Está en Argentina Gabriel Boric, el flamante presidente chileno, y hoy se reunirá con Alberto Fernández. Es el primer país que visita Boric luego de haber asumido su cargo a mediados de marzo pasado. Algunos lo definen como el presidente más joven de la historia del país; otros afirman que es el más joven de la historia latinoamericana; otros, del mundo. Lo cierto es que el país trasandino tiene un mandatario de 36 años.
Quienes tuvimos el privilegio de votar en 1983 siendo veinteañeros para ponerle fin a la noche más larga y oscura de la historia argentina, hoy estamos en condiciones de decir que el flamante mandatario “podría ser nuestro hijo”, y sus colaboradores más cercanos, que ya veremos, sus amigos y amigas.
Una periodista argentina y platense que hace varios años se fue a vivir a un país extranjero, no hace mucho comentó en un reducido grupo de Whatsapp: “A la distancia (en kilómetros pero sobre todo en tiempo) una ve que en Argentina no hay recambio generacional. Son siempre los mismos…”
Y sí. Por derecha y por izquierda, se repiten los nombres hasta provocar un cansancio supino.
Los 90 siguen aquí
Algunos más cercanos y otros más lejanos del entonces presidente, gran parte del gabinete nacional actual está integrado por hombres y mujeres que tuvieron alguna responsabilidad institucional en la segunda década infame (1989-2001).
Enfrente, en la hoy coalición opositora, aparecen dinosaurios que formaron parte del desgobierno de la Alianza (1999-2001).
Unos y otras tienen aspiraciones presidenciales. Pero nadie le explica en detalle a una sociedad confundida y con evidentes signos de cansancio para qué quieren llegar a la Casa Rosada. ¿Algunos piensan retomar el camino que Argentina abandonó en 1974 para, con los cambios que el paso de los años impone, volver a ponerla en la senda del desarrollo? No sabe. ¿Acaso otros pretenden retomar y profundizar el proceso de los 90 o de 2015-2019? No contesta.
¿Hay jóvenes? Sí, de uno y otro lado, pero muchos dejan tanto que desear que duele.
La gran crisis cultural
Hoy, el debate político es tan mediocre en nuestro país que asusta. El gobierno logró refinanciar la deuda descomunal e impagable que tomó unilateralmente la derecha en 2018 gracias a los votos de los diputados de la derecha. No la reestructuró, la refinanció.
Desde La Cámpora vienen, hace tiempo, lavando la ropa sucia en público. Hace poco, por el ataque (claramente premeditado y definitivamente “teledirigido”) contra el despacho de la dos veces ex presidenta del país y, al mismo tiempo, quien tiene la mayor cantidad de votos propios, le guste a quien le guste y a quien no también.
Desde el Ejecutivo le salen a responder por redes sociales. Y los medios de comunicación (99 por ciento a la derecha del dial) se hacieron un picnic con eso.
Los ultraderechistas, que tienen más tiempo en ciertas pantallas de TV que el que sumó Silvio Soldán durante su vida, proponen eliminar el Banco Central y adoptar el dólar como moneda nacional; o cambiar los planes sociales en dinero por especias (¿le darán a la gente una moneda como en la época de La Forestal para que la cambien por uno o dos kilos de carne en un almacén de ramos generales?); echar de la noche a la mañana a 2,5 millones de empleados públicos; “reformas estructurales” (o sea, ajuste sobre una sociedad que tiene a la mitad de sus hombres, mujeres y sobre todo niños y niñas bajo la línea de pobreza); “a los delincuentes, cana o bala” como política de seguridad ciudadana, y un largo y esperpéntico etcétera.
“Chicas, a depilarse…”
Una de las noticias de días atrás -créase o no se habló muchísimo sobre eso- fue que una conductora que haría cualquier cosa en cámara por medio punto más de rating, les dijo a millones de mujeres que se dejen de joder con el patriarcado, que se depilen y vayan a laburar. Las insultó, las humilló, las revictimizó (en las calles había familiares de víctimas de femicidio, de jóvenes desaparecidas, víctimas de abuso y violencia de género). Pero eso «marcó agenda». Así está el debate público en el país.
En 2011, Gabriel Boric, Camila Vallejo y Giorgio Jackson lideraron las multitudinarias revueltas estudiantiles. Hoy son pilares del primer gobierno de izquierda en Chile desde 1973
Una “académica” dirigente celeste por Santa Fe pidió eliminar el ministerio de la Mujer porque es un curro. El Dipy sigue opinando sobre todo y sobre todos. Hasta el neurocientífico (supuesto) outsider de la política lo llevó en las listas cuando fue a las PASO contra un ex dirigente de fútbol (vale recordar que el médico fue uno de los que en 2002 pidió en el Norte que el FMI no le entregara un centavo más al país hasta que no cumpliese con las reformas estructurales que había pactado con el FMI, lo que implicaba un ajuste brutal sobre una población con el 60% de su gente en la pobreza y más de 22% de desocupación).
A propósito, aquel acuerdo con el FMI lo firmó el ministro de Economía de la Nación de la Alianza, previamente ministro de Economía en los 90, y antes funcionario de la dictadura e ideólogo de la estatización de la deuda privada de los grandes grupos económicos argentinos (incluido SOCMA), la mayor estafa histórica del Estado para con sus ciudadanos (luego llegaría el corralito, también ideado por el calvo economista).
A propósito, hace un tiempo lo están invitando mucho a la TV, como en su momento invitaban a Duhalde… «Pibes» que hicieron desastres, pero parece que para algunos tienen que decir aún unas cuantas “verdades” y brindar “sabios consejos”.
El nivel dirigencial argentino, por derecha, por izquierda y por el centro es muy preocupante (por supuesto, hay excepciones), tanto a nivel político, como empresario y gremial. Mediocre como nunca en nuestra historia democrática.
La Noche de los Bastones Largos de 1966 provocó una fuga de cerebros de la cual hasta hoy padecemos sus consecuencias, así como una década después se aniquiló a otra de las generaciones mejor formadas de la historia. Luego del 24 de marzo de 1976 llegó la decadencia planificada, y el país fue empujado a un tobogán enjabonado del cual no logró escapar hasta la actualidad (sin poner sobre la mesa determinados hechos históricos es imposible debatir con seriedad el presente y el futuro; es imperioso elevar el nivel de discusión política).
Restar y restar y restar
“Uno de los apotegmas más utilizados por los eternos dirigentes pseudo peronistas, y del cual hacen gala cuando peligra su estabilidad o asoma algún joven que sobresale entre sus compañeros es el archiconocido ‘No se hace trasvasamiento generacional tirando todos los días un viejo por la ventana’ (Juan D. Perón dixit)”, recuerda Patricio Mircovich desde el portal Perón vence al tiempo.
Y no, no hay que tirar un viejo todos los días por la ventana, pero cuando hay hombres y mujeres de distintas generaciones que atrasan, restan, achatan el debate, juegan por intereses que están a años luz del bien común, al menos en estos días, Chile da mucha envidia.
Desde la Agencia Regional de Noticias nos cuentan -en una nota que levantó P/12- que en Chile existe el “Comité Político del Gobierno, una instancia en la que participan los ministerios que el presidente define como prioritarios para su gestión”. Sería la “mesa chica” del primer mandatario, pero institucionalizada.
La del flamante presidente Gabriel Boric está integrada por la ministra del Interior Izkia Siches, una médica de 36 años que fue su jefa de campaña; anteriormente, la primera mujer y la más joven en presidir el Colegio de Médicos chileno. En 2020 recibió el premio al Personaje del Año que otorga la Asociación de Corresponsales de Prensa Internacional por «los altos niveles de confianza y credibilidad en la opinión pública» durante la pandemia. Después, en marzo de 2021 recibió el Exceptional Women of Excellence (Mujeres Excepcionales de Excelencia) en el Women Economic Forum (Foro Económico de Mujeres). Y la prestigiosa revista Times la destacó como una de las 100 líderes del futuro, también el año pasado.
Boric
Luego está Antonia Orellana, una periodista de 32 años que ocupará el ministerio de la Mujer y Equidad de Género.
Camila Vallejos (33), fue junto con Boric una de las líderes de las multitudinarias revueltas estudiantiles de 2011, después diputada nacional, y ahora acaba de asumir como secretaria general de Gobierno (responsable de la comunicación del Ejecutivo para con la sociedad y los medios). Egresó de la Universidad de Chile con calificaciones de excelencia académica.
Giorgio Jackson (34) es el titular de la secretaría general de la Presidencia, es decir, responsable de articular al Ejecutivo con el Parlamento, donde el oficialismo no tiene mayoría.
Boric
En el entorno de Boric también estarán Javiera Cabello, abogada de 29 años; Nicolás Grau, economista de 38; Sebastián Kraljevich, sociólogo y consultor político de 41; Karol Cariola, diputada de 34, y la primera dama, Irina Karamanos, una antropóloga, socióloga, politóloga y militante feminista de 32 años que no cumplirá el papel tradicional de la mujer del presidente.
Boric
Y el ministro de Economía, Mario Marcel, economista, ingeniero comercial y académico que se formó en la Universidad de Chile y en la Universidad de Cambridge. Es el “abuelo” del grupo, con 62 años, y el elegido por Boric para ir alejando a la economía chilena del neoliberalismo “en forma gradual y con responsabilidad fiscal”.
Todos son universitarios y constituyen una de las generaciones mejor formadas del país trasandino. Las comparaciones son odiosas. Ya se sabe. Pero la única verdad, es la realidad.