De la Redacción de 90 Líneas.-
Es altamente peligroso naturalizar declaraciones como la de la líder de Juntos por el Cambio. Los argentinos y argentinas de bien, alguna vez, tendremos que empezar a decir basta
Hace rato que la ultraderecha argentina viene cruzando líneas rojas. Pero la presidenta del Pro, ex montonera, ex ministra de Trabajo de Fernando de la Rúa, ex cavallista y ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri, hoy superó todos los límites.
Ya no se trata de una grieta. Se trata de una persona que es muy peligrosa haciendo política y, peor aún, como portavoz del principal partido de la oposición.
¿Por qué? Como se sabe, la dos veces presidenta de la Nación (2007-2015) y actual vicepresidenta, Cristina Fernández, esta mañana se sometió a una delicadísima operación programada que implica la extracción del útero y, eventualmente, de las trompas de Falopio y de los ovarios.
Las causas de esa intervención son varias, y algunas de ellas, extremas. La razón por la cual Cristina Fernández se sometió a la operación aún se desconocen. Lo que sí se sabe es que está cursando un buen postoperatorio.
En semejante contexto, Bullrich dijo hoy en Salta, donde participó de actividades de campaña, que la vicepresidenta “en los momentos difíciles se esconde, no está, eso quiere decir algo, ¿será que planificó la operación para no estar cuando se den los resultados a nuestro favor?”, disparó la amante de los disparos por la espalda.
La misma que se jacta de llevarse tan bien con el neofascista Javier Milei (y viceversa) y de ser la mano derecha del peor presidente argentino desde el regreso de la democracia, Mauricio Macri, parece que no tiene ningún límite ético. No parece…no lo tiene.
La vicepresidenta fue operada este jueves por la mañana y estará varios días en reposo. Según informaron desde el Sanatorio Otamendi, su estado general de salud es bueno y el postoperatorio es normal.
El parte médico del Otamendi, firmado por la directora médica Marisa Lafranconi, habla de un “procedimiento ginecológico quirúrgico programado” que se realizó por vía laparoscópica.
La ex mandataria se realizó una histerectomía, intervención quirúrgica mediante la cual se extirpa el útero y, eventualmente, también los ovarios y las trompas de Falopio.
Las causas habituales por las cuales se suelen hacer este tipo de cirugías pueden ser engrosamientos del endometrio, endometriosis, dolor pélvico crónico, presencia de fibromas o incluso la detección de cáncer en alguna de las zonas del útero o las trompas de Falopio.
En el caso de la vicepresidenta, no trascendieron los motivos médicos para la intervención. La evolución posoperatoria depende de la envergadura de la cirugía, que está determinada por la enfermedad de base, el estado clínico de la paciente, la técnica utilizada en la cirugía y las eventuales complicaciones intra o postoperatorias.
DIOS LOS CRÍA
Mauricio Macri admitió que podría converger a futuro con José Luis Espert y Javier Milei, los mal llamados libertarios de la provincia de Buenos Aires y la Capital Federal. Milei y Bullrich ya se tiraron flores.
La ultraderecha no es broma y no es gratuita. Destroza países (Trump en EEUU, Bolsonaro en Brasil, Fujimori en Perú). Es violenta, antidemocrática, antirrepublicana y, en todas sus experiencias de gobierno en el mundo, ha empobrecido y/o embrutecido a la población.
No es bueno naturalizar declaraciones como la de Patricia Bullrich. Los argentinos y argentinas de bien, alguna vez, tendremos que empezar a decir basta. De verdad.