«Le voy a regalar una biblia para que usted conserve, es la que leí una y mil veces acá adentro de la cárcel, durante 48 años, muchas gracias por dejarme expresar la verdad…»
Con esas palabras Carlos Robledo Puch -uno de los asesinos más famosos de la historia criminal argentina- me regaló el libro sagrado que conservaré por siempre. Fue durante la última entrevista periodística que aceptó realizar a principios de agosto del año 2020, luego de muchos años de silencio. Hasta hoy, «El Ángel de la Muerte» no volvió a hablar con la prensa.
Puch, que pasó por varios complejos carcelarios, entre ellos el de Sierra Chica, cumplió el último 19 de enero 71 años de edad dentro de la Unidad 26 de Olmos, donde permanece después de haber sido acusado en 1972, a los 19 años, de nada menos que 11 asesinatos mientras las personas dormían o estaban de espaldas.
Actualmente y según fuentes de la Unidad 26 donde permanece, su estado de salud no ha cambiado demasiado en relación a lo que él mismo había comentado en esa última entrevista:
«A la noche me ahogo por el reflujo, me orino, apenas puedo mantenerme en pie porque mis piernitas no dan más. No estoy pidiendo una reparación por el daño que me han hecho teniéndome injustamente en la cárcel 48 años, me robaron mi vida a los 20, sino que suplico me apliquen una inyección letal como hicieron con Eva Perón cuando no daba más del dolor… ¿Usted sabe eso? Pocos lo saben. A Evita no la dejaron sufrir más, le aplicaron una inyección de mucha morfina para que deje de sufrir, y yo quiero lo mismo porque no me van a dar un arma para que me pegue un tiro en el corazón como hizo Favaloro, así no se sufre nada», señaló El Ángel de la Muerte.
También pidió que lo lleven a una clínica: «Total nadie se tiene que enterar. Que me lleven y me apliquen una inyección señor -le dijo a este periodista-, estoy suplicando por el amor de Dios que hagan eso, no doy más, me queda poco tiempo…». «No quiero morir en medio de un sufrimiento espantoso, me resfrío con facilidad, me ahogo, morir asfixiado es tremendo. Tengo pavor. Yo ni siquiera usaba armas para robar. En 48 años de cárcel solamente tengo dos partes por agarrarme a trompadas, siendo que los presos se matan todos los días. A mí en Sierra Chica me quería todo el mundo», aseguró.
«Yo tengo una causa de cuando tenía 15 años por vaciamiento de joyerías y relojerías y hurto automotor. Yo empecé a robar de chico. En ese entonces, mi papá era uno de los colaboradores más jóvenes de Perón. Es cierto, yo era ladrón, pero no asesino», afirmó. «Quienes mataban -agregó- eran los Ibañez, y por la corrupción de este país, por 50 millones de pesos ley que puso Jorge Ibañez compraron al subcomisario de Tigre de aquel entonces para que no se sepa el verdadero autor de esos crímenes y me dejaron preso a mí. Yo sólo robaba para ayudar a los pobres. ¿Usted sabe?, mis padres no podían comprarme libros y lo primero que robé en mi vida fue una colección de libros entre los que estaba la historia de Robin Hood».
Los Ibañez fueron sus primeros secuaces; su amigo Jorge Antonio murió en un accidente de auto en el que Puch se vio involucrado, y luego otro secuaz suyo, Héctor Somoza, fue asesinado. Según la Justicia, fue el propio Puch quien lo mató mientras estaban en pleno robo en una joyería: «Florencio Simón Ibañez, él fue quien mató a Somoza. A mi me contaron los presos que estaban en la comisaría cuando me detuvieron en el año 1972 que Florencio le dijo a su padre que iba a contar todo y, Jorge Ibañez (padre) se cortó las arterias para que lo lleven al hospital…Yo nunca lastimé ni maté a nadie, pero en este país la justicia no existe».
Sobre la película «El Ángel», dirigida por Luis Ortega y protagonizada por Lorenzo Ferro, aseguró que «es toda una farsa. Me muestran bailando; a mí no me gusta bailar. Sí se tocar el piano pero ahora ya no puedo porque tengo lastimadas las manos. Pero los que hicieron esta película no saben nada de mi vida, ni nadie sabe nada de mi vida. Por eso estoy contando ahora toda mi verdad».
Robledo Puch es consciente de que ningún juez lo dejará salir porque todos creen que es un peligro para la sociedad, pero revela que antes de que asumiera Néstor Kirchner estuvo a punto de recuperar la libertad: «Yo tuve oportunidad de salir pero cuando asumió Néstor Kirchner pasaron mi causa de la Sala 2 de la Cámara de Apelación de San Isidro a la Sala 1, lo hicieron para evitar que me dieran la libertad que había pedido después de cumplir mi condena. Yo soy peronista, pero los Kirchner no lo son», expresó.
La entrevista completa en 8 audios:
AUDIO 1: «Yo nunca lastimé ni maté a nadie»
AUDIO 2: «Yo robaba para ayudar a gente pobre»
AUDIO 3: «A mi me consideran un peligro para la sociedad, y a Barreda no»
AUDIO 4: ¿Usted que hizo mal en su vida?
AUDIO 5: «Estoy implorando que me eliminen»
AUDIO 6: ¿Quién es usted?
AUDIO 7: «Los argentinos tenemos que leer sólo cinco libros…»
AUDIO 8: «Yo le dije a mi papá…quedate tranquilo que la historia me va a reivindicar»