A los 89 años se produjo este domingo 5 de junio en nuestra ciudad, el deceso del maestro Carlos Bellisomi, profesor de música del Conservatorio «Gilardo Gilardi», quien rescató un órgano tubular histórico de la Catedral de La Plata, tal como lo había contado 90lineas.com en una nota publicada el 14 de agosto del año pasado.
Carlos Bellisomi nació en Buenos Aires el 8 de agosto de 1933, a los 5 años comenzó a tocar el piano, incentivado por su madre Hilda Celina Trepichio, que era profesora de ese instrumento musical y también se dedicaba a tocar en los cines de Buenos Aires cuando las películas eran mudas.
Siendo alumno de nivel primario fue seleccionado en representación de su Escuela, obteniendo así una beca para estudiar en la Escuela de Coros y Orquestas fundada por el gran maestro y compositor Athos Palma.
En el año 1949 con sólo 16 años ingresa al Conservatorio Nacional rindiendo examen y queda en 5° año de piano; teniendo de maestros a Gilardo Gilardi, Alberto Ginastera y Juan Francisco Giacobbe, entre otros, todos grandes maestros de la música y la composición.
Apasionado por el órgano, un día su madre lo lleva a una iglesia para mostrarle ese instrumento y se encuentra con una profesora de órgano de apellido Pelizzari que enseñaba en la ciudad de La Plata. Pelizzari le presenta al sacerdote Ángel Colabella, gran organista y compositor de nuestra ciudad, quien tocaba en el gran templo y más tarde le impartiría clases de órgano en la Catedral de nuestra ciudad.
Bellisomi trabajó durante 60 años como profesor en la Cátedra de órgano en el Conservatorio “Gilardo Gilardi”, jubilándose en el año 2019.
El maestro había relatado apasionadamente a este diario la historia del primer órgano, explicando que cuenta con 1500 tubos y que fue adquirido en 1903. Y hoy se encuentra en el Museo de la Catedral. Había tocado con este instrumento por última vez en 1967, acompañado con dos cantantes del Teatro Colón.
En el año 2001/2002 reparó el nuevo órgano, rescatando piezas del antiguo como los 1500 tubos, la turbina y el fuelle. Además con el apoyo de Ruíz Díaz y Monseñor Aguer comenzó el proceso de restauración.
Desde entonces Carlos, a sus 88 años de edad, junto a su discípula Silvia Abiuso le dieron vida al gran órgano tubular WALCKER de 1500 tubos del año 1903 –“su Catedral Gótica” como lo llamaba- y brindaron varios conciertos a la Comunidad. Bellisomi falleció ayer, a sus 89 años.
Un gran improvisador en la tradición de la Escuela Francesa para órgano, el Maestro Bellisomi deja una huella imborrable no sólo por tan prolífica labor realizada a través se tantos años, sino también por ser una persona de corazón noble, de trato amable, respetuoso y muy considerado para los demás. Su humanidad deja en quienes lo conocimos una luz encendida