De la Redacción de 90 Líneas.-
Aquellos eran tiempos de construcciones conjuntas, en un complejo de voces que delataban a los que llegaban y a los que ya estaban en la ciudad desde hacía un tiempo.
No sin contratiempos y esfuerzos, las instituciones crecían al ritmo de la necesidad de acelerar respuestas y proyectar ideas. Ese es el canon común al nacimiento de muchos de los clubes de barrio de La Plata y a ese trazo no escapa el Club Libertad, de calle 51 Nº 1088, que el 12 de noviembre cumplirá 108 años.
Obra y sentencia de vecinos, en una babel de nacionalidades y costumbres, el Club Libertad nació en 1913, al calor vecinal del entusiasmo por crear ámbitos comunes de encuentro y solidaridad, y en el fomento de una identidad con aroma a barriada en germen. Por eso se llama Libertad. Un 12 de noviembre, en la misma jornada, pero de 1940, quedó formalmente instituido con Estatuto propio y registro en Personería Jurídica.
En la actualidad, ese espacio resguarda la tradición original. Allí se alojan la cultura y el deporte, prácticas que convocan a vecinas y vecinos del barrio inmediato y de otros vecindarios un poco más alejados. Es una institución que tiene ese pequeño logro cotidiano de andar despacio, con el ritmo con que se aprende a manejar una pelota, a leer un libro o a tejer una manta.
Mirta Dagorret es la secretaria de la institución y acompaña en la gestión, entre otros, al actual presidente, Palmiro Morino. Cuenta que los objetivos del Libertad “apuntan a la inclusión” y para ello “brindamos un espacio a personas con todo tipo de discapacidades que, por ejemplo, encuentran en el tenis de mesa adaptado alegría, respeto, igualdad, reconocimiento y muchos alcanzan el podio”. Con entusiasmo, agrega que “muchos descubren que el club es su lugar de encuentro”.