaron en Tel Aviv, Israel, junto a un cantante local. Es que su letra se adapta a todas las realidades opresivas, sin importar el país.
Fue en 1970 cuando editaron su primer LP, que en rigor de verdad resultó ser un «grandes éxitos antes del éxito». A tal punto que contenía los temas ¿Dónde va la gente cuando llueve?; Asociación Modelos Argentinas; Vivimos, paremos; Johnny Bigote, y Che ciruja, además de la Marcha y Yo vivo en esta ciudad.
Video.- ¿Dónde va la gente cuando llueve? (Pedro y Pablo – 1970)
“En la época en que comenzamos a trabajar juntos (con Jorge) había música y letras muy contestatarias, porque creíamos que podíamos hacer cambios en la sociedad. Pensábamos que desde la crítica podíamos cambiar el sistema. Con los años, nos dimos cuenta de que eso era una ilusión más. Nada se modificó, sino que en algunos aspectos se intensificaron los niveles de injusticia y represión”, (Miguel Cantilo – entrevista de César Pradines – 2 de noviembre de 2017)
En 1972 llegó el segundo elepé, Conesa. Entre otros temas, traía Apremios ilegales y la que se terminó convirtiendo en una canción de culto, Catalina Bahía, que Miguel Cantilo le dedicó a su novia.
Video.- Catalina Bahía (Pedro y Pablo – 1972)
Entre 1973 y 1975 las presentaciones se tornaron esporádicas. Es que Miguel se fue primero a El Bolsón y luego a España. No obstante, antes llegaron a grabar el disco Apóstoles, aunque recién se conoció en 1981.
Miguel volvió de Europa con el grupo Miguel Cantilo y Punch, con un estilo claramente influenciado por la famosa “movida española” de finales de los 70, post-dictadura de Franco. La banda aquí no pegó pues corría el año 1980, la dictadura estaba en su apogeo y la juventud más bien se inclinaba por rescatar, en voz baja, clásicos de protesta de los inicios del rock, como La marcha de la bronca, Para el pueblo lo que es del pueblo (de Piero), De nada sirve (Moris) y alguna que otra de Sui Generis.
Sin embargo, Cantilo y Punch dejó dos clásicos: Adonde quiera que voy, tema que dio título al álbum de 1980, y La gente del futuro, del elepé En la Jungla (1981).
En 1982 participaron, junto a una multitud de bandas y solistas, del Festival de la Solidaridad Latinoamericana para juntar alimentos y ropa destinados a los soldados de Malvinas, los cuales jamás llegaron a las islas. Ese día volvieron a ser Pedro y Pablo luego de un fugaz “Cantilo y Durietz” para eludir la censura.
Como Cantilo y Durietz/Pedro y Pablo publicaron en 1982 el disco Contracrisis, donde resaltaron los temas Ganas, amor y tiempo y Ánimo, che. Luego editaron dos discos más en directo: Pedro y Pablo en concierto (1982) y Pedro y Pablo en gira (1984). Después de grabar Corazón sudamericano en 1985, llegó la separación.
Hubo reediciones, reuniones esporádicas, homenajes. Pero recién en 2017 regresaron formalmente al disco con Unidos por el cantar. “Es un disco latinoamericanista que advierte, ya desde su primer tema, llamado Resistencia, que la región está siendo objeto de la ambición de gobernantes y comerciantes que buscan poder o que quieren enriquecerse”, describió Miguel. El espíritu rebelde, si se tiene en verdad, jamás se pierde.
Video.- Resistencia (Pedro y Pablo – 2017)
(1) No incluimos a Sui Generis porque creemos que traspasa largamente la frontera del dúo de folk rock. Si bien en sus comienzos fue un dúo acústico, ya para el tercer álbum se había constituido en una súper banda de rock progresivo, a tal punto que gran parte del público en su momento no vio eso con buenos ojos, por lo que Charly García inició otro camino que lo llevaría a formar La Máquina de Hacer Pájaros, primero, y Serú Girán más tarde, ambas resistidas en sus albores.