La serie biográfica de Diego Armando Maradona ha sido uno de los estrenos más esperados de este 2021, enmarcada en una tendencia de la ficción de habla hispana, donde surgen producciones sobre la vida de grandes estrellas, y que tuvo su explosión con la biopic de Luis Miguel. En este caso, Amazon trae el polémico programa del ídolo máximo de la historia argentina, que fue autorizado por él o por su abogado según otros.
La historia se cuenta utilizando el recurso del salto temporal para poder abarcar varios períodos de la vida de pelusa. Por un lado, vemos los inicios de su carrera hasta convertirse en la estrella máxima del fútbol mundial, y por el otro vemos su decadencia marcada por las drogas y excesos, centrándose principalmente en su cercano encuentro con la muerte en Punta del Este en 2001.
Es notable que la serie busca generar en Maradona un personaje complejo con múltiples facetas, capaz de lograr un nivel de bondad notable, pero a su vez un sentimiento auto destructivo que lo pone en jaque a él y a su familia. Está claro que esa es la intención, pero no el lugar que alcanza. Principalmente existe un guión que hace aguas por muchos lugares, y que cae constantemente en disonancias.
Hay un hecho que es central en la vida de Maradona y que la serie aborda, pero que genera problemas en lo que viene después, su infancia en Villa Fiorito. El común del público sabe del origen humilde de Diego, y que él siempre recordó ese período como un momento de felicidad. Ahora bien, hacer de la niñez del personaje algo completamente idílico es el gran punto débil de la historia, porque no detenerse en lo injusta y trágica que es la pobreza genera que no generen empatía sus malas decisiones futuras, sino que parezca más un hombre roto y cínico.
No hay una profundidad ni una acumulación en el protagonista, algo que pueda explicar por qué hace lo que hace. No se entiende por qué tiene un entorno tan tóxico, y vive de exceso en exceso. Alguien que sepa la historia de Maradona, lo puede entender, pero ese es el asunto, la serie no puede dar por sabida la historia de Diego, pues tiene que abordarla en sí misma, y el no plantear los hechos como consecuencias de otros hechos termina generando un programa que es una sucesión de acontecimientos que no tiene mayor valor que decir “eu ese es Menotti, eu ese es Ruggeri” y etc.
Entiendo que toda comparación es arbitraria, pero hubo una serie de temática similar que sí es un buen ejemplo de cómo hacer funcionar a este tipo de personajes, la serie de Monzón. En todo momento la historia deja en claro que el gran boxeador es un hombre violento y que la violencia atraviesa toda su vida, tanto su carrera deportiva como sus relaciones. Pero aquel guión se detenía en mostrar sus inicios en un contexto totalmente hostil, donde pelear era una manera de sobrevivir. Esto genera que el personaje vaya cargando mucho peso en sus hombros a la hora de ser campeón mundial y conocer los oropeles del glamour y el éxito.
Creo que esta serie funcionaría mejor como un documental con momentos actuados, pero utilizando una narración que explique el trasfondo de las cosas. Por otro lado, no se entiende por qué los primeros capítulos le dan tanta importancia al contexto político de la Argentina y a partir del quinto episodio eso es dejado de lado, lo cual deja en evidencia que lo primero fue relleno.
Creo que es poco lo que la producción cuenta y que el público no lo supiera, sólo algunos entretelones que le suman más a los programas de chimentos que a quienes esperábamos una serie de mejor calidad. Si bien un hecho positivo son, en líneas generales, las actuaciones, algunas terminan cayendo en lo caricaturesco como la de Marcelo Mazzarelo como Bilardo o la de Nazareno Casero (que interpreta al Maradona de Barcelona y Napoli) la cual es extremadamente histriónica y exagerada.
Finalmente, siento que como producto es olvidable y sólo la marca Maradona le da sustento, si bien es notable el dinero que tiene detrás y que la mayoría de los actores estuvieron a la altura, creo que un guión que buscase algún objetivo artístico, y no sólo generar controversias, hubiera logrado representar a tamaño personaje de una manera digna para el legado que ha dejado en nuestro país.