Sin embargo su aparición disrruptiva trajo aparejado un fenómeno positivo, ya que obligó a cada precandidato a definir las líneas centrales de sus propuestas económicas y sociales
Las posturas económicas de Milei, lejos de ser nuevas, son la réplica de otras etapas en que los predicadores del liberalismo o el neoliberalismo económico impulsaron cuando estuvieron a cargo de la conducción del país, con figuras emblemáticas como José Alfredo Martínez de Hoz (el todopoderoso ministro de la última dictadura militar), Domingo Cavallo (mentor de la convertibilidad y las privatizaciones en el gobierno de Menem) o Alfonso Prat-Gay, Nicolás Dujovne y Hernán Lacunza durante la gestión de Macri.
Pero lo novedoso de Milei es su autopercepción como “anarquista”, aunque alejado de las concepciones colectivistas de Mijail Bakunin o Errico Malatesta (sólo por nombrar alguno de sus teóricos más conocidos) y en cambio próximas al anarcoindividualismo, que prioriza al individuo por encima de cualquier determinante externo.
Y de allí su cuestionamiento explícito al Estado y sus instituciones, pero principalmente a sus regulaciones que lo llevan a emparentarse con algunos de esos ministros de tan trágicos recuerdos para los argentinos, a los que no sólo defiende, sino que promete recrear en caso de llegar a la primera magistratura.
Conceptos como el cierre del Banco Central, la eliminación de ministerios y la dolarización monetaria son algunos de los ejes de esta propuesta “libertaria”
Pero precisamente esa crítica a las regulaciones y a la presencia del Estado es lo que más lo emparenta con los otros dos principales precandidatos de la oposición.
Patricia Bullrich pone el eje de su campaña en el orden e impulsar reformas que cambien los incentivos económicos, restablezcan la solvencia fiscal y reconstruyan gradualmente la credibilidad, mediante la eliminación del cepo cambiario, quiere formalizar la economía bimonetaria con la coexistencia del peso con el dólar como propuesta supuestamente superadora a la dolarización, pero coincidiendo con Milei en la necesidad de reducir el Estado.
El plan de gobierno de la precandidata a presidenta de Juntos por el Cambio apunta también a modificar leyes laborales como la indemnización, ya que “hay que volver razonable el número de indemnización”, apuntando fuertemente al sindicalismo en sus distintas vertientes y proponiendo lisa y llanamente recortar y hasta eliminar los planes sociales para terminar con el déficit fiscal convertido en uno de los males económicos a los que entiende hay que cortar de cuajo.
Por su parte, Horacio Rodríguez Larreta propone “vivir sin inflación”, para lo cual impulsa abandonar el déficit fiscal, reduciendo el gasto público a través de la reducción de los puestos políticos y terminar con el déficit de las empresas públicas, con especial énfasis en los gastos políticos y del Congreso.
“No podemos gastar más de lo que ingresa. El 2023 va a ser el último año con déficit en Argentina. Vamos a revisar línea por línea el Presupuesto nacional, eliminando los privilegios en el Estado y vamos a terminar con el déficit de las empresas públicas. Las cuentas van a cerrar sin aumentar impuestos”, promete en su página web
A diferencia de Milei y su drástica propuesta de dinamitarlo, Rodriguez Larreta quiere tener un Banco Central independiente y antinflacionario, modificando su Carta Orgánica. Así el principal objetivo es la estabilidad de precios y de las autoridades de la entidad para que no puedan ser removidas por el gobierno de turno, y que se limiten las transferencias al Tesoro Nacional.
Además impulsa desarmar el cepo cambiario y unificar los tipos de cambio para abrir nuevos mercados, duplicar las exportaciones, en un plazo de no más de un año y acordar con las provincias bajar los impuestos.
Como puede observarse más allá de lo explícito o no de las medidas que piensen implementar, más drásticas en el caso de Milei y Bullrich con un abierto enfrentamiento con gremios y movimientos sociales y Rodríguez Larreta dispuesto a reducir el Estado, pero en forma paulatina, el líder libertario impuso su tesis “anarquista” de reducir el Estado a su mínima expresión.
LA OTRA CARA
La distancia es sideral con las iniciativas de Unión por la Patria como quedó expuesto en la presentación de Sergio Massa ante dirigentes sindicales y representantes de los movimientos sociales. El trabajo es el principal articulador social y es el Estado quien debe articular la recuperación de los ingresos de la población. “Repensar el rol del Estado no es achicarlo, es mejorarlo para que brinde mejores servicios al ciudadano”, insiste
Para Massa el futuro rol del Estado en Salud, Educación, Obra Pública y el sostén de empresas estratégicas como Aerolíneas Argentinas e YPF son parte central del debate y le permite al precandidato a Presidente de Unión por la Patria convocar a los votantes para «defender el futuro» sobre posibles privatizaciones y arancelamiento de la educación.
.Así claramente se alinea con los sectores sindicales, las pequeñas y medianas empresas, monotributistas y empleados públicos que advierte en algunas de las propuestas de la oposición un riesgo cierto de cara al futuro. Es más, también intenta hacer jugar a su favor el posible descontento social que muchas de estas propuesta seguramente producirán.
Massa este martes en un acto convocado por la CGT afirmó que en estos comicios «se discute a qué Argentina vamos» y dijo que será «el presidente de los y las trabajadoras» porque buscará recuperar el poder adquisitivo de los salarios e, incluso, reiteró su decisión de otorgar una suma fija a los sueldos más bajos. En este contexto y con estos objetivos, los convocó a redoblar la militancia del voto y aseguró que «este domingo, cueste lo que cueste, debemos ganar».
Para el actual ministro de Economía «gobierne quien gobierne, el gran objetivo debe ser promover exportaciones con valor agregado, acumular reservas y ganar nuevos mercados. Eso nos permitirá fortalecer la economía y bajar la inflación y destacó que se destinaron fondos por $19.000 millones en Aportes No Reembolsables (ARN) y una línea de crédito con tasas subsidiadas en pesos para pymes industriales e instó a que en 2024, con el aporte de las pymes, la economía del conocimiento, la minería, la energía y la industria, la Argentina alcance exportaciones por 150.000 millones de dólares.
De esa manera, indicó, se podrá «lograr esa autonomía y solvencia que nos permita consolidar nuestra moneda, bajar la inflación y sacar a los que nos condicionan sobre la base de un préstamo que no sirvió», en alusión a la asistencia otorgada por el Fondo Monetario Internacional en 2018.