Medio ambiente: tres jóvenes proponen una solución para los desechos cloacales de la Región

Los efluentes cloacales que generamos los platenses, berissenses y ensenadenses van a parar al río en crudo, sin tratamiento alguno, generando niveles de contaminación intolerables. Más intolerable es que, desde hace casi medio siglo, el caño que transporta los desechos está roto a la altura de la costa. Tres jóvenes ingenieros -casualmente uno de cada ciudad- presentaron como “tesis” de graduación una solución “novedosa”, “ecológica” y “económica” para semejante problemática. Ahora, la pelota está del lado de las autoridades

Donde desemboca el popularmente llamado “caño de la 66” la contaminación es 55.000% superior a lo establecido. El conducto está roto a la altura de la costa desde hace casi medio siglo

A veces, quienes superamos las cuatro décadas tenemos la sensación de que hay problemas básicos, estructurales, directamente relacionados con la calidad de vida de la población, que son eternos. La frase “desde chico vengo escuchando eso o aquello” está a la orden del día. ¿Es solamente una sensación? Lamentablemente, no. En absoluto. Veamos…

No sabemos exactamente la edad que tienen Paula Andrade, Iara Caruso y Agustín Di Mattía, pero no hace falta el dato para calcular que a principios de la década del ’70, cuando se rompió -a la altura de la costa- el caño que lleva al Río de la Plata los desechos cloacales de La Plata, Berisso y Ensenada, no sólo no habían nacido sino que faltaba mucho tiempo para ello. ¿Y a qué viene esto? A que estamos hablando de los tres jóvenes ingenieros que, en junio de 2022, se graduaron presentando como Trabajo Final de Carrera (tesis, pongalé) un proyecto titulado “Lagunas de estabilización como alternativa de tratamiento de efluentes de líquidos cloacales en las ciudades de La Plata, Berisso y Ensenada”. Una metáfora perfecta de aquellos “problemas fundamentales que no se resuelven nunca”.

Desde 90 Líneas, tras charlar largo y tendido con los flamantes ingenieros hidráulicos y con uno de los tutores de su Trabajo Final de Carrera, el Doctor en Bacteriología, especialista en tratamientos de aguas residuales e investigador jubilado de la CIC en el Instituto de Limnología “Dr. Raúl A. Ringuelet” (ILPLA, CONICET-UNLP), Alejandro Mariñelarena, buscamos aportar nuestro granito de arena para que los gobernantes despabilen y, de una vez por todas, pongan manos a la obra.

Los ingenieros Paula Andrade, Iara Caruso y Agustín Di Mattía y el biólogo Alejandro Mariñelarena tras la charla con 90 Líneas

Sólo se pre-trata entre 25% y 33% de todos los desechos

Empezaremos por describir una situación que, como dijimos, está cumpliendo aproximadamente medio siglo; medio siglo de vergüenza. El conducto que recoge y lleva al Río de la Plata los desechos cloacales de Berisso, Ensenada y casi todo el partido de La Plata se encuentra roto, desde principios de los ’70, justo a la altura de la costa. Para colmo, no existe una planta de tratamiento de esos desechos, sino apenas una planta de pre-tratamiento que se limita a separar los sólidos de los líquidos. ¿Pero adivinen qué? Sí, funciona mal.

En su novedosa y ultra beneficiosa propuesta para solucionar esta tremenda problemática que se arrastra desde hace medio siglo, Paula, Iara y Agustín subrayan que “los efluentes cloacales del casco urbano de la ciudad de La Plata y de las localidades de Villa Elvira, San Carlos, Altos de San Lorenzo, Arana, Los Hornos, Olmos y Etcheverry se colectan en un conducto que (desde la intersección de las avenidas 122 y 66) se extiende paralelo a la prolongación de la avenida 66 hasta desaguar en la ribera del Río de la Plata (…) Sobre la mano izquierda de esa avenida, en dirección al río y unos 1.500 metros antes del cruce con la avenida Montevideo (arteria medular de Berisso) se incorporan al conducto principal los efluentes crudos de Berisso y Ensenada. A la misma altura, se encuentra emplazada una planta de tratamiento primario convencional operada por ABSA. La planta funciona de manera intermitente; trabajando a toda su capacidad puede procesar entre un cuarto y un tercio del caudal total. Finalmente, los líquidos son volcados en la costa”.

En síntesis: entre un 66% y un 75% de los desechos cloacales de La Plata, Berisso y Ensenada son volcados “en crudo” a uno de los mayores reservorios de agua dulce del país y del subcontinente.

El sitio donde, desde hace casi 50 años, se vierten en crudo los desechos cloacales de La Plata, Berisso y Ensenada

Un nivel de contaminación aterrador

Antes de entrar de lleno en el proyecto, recordaremos que un estudio realizado en 2019 por el ILPLA (CONICET-UNLP) arrojó resultados que harían saltar de sus sillas a todos los funcionarios competentes en el tema (pero, al parecer, eso no ocurrió). En el balneario Bagliardi, ubicado 900 metros al sur del conducto, las muestras de agua que tomaron los científicos presentaron, en promedio, 68.261 bacterias de Escherichia coli (E. coli) cada 100 mililitros, cuando la subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación definió, para calificar el agua como de uso recreacional, que el valor máximo debe ser de 126 bacterias cada 100 mililitros. No, no hay un error: donde desemboca el popularmente llamado “caño de la 66” la contaminación es 55.000% superior a lo establecido.

“Hacía unos treinta años que tenía en la cabeza la idea de abordar una solución ecológica a esta tremenda problemática”, contó el biólogo y profesor de la UNLP, Alejandro Mariñelarena, para indicar que luego de charlar el tema con el ingeniero Enrique Angheben, también docente en la Universidad platense e integrante del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería, éste le trasladó la inquietud a Paula Andrade, Iara Caruso y Agustín Di Mattía, quienes lo tomaron y desarrollaron como Trabajo Final de Carrera. Angheben fue el otro tutor de los jóvenes profesionales.

(Vale aclarar que el jurado que evaluó el trabajo estuvo integrado por el subsecretario de Recursos Hídricos del Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Guillermo Jelinski; el director de carrera del Departamento de Hidráulica de la Facultad de Ingeniería (UNLP), Sergio Liscia, y por el profesor de la cátedra de Ingeniería Sanitaria, Jorge Garrido, quienes le otorgaron las máximas calificaciones).

Delimitada en rojo, el área cuyos desechos cloacales llegan al río sin tratamiento alguno. Los desechos de las localidades del norte platense van al Arroyo del Gato

Los tres jóvenes ingenieros proponen desarrollar “un sistema de lagunas de estabilización para el tratamiento de los efluentes cloacales de La Plata, Berisso y Ensenada. Las lagunas de estabilización se emplazarían en una porción del Bañado del Arroyo Maldonado, que se extiende a la vera de la avenida 66, en Berisso”.

“Las lagunas son artificiales. Nuestra propuesta consta de 9 ‘trenes’ de tres lagunas cada uno”, nos cuentan, para resaltar que “el proceso de depuración de los desechos cloacales se realiza de manera natural”. “Como en los ríos y lagos de todo el mundo”, subraya Alejandro Mariñelarena, especialista en el tema. “Se genera una comunidad de algas, se produce el proceso de fotosíntesis, se libera oxígeno y se crean bacterias que degradan la materia orgánica”, define.

Esquema de los 9 trenes de 3 lagunas cada uno

Mantenimiento, contaminación ambiental, costo operativo, gasto de energía eléctrica, generación de lodos… Todo es insignificante en comparación con las plantas de tratamiento tradicionales

Si bien Iara nos corrige cuando utilizamos el término ecológico para definir al sistema –“digamos ‘amigable con el ambiente’”, puntualiza-, lo cierto es que solamente se utilizaría una bomba para elevar los líquidos del caño principal a las lagunas de estabilización y otra para hacer lo propio con el agua “limpia” que regresaría al conducto para ir al río.

“La cantidad de energía eléctrica que nos estaríamos ahorrando es inconmensurable”, realzan. Y ello no sólo es ahorro económico sino que implica un alivio imposible de cuantificar para el medio ambiente. “Con el 10% de los miles y miles de Kwh que demandan los métodos tradicionales, el sistema funciona perfectamente”, remarcan.

“Pero además, los sistemas de tratamiento tradicionales producen gigantescas cantidades de lodo que se transforman en un nuevo problema, pues hay que tratarlas y transportarlas a un destino final. En cambio, en este caso estamos hablando de un sistema que remueve el 99,99 por ciento de la materia fecal, indica Paula.

“Se trata de uno de los métodos de tratamiento de agua cloacal más simple que existe. Cada laguna está rodeada por un terraplén, y el traspaso de la primera a la segunda y de ésta a la tercera se da por rebalse; así, progresivamente, se va completando el proceso de depuración de los desechos cloacales hasta que queda agua que puede reutilizarse”, destaca Agustín. “Si se busca la forma de hacerla llegar al cordón hortícola, se terminaría con un problema eterno, al tiempo que dejaríamos en paz al castigado acuífero Puelche”, añade Alejandro.

Otra vista del esquema de lagunas de estabilización
Camino sobre el terraplén que rodea a una de las lagunas del predio Campo Espejo, en Mendoza

“Como desventaja suele mencionarse la excesiva demanda de terreno, dado que son tratamientos extensivos, y la posible generación de olores. Pero en ese sentido hay que resaltar que la ubicación propuesta (Bañados de Maldonado) se sitúa sobre terrenos fiscales, eventualmente sin costo”, hacen notar. Las lagunas de estabilización proyectadas ocuparían aproximadamente 500 hectáreas. ¿Olores? “Por la concentración típica de los líquidos a tratar, se propone utilizar un sistema de lagunas facultativas, de metabolismo aeróbico, que reduce el problema de los olores. Así y todo, la propuesta incluye una gran ‘cortina forestal’ que aislará las lagunas del entorno circundante”, apuntan.

Pensando en el 2050

Paula, Iara y Agustín añaden que “el sistema está proyectado a 30 años, es decir que tomamos en cuenta la eventual población de la Región y la cantidad de desechos que llevaría el conducto principal en el 2050 (400.000 metros cúbicos por día)”. En otras palabras, planificación y previsión al 100%, exactamente lo que nos falta como sociedad desde tiempo inmemorial.

Bañados de Maldonado, el predio donde los jóvenes ingenieros platenses proyectaron el novedoso sistema de tratamiento de los desechos cloacales

Hay un ejemplo en Mendoza, donde un sistema de este tipo, llamado Campo Espejo, atiende a una población de 570.000 habitantes. En este punto, es muy interesante leer el artículo “Mendoza lidera en el país el riego de cultivos con líquidos cloacales tratados”, publicado en el diario Los Andes de esa provincia.

Si bien algunos apuntan que estos sistemas “amigables con el ambiente” sólo pueden atender poblaciones pequeñas, los ingenieros nos llevan hasta Melbourne, en Australia, donde se tratan de este modo los desechos cloacales de 4 millones de habitantes en un predio de 2.600 hectáreas. Si se quiere, se puede. O, como afirma Alejandro Mariñelarena, “lo único que se requiere es voluntad política”.

El proyecto está listo. Y espera.

Arriba: vista limpia del sistema proyectado para la Región. Abajo: imagen satelital del sistema de lagunas que en Melbourne, Australia, atiende a una población de 4 millones de personas

ACCEDA AL TRABAJO COMPLETO AQUÍ:

Salir de la versión móvil