Fiesta del Inmigrante: la memoria vital de nuestra identidad

Hasta el 15 de octubre, 21 colectividades extranjeras nos recuerdan con música, bailes, trajes típicos, comidas, teatro, exposiciones, deporte y mucho más, una parte fundamental de ese híbrido llamado cultura nacional. La cita es en Berisso y es multitudinaria. El cronograma completo de actividades

Crédito imagen: Municipalidad de Berisso

De la Redacción de 90 Líneas.-

En el principio fueron los pueblos originarios. Luego llegó el conquistador español. Y fue el primer genocidio. Después, el criollo, el gaucho y la china, el aborigen esclavizado y/o desplazado de su tierra por la denominada “conquista del desierto”: el segundo genocidio.

A finales del siglo XIX empezaron a llegar a estas pampas los primeros inmigrantes europeos. Y a comienzos del siglo XX, ya llegaban a carradas. Huían del hambre, de la falta de trabajo, de las miserias de la Primera Guerra Mundial.

Más tarde, más y más. Escapaban de la guerra civil española, del fascismo y la ocupación nazi de Italia, del pogromo ruso, del hambre y las miserias del periodo de entreguerras, primero, y de la Segunda Guerra Mundial a continuación.

La inmensa mayoría llegaba con lo puesto. Y muchos no fueron bien recibidos como nos quisieron hacer creer de pequeños, en la escuela primaria. Hubo racismo, ninguneo, la “exclusividad” de los trabajos más duros.

Pero hubo pueblos, como Berisso, donde aquellos que pisaban tierra argentina eran recibidos por sus paisanos, ya organizados en asociaciones de distinto tipo. Y así, de a poco, también hubo comunión entre inmigrantes de los más diversos países, pese a la enorme diferencia de lenguas y costumbres. Sí, de a poco se fueron ensamblando para darle forma a eso que con el tiempo alguien bautizó “crisol de razas”.

Promediando los años ’40, las políticas del gobierno nacional mejoraron sustancialmente la vida de los trabajadores inmigrantes. El trabajo duro comenzó a rendir sus frutos. Los hijos podían estudiar, incluso en la universidad, y con el tiempo fueron dándole forma a una nueva clase media argentina.

Uno de los eventos más imponentes y emotivos es la dramatización del “Arribo de los inmigrantes” al puerto La Plata, del cual participan miembros de las colectividades y vecinos vestidos con ropas de época (Crédito imagen: Municipalidad de Berisso)

En la emblemática calle Nueva York de Berisso, en esas 4/5 cuadras donde se escribieron capítulos centrales de la historia nacional, todo ello se expresaba día tras día en toda su dimensión, al ritmo del duro trabajo en los frigoríficos Swift y Armour.

Así nos lo contó Daniel Ridner, hijo dilecto del barrio: “Griegos y turcos, italianos y españoles, judíos y árabes, búlgaros y rusos, lituanos y polacos. Todos, junto a los miles y miles que venían de las provincias, convivíamos perfectamente”, rememoró.

“Los vecinos sacaban las mesas y las sillas a la vereda a cualquier hora del día o de la noche, y se acercaba y se sentaba quien quisiera, a compartir una copa, un vermouth, una comida. Pero sobre todo, charla y amistad. La Nueva York era una calle amigable, por la que se podía caminar a cualquier hora”, enfatizó.

Pero el trabajo duro en Berisso tenía, ya desde los años ’20 y ’30, otra ‘terminal’. Quizás menos vistosa, menos tecnificada, que no vivía de la exportación ni dependía del puerto, pero que hundía sus raíces tan profundamente en el alma de cada berissense, que sus ramificaciones llegaron hasta hoy: en la otra punta de la entonces localidad de La Plata, en la espesura del monte de la vasta zona de Los Talas, familias de inmigrantes crearon el vino de la costa.

“Desde la Isla Paulino hasta el actual Hogar de Ancianos (ubicado en Los Talas) estaban los italianos; esa era la zona más fuerte. Y de allí hasta La Balandra predominaban los españoles y portugueses”, nos explicó hace varios años Pancho Domingues, hijo de viñateros que supo retomar el trabajo de sus padres.

Cronograma de actividades (parte I)

De una cena para pocos a casi 200 mil visitantes

Hoy en día, la Asociación de Entidades Extranjeras de Berisso acuna a 21 representaciones de inmigrantes que a lo largo de los años y décadas forjaron la historia de esta tierra, como en mayor o menor medida ocurrió en numerosos rincones de la Patria. No obstante, la ciudad ribereña lleva la cruza de razas en su ADN: no por nada fue oficialmente designada Capital Provincial del Inmigrante. Y la Fiesta Provincial del Inmigrante es una de las más grandes, multitudinarias y de mayor duración del país.

A lo largo del mes de septiembre y hasta mediados de octubre se realizan distintos eventos culturales, gastronómicos y deportivos.

Con los años, el crecimiento de esta fiesta, que se realizó por primera vez en 1976 como una simple cena para pocos invitados, fue sustancial. A punto tal que ha llegado a tener más de 170.000 visitantes durante los 45 días que dura.

Uno de los eventos más imponentes y emotivos es la dramatización del “Arribo simbólico de los inmigrantes” al puerto La Plata, del cual participan miembros de las colectividades y vecinos vestidos con ropas de época.

Los festivales, donde los cuerpos de baile de cada colectividad hacen un maravilloso despliegue de música y trajes típicos, se llevan a cabo en grandes carpas instaladas en el Parque Cívico de la Ciudad, donde también destaca una gran feria de artesanos y, por sobre todo, los stands de ventas de comidas tradicionales de cada uno de los países.

El último sábado de festivales se elige a la Embajadora y al Embajador Cultural del Inmigrante.

La entrada es libre y gratuita.

Cronograma de actividades (parte II)

Un poco de historia

En 1976, como se dijo, se organizó la primera Fiesta del Inmigrante en un esfuerzo de las colectividades que previamente habían conformado su Asociación de Entidades Extranjeras para trabajar unidos en esta festividad, desde entonces de carácter anual.

Dos años después, en 1978, el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires declaró a Berisso “Capital Provincial del Inmigrante”, y el Municipio reconoció a la fiesta de Interés Municipal.

El último domingo de la extensa y masiva celebración se hace el gran desfile final de todas las colectividades sobre la avenida Montevideo.

Durante el mes y medio de festejos se realizan torneos deportivos, el citado desembarco simbólico, funciones de teatro, conciertos, conferencias, exposiciones, espectáculos musicales y de danzas.

La Fiesta del Inmigrante tiene un alto grado de tradición popular local. Gran parte de la población se vuelca a participar de las actividades callejeras. Por otra parte, tiene una importante instalación entre los vecinos de la región y, cada vez más, entre bonaerenses de los más diversos y distantes distritos de la Provincia.

El 4 de septiembre, Día Nacional del Inmigrante, se dio inicio a la Fiesta Provincial del Inmigrante con el primer evento oficial de la edición 46º: la Celebración Litúrgica Ecuménica (en la Parroquia María Auxiliadora), que celebra la diversidad de cultos que trajeron los inmigrantes a la ciudad de Berisso, dando lugar al respeto cultural y la comunión de las naciones (Crédito ig-fiestaprovincialdelinmigrante)

Fuentes consultadas: Fiestas Populares; Municipalidad de Berisso; Biblioteca de 90 Líneas

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