primer micro eléctrico
Eligieron el día ideal, pues el 5 de junio es el Día Mundial del Medio Ambiente, y el próximo lunes, a las 12, la Facultad de Ingeniería de la UNLP y la empresa de transporte Nueve de Julio pondrán en marcha el primer ómnibus con baterías de litio en la ciudad de La Plata.
El acto de presentación del vehículo se llevará a cabo en la sede de la empresa, en avenida 31 Nº 1889, entre 513 y 514.
El prototipo, que contó con financiamiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, será el primero de su tipo en la Argentina, con motor reconvertido, sin ruidos ni emisiones y con una autonomía de 200 kilómetros.
Diciembre 2020
Por un momento nos remontamos al 20 de diciembre de 2020. Aquel día, junto al actual decano de la facultad de Ingeniería, Marcos Actis, 90 Líneas ingresó a un enorme galpón donde docentes y alumnos avanzados de la unidad académica junto con técnicos de la empresa Nueve de Julio SAT trabajaban sobre un colectivo. Este, a simple vista, parecía uno más de los que tomamos cada día para movernos por la ciudad, excepto por el color y las inscripciones: blanco con cuadrados grises y azules intercalados y un enorme logo verde con la inscripción 100% ELÉCTRICO.
Difícil no emocionarse. Sobre todo si se siguió de cerca todo el desarrollo que realizó la facultad de 1 y 47 en materia de vehículos a baterías de litio, desde la moto al micro, pasando por aquel triciclo que unió Etcheverry con Mar del Plata bajo un diluvio, el auto, trabajos para municipios del interior bonaerense.
Junto al “pack de baterías” -si los técnicos e ingenieros nos permiten la expresión-, Ricardo Rubén Rodríguez y Juan Domingo Aguilar, mecánicos de la Nueve de Julio, estaban trabajando y no ocultaban su entusiasmo. “Siempre nos manejamos con vehículos de combustión interna, y este año (por aquel pandémico 2020) aprendimos a trabajar sobre uno eléctrico. Tuvimos que realizar el despiece, rediseñarlo, todo dirigido a tener el primer micro cien por ciento ecológico de la Ciudad”, dijo Ricardo.
Pocos minutos después comenzaron a llegar los becarios del Centro Tecnológico Aeroespacial de la facultad -la usina de todos los proyectos de este tipo- para sumarse a ellos.
“Participar en este proyecto es realmente un orgullo para nosotros”, reconoció Juan Domingo, para asegurar que “trabajar junto con la universidad y con energías renovables es una experiencia inédita”. Tras indicar que además de aportar sus conocimientos para realizar el montaje de la unidad, él y su compañero se dedicaron a “reformar la transmisión del micro a fin de adaptarla al sistema eléctrico”.
“Es muy gratificante que la empresa haya apostado por este desarrollo”, añadió Ricardo, mientras que Juan Domingo subrayó: “Hacer esto es como decir ‘señores, tenemos que ir para allá y acá está la muestra de que es posible’”.
“Ir para allá”
Hito, palabra que utilizamos en el título de esta nota, significa “mojón que indica una dirección en el camino”, o bien “suceso que sirve como punto de referencia”. La primera acepción coincide plenamente con lo que nos dijo Juan Domingo aquel 20 de diciembre de 2020: esta es la dirección a seguir. La segunda la complementa y refuerza, pues este acontecimiento sirve, indudablemente, como “punto de referencia”.
“Podemos renovar todas las unidades”
Los colectivos deben renovarse cada diez años, nos explicó el titular de la empresa Nueve de Julio, Walter Mastropietro, quien recordó que “a sabiendas de los desarrollos en materia de vehículos eléctricos que venía haciendo la facultad, les propuse unir fuerzas entre el sector privado y el público para reconvertir un ‘micro Oeste’ modelo 2009”.
Marcos Actis sostuvo que “si se apuesta y se invierte podemos renovar todas las unidades que pasan a mejor vida cada una década. Estaremos generando un gigantesco ahorro económico, pues el valor de un colectivo eléctrico importado triplica largamente el desarrollo que se puede hacer aquí reconvirtiendo uno de combustión interna; también generaremos un gran ahorro energético, un enorme beneficio al medioambiente, y siempre creando trabajo argentino”, puntualizó.
¿La fórmula? Más o menos así: micros que siguen funcionando, no contaminan y cuyo rearmado genera trabajo calificado. Mejor, no se consigue.
“Si algo se puede hacer acá, hagámoslo acá”
El cerebro de todos los vehículos eléctricos que desarrolló la Facultad de Ingeniería de la UNLP, el ingeniero Guillermo Garaventta, es un “fundamentalista” de la industria nacional. Cuando el proyecto del micro eléctrico comenzó a caminar, sintetizó así su idea y sentimiento: “(Desde la universidad) fuimos protagonistas de la construcción de satélites, de la fabricación de cohetes, avanzamos en la línea de los vehículos eléctricos desde la moto hasta el colectivo, pasando por el triciclo y el automóvil; poseemos el conocimiento y el conocimiento es soberanía; tenemos el litio (Argentina cuenta con la mayor reserva mundial junto a Bolivia y Chile)”, enumeró el investigador de la Comisión de Investigaciones Científicas bonaerense (CIC) en el Centro Tecnológico Aeroespacial de la casa de estudios de 1 y 47.
¿Entonces? “¡Se debe invertir en ciencia en forma permanente! Un año de desinversión implica casi una década para recuperarse”, sentenció.
“Si algo se puede hacer acá, hagámoslo acá, ahora y siempre”, disparó Garaventta.
Paso a paso
Lo primero que se hizo en los talleres de la empresa, ubicados en 31 y 76, fue alivianar la estructura del micro. Luego se quitó el motor diésel. Y Garaventta, junto con los becarios, armó dos packs de baterías de litio: una exclusiva para la propulsión del vehículo y otra destinada a los motores eléctricos que hacen funcionar el sistema de frenos, la dirección, las puertas y la refrigeración.
El interior se remodeló por completo.
Con una inversión inicial que corrió por cuenta de la empresa y de la casa de altos estudios, a la que luego se sumó -como subrayamos al inicio del artículo- el financiamiento del Ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, el primer micro eléctrico platense tendrá una autonomía de 200 kilómetros.
“Comprarlo afuera no te deja nada. Hacerlo acá te aporta conocimiento, colaboración público-privada como en este caso, puestos de trabajo directos e indirectos y, como señalé, un enorme ahorro energético y los efectos medioambientales”, reforzó Actis. Por si faltaran beneficios, hay otra ventaja que traen consigo estos vehículos y que pudo comprobarse con la moto, el triciclo y el auto eléctricos que armó la facultad: se evita la contaminación sonora, ya que cuando están en marcha no hacen el más mínimo ruido.
El presidente de la empresa Nueve de Julio, Walter Mastropietro, contó a 90lineas.com que “este desarrollo conjunto es un orgullo y una señal para otros. Fue un gran desafío el hecho de que no quede en la nada, como pasa con tantas cosas”, remarcó el empresario.
Añadió que “los mayores beneficios (de un micro eléctrico) se dan en términos de rendimiento energético y, por supuesto, de menores emisiones contaminantes”.
“La tecnología eléctrica está avanzando a pasos agigantados en el mundo. En ese contexto fue que nos acercamos a la Universidad, concretamente al Centro de Tecnología Aeroespacial (CTA) de Ingeniería, lo que implica una unión entre el centro de conocimiento, que lo aporta la parte pública, y el operador, que depende de la parte privada. No es algo muy común. Prácticamente no hay casos de estas características, pese a que trabajar así es importantísimo”, definió.
¿Tiene posibilidades de prosperar y de replicarse el proyecto? “Tenemos que pensar que sólo en el Area Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) hay 18.000 unidades que funcionan con combustibles fósiles. La reconversión de una parte ya estaría generando un trabajo enorme y un beneficio gigante”, consideró.
“Esto, de replicarse, no implicaría sólo un beneficio para la región sino para todo el país. Hay que pensar que nuestros trabajadores han estado capacitándose, y aún siguen haciéndolo, con los profesionales de la Universidad. Eso es un avance enorme. Debemos trabajar para crear consciencia en la opinión pública y en los gobernantes. Y para que los proyectos no queden en la nada, como tantas veces”, insistió Mastropietro.
Nueve de Julio SAT y Edelap se unen para alimentar los vehículos
Representantes de Edelap y de la empresa Nueve de Julio SAT suscribieron un convenio de colaboración con el fin de iniciar tareas de estudios técnicos previendo los nuevos desafíos relacionados con la movilidad sostenible.
En el mismo se autorizó la instalación de nuevo punto de suministro a la red eléctrica en el predio que la empresa Nueve de Julio posee en la localidad de José Hernández, partido de La Plata. Con el fin de dotarlo de la potencia necesaria, Edelap llevó adelante la obra de repotenciación de un centro de transformación e instaló una nueva red de interconexión desde dicho nodo hasta las instalaciones de la compañía transportista.
El acuerdo de colaboración fue suscripto por Marcelo Corda, gerente general de Edelap, y por Walter Mastropietro, presidente de la empresa Nueve de Julio SAT, en el marco del contrato de fortalecimiento de la innovación tecnológica en materia de movilidad eléctrica y del proyecto de reconversión de transporte sostenible a propulsión eléctrica.