En la Argentina, se tomaron para el estudio muestras ad hoc de diez puntos a lo largo del Río Matanza Riachuelo y se detectaron 23 de los 61 fármacos buscados, entre los cuales la cafeína, la metformina –un medicamento antidiabético– y el paracetamol presentaron las concentraciones más altas, superiores a 1 microgramo por litro (1µg/L).
Las conclusiones publicadas aseguran que la contaminación por fármacos en ambientes acuáticos es una realidad preocupante en todos los continentes, y que sus niveles están aumentados en aquellos países cuya situación socioeconómica es más desfavorable. La misma correlación se observa con respecto a las regiones con alta pobreza y desempleo. Asimismo, los sitios que registran una mayor polución en sus aguas son a su vez los que menos se han estudiado, y entre ellos se destacan el África subsahariana, Sudamérica y ciertas áreas del sur de Asia. El reporte añade también que las principales actividades asociadas a este tipo de contaminación incluyen el vertido de basura y del contenido de pozos sépticos a lo largo de las riberas de los ríos, una inadecuada infraestructura de aguas residuales y la industria farmacéutica propiamente dicha.
contaminación en el Riachuelo
“Este y otros trabajos que hemos realizado muestran que la situación cambia en las diferentes regiones en función de las costumbres, la conectividad, los fármacos comercializados y los sistemas de tratamiento, y en este sentido los países de ingresos medios y bajos son los que evidencian los niveles más altos”, expresa Rojo. En cuanto a los fármacos de mayor relevancia en Argentina, dependiendo de las concentraciones medidas y de la toxicidad que representan para los organismos acuáticos, los especialistas platenses mencionan a la cafeína y al ibuprofeno por su potencial riesgo para las algas; la carbamazepina y el etinilestradiol para los invertebrados; y el atenolol, etinilestradiol, enalapril, ibuprofeno, indometacina y paracetamol por el peligro que suponen para los peces.
Teniendo en cuenta que Sudamérica aparece como una de las regiones más contaminadas a la vez que menos estudiadas, Carriquiriborde expresa que “la situación de Argentina es semejante a la de otros países de Latinoamérica, con problemas de conectividad a la red cloacal y sistemas de tratamiento ineficientes o muy básicos. Si bien en los últimos años se han construido nuevas plantas, por ejemplo en el Conurbano, queda mucho por hacer, y este tipo de investigaciones sirven para otorgarle valor a las inversiones que se realizan en el sector”. Los responsables del estudio científico esperan, precisamente, que el aumento del monitoreo de residuos farmacéuticos en el medio ambiente permita desarrollar estrategias para limitar los efectos potenciales de la presencia de estos y otros productos perjudiciales.