The Last of Us: ¿Por qué hay que tenerla en cuenta?

The Last of Us: una serie que no transcurre en el lejano y salvaje oeste, pero cuyo argumento está sacado del western

Desde la creación del cine occidental, si ha existido un género que marcó a fuego todos los estilos futuros ese fue el western, o cine de vaqueros. Su historia data de comienzos del siglo XX, y fue desarrollándose durante toda una centuria tomando todo tipos de formas, algunas musicales, algunas de comedia, otras de acción estilizada y, en otros casos, con violencia explícita. Pero muchos marcan a Unforgiven, de 1992, como la cinta que le dio su cierre a los cowboys en la gran pantalla. Su evolución daría cintas que no ocurren en el salvaje oeste, sino en distintas situaciones, pero cuyo argumento está sacado de aquel viejo género. En ese lugar se encuentra The Last of Us.

La serie es una adaptación de un aclamado videojuego, lo cual ya marca un estigma, puesto que los juegos adaptados a la pantalla han sido en su gran mayoría fracasos estrepitosos.

En este caso, la historia nos introduce en un mundo donde un virus emanado de un hongo ha convertido en zombie a una porción enorme de la población mundial. En este contexto aparece una joven, Ellie, que es inmune a la plaga, por lo que mantenerla a salvo será la misión de la serie.

Retomando al western como eje central, cuando el género comenzó a agotarse, más o menos a finales de los 60, empezó una ramificación llamada “western crepuscular”. Aquí ya no se contaban las hazañas de un pistolero, sino que se mostraba su vejez y decadencia, y se reflejaba en muchos casos el final del oeste como orden social con la llegada de la civilización. En este caso, el protagonista es un ex combatiente de la Guerra del Golfo atravesado por dos grandes tragedias, una el colapso del mundo como lo conocía, pero especialmente la muerte de su hija.

En este sentido, el protagonista, interpretado por el chileno Pedro Pascal, es lo que se podría denominar “un pistolero sin pistola”, es decir, un hombre mayor, cansado y atormentado por el pasado, pero al cual la vida lo pone frente a un escenario que le vuelve a dar sentido a su existencia. En este marco, la joven Ellie representa nada más y nada menos que el futuro, y el ahora viejo y cínico soldado deberá salvar a la próxima generación.

Esta historia se ha visto varias veces en tiempos modernos. Un buen ejemplo sería Logan (2017). Incluso la mediocre serie de Kenobi (2022) busca contar una historia en este sentido. Pero sin dudas, quien instauró este estilo en el cine es Clint Eastwood: su filmografía aborda la vejez como una etapa donde se debe encontrar una razón de ser. En una de sus obras maestras por excelencia, Gran Torino (2008), interpreta a un ex combatiente de la Guerra de Corea totalmente cínico y racista, entendiendo que el Estados Unidos donde creció ya no existe y encontrando su nueva familia y núcleo cercano en una comunidad de inmigrantes asiáticos.

En ese sentido también podemos mencionar a Cry Macho (2021), la última cinta que el director de casi 94 años rodó. En ella también se cuenta la historia de un hombre anciano que debe llevar a un niño de vuelta a su hogar. En su despedida, Eastwood decide dar su última hazaña y enseñanza a las nuevas generaciones.

Es por esto que The Last of Us parece una propuesta interesante, ya que posee una ambientación melancólica muy propia del cine post apocalíptico. Además logra en su primer episodio un guión sólido que le permite surfear el estigma de su origen como videojuego. HBO sube los capítulos de a uno todos los domingos, así que habrá que esperar para saber si cumple con las expectativas.

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