La increíble historia de la escuela platense con un solo alumno

Ocurrió en la Primaria 20 a finales de 2001, en medio de la mayor crisis de la que se tenga memoria. Y la oscura sombra del cierre sobrevoló a la institución educativa, una de las más antiguas de toda la región. Pero no pudieron echarle el candado. Una historia ejemplar de lucha colectiva por la educación pública

Escuela Primaria 20 de Poblet

Escuela 20 Poblet

“Susana, si en marzo del año que viene seguís con un solo alumno, vamos a tener que cerrar la escuela”.

La sentencia la escuchó Susana Fortunato en diciembre de 2001, cuando quedó a cargo de la Escuela Primaria Nº 20 de Poblet, a más de veinte kilómetros del casco urbano de La Plata, porque la directora titular se había tomado licencia. Por unos segundos que le parecieron siglos, la maestra quedó en estado de shock. ¿Cerrar una escuela? Un crimen, pensó.

Para colmo, Susana, quien a la vez era docente desde hacía dos décadas en la Primaria 28, había nacido y vivía en la zona; concretamente sobre una calle que divide a Poblet de Arana. Es más, el trabajo final de su carrera, donde abordó el tema de “las escuelas rurales unitarias”, lo había realizado sobre la Primaria 20 de Poblet.

Susana Fortunato siempre buscó involucrar a la comunidad de padres y vecinos con la escuela

Joaquín y su caballo

“Los últimos días de noviembre de 2001, mientras estaba al frente de mi grado en la Escuela Primaria 28 a la cual había entrado a trabajar en 1983, me llamó la inspectora Elba Petagna y me dijo: ‘Susana, mañana a la mañana tenés que ir a la Escuela 20 porque la directora pidió licencia por razones de salud. Cerrá el ciclo lectivo, por favor’”, recordó.

Hasta ahí, todo bien. Por la altura del año, no había nombramientos, de manera que Susana, por unos días, tenía que hacer las veces de directora y maestra.

“Me encontré con tres alumnos, dos de los cuales pidieron el pase por mudanza de sus familias. Así las cosas, el único que quedó fue Joaquín, que ese año terminó quinto grado”, rememoró la docente.

Joaquín era Joaquín Varallo, un chico que “todos los días venía a la escuela a caballo desde la estancia de los Taylor, una familia tradicional de la zona. Era buenísimo, al igual que sus padres y sus hermanos”, subrayó Susana sobre aquel niño que hoy vive en Tandil y con el cual entabló una relación entrañable.

Pero vamos paso a paso.

Joaquín, entonces de diez años, quedó como el único alumno de una de las escuelas más antiguas del partido de La Plata. Y fue entonces cuando Susana escuchó lo que ninguna maestra quiere escuchar: si en marzo de 2002 sólo seguía Joaquín, a la hermosa construcción de estilo chalet californiano levantada en 1950 le echarían el candado.

Un 9 de julio estrenaron una bandera de 300 metros que se realizó con el aporte de padres, vecinos e instituciones (arriba). “Partimos desde el cartel de la ex estación de tren de Poblet (abajo) e hicimos un abrazo al edificio escolar»

Un acto como corresponde

Susana Fortunato dedicó su vida a la docencia. Fue una maestra pura sangre. Siempre buscó involucrar a la comunidad de padres y vecinos con la escuela. Por ejemplo, festejando los cumpleaños de la institución por todo lo alto y en forma participativa “aunque no fuese un número redondo, porque se suelen hacer grandes cosas cuando se cumplen 10, 25, 50… ¿Por qué? Hay que festejar todos los cumpleaños. Cada uno es un año más de una escuela funcionando, de chicos aprendiendo, de maestras enseñando, de una comunidad que directa o indirectamente mantiene todo ello a flote”.

Lo mismo ocurría en cada fecha patria. A tal punto que un 9 de julio estrenaron una bandera de 300 metros que se realizó con el aporte de decenas y decenas de padres, vecinos e instituciones. “Con la bandera, que tenía pegadas un montón de manitas hechas con cartulina con los nombres de todos los donantes, partimos desde el cartel que señalaba la estación de tren de Poblet e hicimos un abrazo al edificio escolar. En el local de telas de la zona se quedaron sin material y tuvieron que ir a comprar más, porque todos donaron, aunque sea un metro o dos”, comentó.

La Escuela 20 muchas veces abría los domingos para hacer actividades con las familias. “En ciertos casos, mateadas y juegos para los chicos. En otros, tareas de limpieza, refacciones, mantenimiento”, detalló.

Pero antes de todo ello, hubo que luchar a brazo partido para mantener la escuela abierta.

Volviendo a aquel aciago diciembre de 2001, Susana recordó que hizo “un acto de fin de año como correspondía, con los tres alumnos y sus familias, palabras alusivas, himno, izamiento de la bandera, todo”. Luego, llegaría la advertencia del ‘posible cierre’.

Escuela 20 Poblet

…Y un día nevó en La Plata… El jardín de infantes 988 se inauguró en 2005 (en la foto, un grupo de alumnos y alumnas)

“Fue algo colectivo”

Susana nunca quiso arrogarse aquella cruzada por la escuela ni mucho menos. Una y otra vez repitió que “fueron muchas voluntades las que lograron que la Primaria 20 permaneciera abierta”. Es por ello que no quiso hacer nombres, por temor a olvidarse de alguien.

Gente de un club de la zona, una asociación que habían formado los vecinos para pelear por mejoras en Poblet -arreglo de calles, iluminación, servicios básicos-, integrantes de otras instituciones, salieron a recorrer el campo. “Pero no había chicos. Los tambos eran propiedad de matrimonios, algunos mayores, cuyos hijos vivían en el centro o incluso en otras ciudades y provincias”.

Se acercaba el día menos pensado y menos deseado. ¿Bajaron los brazos? Jamás. “Había un hogar de chicos en situación de calle en un sitio no muy lejano. Estaba a cargo de un particular. Lo llevaba muy bien. Entonces, se le propuso que todos los niños fuesen a la Escuela 20. Que el transporte corría por cuenta de los vecinos”, detalló Susana.

¿Entonces? Entonces, un día de marzo de 2002, la Primaria 20 abrió sus puertas -tal como lo había hecho todos los años desde su fundación- porque el calendario escolar indicaba que ese día empezaba un nuevo ciclo lectivo. Y llegó Joaquín a caballo para empezar el sexto grado. Y un grupo de chicos en autos particulares de distintos vecinos. “No la pudieron cerrar”, lanzó Susana más de 20 años después, con tono de “siempre hay chicos que necesitan educación; las escuelas no se cierran”.

Escuela 20 Poblet

El edificio estilo chalet californiano, típico del primer peronismo, se inauguró en 1950. La escuela nació en La Plata el 21 de mayo de 1885, apenas dos años y medio después que la capital bonaerense

La explosión

“La escuela tiene una matrícula de 418 alumnos, divididos en doce secciones (grados) y en dos turnos. Cuenta con un personal docente en su mayoría titular y efectivo en el cargo: directora, maestra secretaria, Equipo de Orientación Escolar (EOE) integrado por una orientadora educacional, una orientadora social y una orientadora de aprendizajes. Atienden a los alumnos doce maestros de grado, siete maestros de apoyo y profesores para cada año en las modalidades Educación Física y Educación Artística (en los lenguajes Plástica, Danzas Tradicionales, Teatro y Música). También dictan clases tres profesores de Inglés, y se han incorporado al plantel ocho preceptores de viaje, docentes que colaboran con la institución y acompañan a los alumnos y alumnas en su trayecto desde el hogar a la escuela y viceversa. Trabajan cuatro porteros que limpian cada dependencia, dos ayudantes de cocina y un cocinero que preparan cada día el desayuno/merienda y el almuerzo”.

¿De qué escuela se trata? De la Escuela Primaria 20 de Poblet, hoy. Así la describen en el blogspot de la institución educativa, que actualmente articula con el Jardín de Infantes 988 y con la Secundaria 48.

Directora y maestra de 1º a 7º grado

En abril de aquel 2002 salió a compulsa el cargo de directora en la Escuela 20. Susana Fortunato se presentó y ganó. En 2005 la titularizaron. “Era directora y maestra de un grado con siete chicos de distintos niveles: tenía de primero a séptimo”, apuntó, para resaltar que entonces comenzó a luchar por el jardín de infantes.

“Recién lo abrieron a finales de octubre de 2005 con una sala integrada (niños y niñas de distintas edades). En la actualidad hay dos salas a la mañana, dos salas a la tarde y lista de espera. Es que la zona en general y la escuela en particular fueron testigos de una explosión demográfica. La llegada de cientos, miles de familias desde países limítrofes, fundamentalmente desde Bolivia, para trabajar en el gran cordón hortícola platense hizo que se pasara de aquel campo sin niños a otro repleto de chicos y chicas”, describió quien se definió como “una mujer de campo”, que de pequeña iba a la escuela en sulky junto con sus hermanas.

“Una vez, para un cumpleaños de la escuela, le pedí a Joaquín que entrara al predio en su cabello portando la bandera, mientras yo lo acompañaba”, rememoró la docente, para admitir que un día realmente triste fue cuando la familia del “único alumno de aquel duro diciembre de 2001” llegó para despedirse porque se iban a vivir al partido de Ayacucho.

Escuela 20 Poblet

Susana Fortunato con una alumna (foto de archivo)

“Yo también había tenido de alumno al hermanito menor de Joaquín. Fue tremendo. Todos lloraban. Entonces les pedí la dirección del lugar al que se marchaban. Y desde entonces, un par de veces al año los iba a visitar. Eso genera la escuela rural. Un sentido de pertenencia muy particular y relaciones humanas únicas. Yo he ido a un montón de comuniones, cumpleaños de 15, soy madrina de muchos chicos y chicas…

¿Qué hubiese ocurrido si cerraban la escuela? Susana hace un breve silencio y contesta con otra pregunta: “¿Quién iba a preocuparse por reabrirla?¿Quién iba a estudiar el caso o a tomarse el trabajo de buscar alumno por alumno como lo hicieron los vecinos?La Primaria 20 de Poblet se mantuvo abierta gracias a la comunidad”, afirmó.

Las escuelas no se cierran.

Escuela 20 Poblet

Susana Fortunato durante un acto escolar  

Cuando La Plata bostezaba

La Escuela Primaria 20 de Poblet nació el 21 de mayo de 1885, apenas dos años y medio después de la inauguración formal de la ciudad de La Plata. Por lo tanto, es una de las más longevas de toda la región.

Comenzó a funcionar en distintas casas de familia, hasta que en 1950 se levantó la sede histórica: una construcción estilo chalet californiano típica del primer peronismo.

Al llegar al kilómetro 68 de la Ruta 36, hay que tomar la calle de tierra 639 y desandar 3.000 metros para encontrarse con la emblemática institución educativa. Aunque desde el año 2021 está irreconocible, pues se inauguró “un nuevo edificio que permitió el acceso de cientos de niños y niñas de la zona que se encontraban en espera”, cuentan en el blog de la Escuela 20 “Sargento Juan B. Cabral”.

Fotos: gentileza Susana Fortunato y escuela20poblet.blogspot.com

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