De la Redacción de 90 Líneas.-
«La plata del FMI la usamos para pagar a los bancos comerciales que se querían ir porque tenían miedo de que volviera el kirchnerismo».
No es un chiste. Es lo que dijo el ex presidente Mauricio Macri ayer, durante una entrevista en el canal internacional CNN.
Una confesión así, en «un país normal», como suelen decir los periodistas militantes de derecha y hasta algunos políticos de ese signo, tendría destino judicial. Sin rodeos. Pues el ex mandatario admitió abiertamente que tomó una deuda (impagable) y que fue para cubrir a bancos que querían sacar el dinero del país por «miedo» a que ganase la entonces oposición política, es decir, ¿al libre juego democrático? Un sinsentido sin parangón en la historia argentina. Indignante.
Cuando hace unos meses el ministro de Economía, Martín Guzmán, dijo que los más de 44.000 millones de dólares que Juntos por el Cambió tomó como deuda podrían haberse utilizado en cientos de obras necesarias para el país, fue rebatido por el titular de Economía de Vidal y Macri, Hernán Lacunza, quien dijo que el mayor préstamo en la historia del país y del FMI no se había fugado, sino que se había utilizado para «pagar deudas anteriores». Falso.
Macri ayer dejó en offside a Lacunza, al dar esta nueva e indignante versión sobre el destino de una deuda en dólares que condiciona el desarrollo de la Nación, y así la suerte de millones de argentinos y argentinas.
El ex presidente y líder de Juntos por el Cambio ahora admitió públicamente la siempre negada fuga de capitales.
EL FMI ES CÓMPLICE
«No hay inocentes en esta historia», lanzó el presidente Alberto Fernández en la reciente cumbre del G20, haciendo alusión a que tanto el anterior gobierno argentino como el propio FMI eran co-responsables de la deuda.
El propio estatuto del FMI lo dice: “Ningún país miembro podrá utilizar los recursos generales del Fondo para hacer frente a una salida considerable o continua de capital, y el Fondo podrá pedir al país miembro que adopte medidas de control para evitar que los recursos generales del Fondo se destinen a tal fin. Si después de haber sido requerido a ese efecto el país miembro no aplicara las medidas de control pertinentes, el Fondo podrá declararlo inhabilitado para utilizar los recursos generales del Fondo” (artículo VI del Convenio Constitutivo del organismo).
«INDIGNADO»
El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, opinó que Mauricio Macri «confesó que lideró el más veloz y catastrófico proceso de endeudamiento de la historia argentina».
El mandatario provincial dijo que se siente «indignado» por los dichos del ex jefe de Estado respecto al destino de los fondos que el organismo multilateral le otorgó a la administración de Cambiemos.
Kicillof señaló que «la (plata la) usaron para la fuga de capitales, se endeudaron los dos primeros años con el mercado privado en 100 mil millones de dólares, luego les cerraron la canilla (y recurrieron al Fondo)».
«No podían ni devolver lo que habían tomado prestado con los privados y tuvieron que volver al FMI para dejarle la salida abierta a los fondos de inversión que habían venido a especular a la Argentina», añadió.
«La plata del FMI la usamos para pagar a los bancos comerciales que se querían ir porque tenían miedo de que volviera el kirchnerismo» (Mauricio Macri dixit)
«(Macri) se endeudó primero por 100 mil millones de dólares con acreedores extranjeros, y después por 57 mil millones de dólares con el FMI (de los cuales Argentina recibió casi 45 mil millones porque el gobierno actual no aceptó lo que quedaba por cobrar del Fondo) solamente para facilitar un negocio financiero, porque no hay una obra, un dique, una empresa ni una ruta que se haya hecho con esa plata«.
Para el gobernador de la provincia de Buenos Aires «las políticas del macrismo claramente no van a servir para recuperar lo perdido en 6 años de neoliberalismo y pandemia». «Y desde Juntos por el Cambio actúan como si fueran comentaristas de una realidad que está peor por el desastre que dejaron (como si nada tuviesen que ver con el tema)», puntualizó.
Finalmente, se refirió a las conversaciones que lleva adelante el Gobierno nacional para reestructurar la deuda y planteó que «tanto Alberto Fernández como Martín Guzmán dicen que el acuerdo debe ser posible, viable y sostenible; por eso la negociación se está extendiendo».