Hace poco leía en este medio una excelente nota titulada “Los Tradicionales comercios platenses que el tiempo se llevó”, los recuerdos afloraron y me llevaron a mi adolescencia en la ciudad de La Plata.
Los platenses, insistimos que es “el micro” y no el colectivo o Bus, que es la diagonal y no el diagonal pero hay cosas en las que casi todos coincidimos: La Única Cervecería Tradicional, aún subsistente, es la ubicada en la calle 5 y 54, aunque nunca nos pondremos de acuerdo es si es “El Modelo” o “La Modelo”. La identificación puesta en su frontispicio por cierto nada ayuda.
Lo cierto es que desde su fundación, en 1894, ha sido un lugar icónico de nuestra región. Todos hemos concurrido, aún en forma alternada.
La mencionada nota me hizo remontar a mi época de adolescencia, en la cual concurría con mis padres y obviamente con mis amigos de entonces (algunos Gracias a la Vida aún conservo)
Recuerdo a los mozos de aquel tiempo, al Negro Montiel (Gómez), a quien así bautizamos por ser muy parecido a un jugador de la Segunda de La Plata Rugby Club, al Tigre Chiclana (de quien las chicas decían que “había que córtale las manos”) al recordado y muy querido Eduardo “ El Negro” Chávez, con quien fuimos a festejar el nacimiento de su hija María Eva a la cervecería Cabildo ubicada entonces en 7 y 54.
La esquina de 5 y 54 era un lugar de encuentro, ya en ese entonces de todas las generaciones, ya sea al volver de “la pileta” en verano o de “los bailes” los fines de semana. No había en ese entonces mucha oferta, salvo el recordado Bar Astro de 48.
Muchas veces nos juntábamos a una mesa 5 o 6 a pedir una gaseosa, pues entre todos era lo que podíamos pagar, al solo efecto de estar en el lugar y obviamente recibir las “novedades” que nos anoticiaban los mozos respecto de los grupos de chicas que también asistían (presumo que eso era un ida y vuelta).
Allí conversábamos y discutíamos de todo, con pasión pero sin la agresividad en la que hoy, lamentablemente., estamos inmersos casi todos.
Se ha mantenido, hasta el presente, esa costumbre de ser un lugar de tertulia incluso de los más diversos sectores políticos, deportivos y dirigenciales, que siguen utilizando esas instalaciones para dirimir o consensuar sus pareceres.
Pasaron los años y comencé a ser “titular de la cabecera” al concurrir con mis hijos, quienes me ayudaron a rememorar esos añorados recuerdos de antaño.
Hoy la frecuento con mis nietos a quienes les sigue resultando simpático el tirar las cascaras de “Manises” en el suelo o ser reconocidos por los mozos de ahora, incluso recordar sus gustos o que es lo que van a pedir “El Pelado” Marcelo Ferreira (¡gran valor!) que me atiende hace tantos años que prefiero no contarlos, así como también Ariel Ponce, Horacio Campos, Cesar Cerdá entre otros.
Ha mantenido esa “impronta” difícil de definir. Hace pocos días se sentaron a una mesa el Dr Alfredo Acuña, Horacio Ruslender y cuatro gráciles y simpáticas damas a festejar sus 60 años de recibida del Colegio Primario…sólo por poner un ejemplo.
Y esto es muy característico de los platenses, seguimos recordando, con cariño los comercios que ya no están. ¿Quién no se acuerda de Domínguez, el vendedor de Sastrería Delmar? (me vendió mi primer traje y me dijo de mí no te vas a olvidar nunca… entonces acá va mi recuerdo).
Muchos sostienen que la cercanía con la Capital Federal no le ha permitido a nuestra ciudad despegar lo suficiente, se dice es “un pueblo grande”, donde nos conocemos casi todos y compartimos esa característica tan original, como el tomate platense, una especie de “marca” que lucimos enhiestos y orgullosos.
La nota a la que me referí al principio es una fiel demostración de nuestra idiosincrasia, cuantas veces nos hemos puesto a recordar. Lugares, comercios, personalidades que originan largas y animadas charlas y discusiones…
Seguramente al leer esta nota muchos preguntarán…. ¿Y como no recordar El Teutonia? ( el de 47!!), la Alemana, próxima a reabrir, por señalar otras cervecerías… y bueno… “¡la Taba está en el aire…!»