Amanecía la década de los ‘80. En ese preciso momento, el rock argentino estaba atravesando el que, con el tiempo, sería el mayor quiebre en la historia de ese majestuoso género musical que nació hacia mediados de los ‘60 en La Cueva de Pueyrredón, La Perla del Once, decenas de casas de otros tantos adolescentes que empuñaban guitarras, bajos y palillos de baterías para combatir la mediocridad, y plazas varias de Buenos Aires, con Plaza Francia a la cabeza.
Y hablando de Pueyrredón…
Cuando aquellos complejos y a la vez maravillosos ‘60 comenzaban a expirar, salió a la venta el primer disco en castellano de un quinteto llamado Banana. Su líder, tecladista y vocalista era un chico de apenas 17 años llamado César Pueyrredón. “Banana ha llegado al mundo”, era el ampuloso título del álbum debut.
En 1974 editarían su segundo LP, titulado simplemente “Banana”. Y ese sería el pasaje definitivo al éxito. Es más, el tercer tema del «lado A» de aquel vinilo se convertiría con los años en una de las 5 mejores canciones melódicas de Hispanoamérica. ¿Su título? Conociéndote. ¿Cuántas parejas “formalizaron” bailando esa melodía? Imposible de calcular.
El álbum “Banana” traía, además, la canción Nadie podrá hacerme olvidar, otro de los mejores románticos en castellano de todos los tiempos.
Conociéndote (Banana – 1974)
Nadie podrá hacerme olvidar (Banana – 1974)
Pero volvamos a aquellos primeros años ‘80. César Pueyrredón decidió iniciar una carrera solista. Y Banana llegó a su fin.
El músico y cantante, junto con su productor, inició una durísima tarea: imponer en el mercado la “marca” César Pueyrredón, teniendo en cuenta que Banana había sido el grupo de pop melódico por excelencia durante 15 años, de 1969 a 1984, con exitazos como los nombrados Conociéndote y Nadie podrá hacerme olvidar, además de Aún es tiempo de soñar, Toda una noche contigo y muchos más.
Cuestión que, en aquel verano, Pueyrredón inició una gira por la costa atlántica. La repercusión, a decir verdad, no era la esperada para el cantante y compositor de las baladas más vendidas y bailadas de la última década y fracción.
“Empapelamos toda la costa con afiches que decían: Ayer Banana, Hoy César Pueyrredón, creyendo que de ese modo la gente haría una natural asociación”, contó el artista.

Una tarde, en Necochea
Hasta que una tarde, él y su productor estaban charlando en la vereda de un teatro de la ciudad de Necochea donde tocaría esa noche. “Justo en ese instante se paró ante la cartelera una pareja -contó César-, y leyeron el afiche ‘Ayer Banana, Hoy César Pueyrredón’. Entonces la chica le dijo a su novio: ‘Mirá, hoy toca César Pueyrredón’. A lo cual el chico le respondió: ‘Sí, lástima que no lo vimos antes, porque ayer tocó Banana’”…
La cómica anécdota les dio al cantante y al productor la pista de lo que ocurría y de aquello que debían cambiar: la mayoría de la gente no asociaba a César Pueyrredón con el grupo Banana, por lo que desde ese momento adoptó el nombre artístico de César “Banana” Pueyrredón, el mismo que lo acompañó durante el resto de su extensa carrera.
En rigor, suele pasar que el nombre de una banda se impone ampliamente sobre los de sus miembros, lo cual es muy positivo si en la formación prevale el espíritu grupal sobre el individual. Este fue un caso claro en ese sentido. La dificultad aparece cuando sus miembros deciden separar caminos.
César Pueyrredón cuenta la anécdota de la costa (desde los 3:16)
César Pueyrredón nació el 7 de julio de 1952 en Buenos Aires. Con apenas 14 años formó su primer grupo junto con su hermano Daniel Pueyrredón, su primo Alejandro Giordano y dos compañeros de la escuela.
En menos de tres años, la banda cambió varias veces de nombre y algunos integrantes, hasta que en 1969 se formó el quinteto Banana, como mencionamos más arriba, con César, su hermano Daniel (guitarra), su primo Alejandro Giordano (bajo), Toro Martínez (batería) y el guitarrista, corista y co-compositor de varios temas, Jorge Scoufalos.
Antes de que se editara el súper exitoso segundo álbum denominado “Banana”, se incorporaron al grupo nada menos que el guitarrista Pablo Guyot y el baterista Willy Iturri, quienes más tarde serían junto con el emblemático bajista Alfredo Toth la banda de Raúl Porchetto, primero, y la de Charly García más tarde, para terminar conformando a mediados de los ‘80 el trío de pop rock GIT.
Suéltame pasado…
Si bien desde 1969 hasta 1984 Banana sacó cinco discos, y César “Banana” Pueyrredón publicó como solista trece álbumes, jamás pudo tocar en vivo sin hacer, a pedido del público, los éxitos de aquella banda de los ‘70.
César jamás logró desprenderse del pasado, en el cual compuso numerosas canciones que, como dijimos, están consideradas entre las mejores baladas de la música argentina e hispanoamericana.
La edición del disco “Está en vivo”, en 1986, volvió a poner de moda, ya entre la generación de los ‘80, algunos de los principales éxitos de Banana. El más destacado fue Conociéndote, que llegó a sonar en esos años en las principales discotecas. Ni bien se escuchaba la voz de César Pueyrredón cantando “Conociéndote…”, la pista de baile literalmente estallaba de gente.
Los dejamos con algunas otras canciones, incluyendo una versión de “Toda una noche contigo” junto a Lito Vitale, y con la que tiene -a mi humilde entender- la letra más lograda del cantante y compositor de Banana: “Aún es tiempo de soñar”.
Aún es tiempo de soñar (Banana – 1979)
Toda una noche contigo (Banana – Edición disco simple: 1973)
Aún es tiempo de soñar
Vienes de un país donde reina un hada
Duende y mago danzarín a mi celda helada
En tu alforja hallé una alondra y un jazmín
Y una llave extraña de oro y de rubí
Para abrir la puerta de la fábula y llegar
En un tren de nueces a cualquier lugar
Nubes de cristal bailan con la luna
Que hoy estrena un delantal de caracol y espuma
Duende, por favor, dime que esto es lo real
Y si estoy soñando, no, no me quiero despertar
Pero es medianoche y rumbo al bosque correrás
Pues te espera un pino para jugar
Quédate, quédate, quédate conmigo
Y toma mi mano
Llévame, llévame a través del sol
Ayúdame amigo a no perder la fe
Aún es tiempo de crecer
Aún es tiempo de soñar
Puentes de almidón van hacia un castillo
Que un gigante rezongón guarda en su bolsillo
Todo se oscurece y se esfuma más y más
Sólo veo un cofre y desde lejos te oigo hablar
Cuando lo desees al lado tuyo me verás
Al abrir el cofre me encontrarás
Quédate, quédate, quédate conmigo
Y toma mi mano
Llévame, llévame a través del sol
Ayúdame amigo a no perder la fe
Aún es tiempo de crecer
Aún es tiempo de soñar