Los ministros de Educación, Jaime Perczyk, y de Economía, Sergio Massa, presentaron el proyecto para una nueva Ley de Financiamiento Educativo que aumenta la inversión del 6 al 8% del PBI y establece metas y políticas generales para todos los niveles de la enseñanza.
La iniciativa, que será elevada al Congreso de la Nación, fija que un 6,5% del PBI estará destinado a la cobertura de 45 días a 3 años, la educación obligatoria y la educación superior de formación docente, y el 1,5% restante a la educación universitaria.
“Creemos que la mejor inversión que puede hacer una sociedad es aumentar la inversión en el sistema educativo”, sostuvo Massa durante un acto que se realizó en el CCK, en el que estuvieron presentes el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, gobernadores y vices, rectoras y rectores de universidades, legisladores nacionales, ministras y ministros provinciales y representantes de gremios docentes y no docentes, entre otros.
“Hace un año todos se peleaban por el financiamiento educativo, y ahora vivimos un momento en el que algunos quieren recortar, privatizar la educación, arancelar las universidades»
En su discurso, Massa ratificó que “nos van a ver defendiendo con convicción nuestras becas, nuestras escuelas, nuestros docentes, nuestros no docentes y nuestras universidades”.
“Para el futuro de la Argentina, para derrotar a la pobreza, para incorporar al país al siglo XXI, hay que invertir en educación con la nueva tecnología de la mano”, destacó.
Por su parte, Perczyk aseguró que “con este proyecto estamos planteando que la Argentina necesita un financiamiento continuo, seguro y suficiente para sostener y mejorar el sistema educativo, y esperamos que todas y todos estemos de acuerdo con eso”.
Planteó que “hace un año todos se peleaban por el financiamiento educativo, y ahora vivimos un momento en el que algunos quieren recortar, privatizar la educación, arancelar las universidades, o dicen que la escuela secundaria es un cementerio o que las universidades están vacías”.
“Nosotros estamos convencidos de que la universidad pública argentina es un valor federal, democrático y de justicia social que tiene nuestro país, y estamos orgullos que desde el 8 de julio de 1884, en el caso de la educación primaria, y desde 2006 la educación secundaria, sean obligatorias”, consignó.
Recordó que “nuestra patria, nuestro país, tuvo un acuerdo muy importante que fue que todas las chicas y todos los chicos a la salida de la pandemia tenían que volver a la escuela. Y fuimos a buscarlos a la casa para que vuelvan. Ese fue gran acuerdo político. Y acá tiene que estar el segundo que es aumentar la inversión en la educación argentina”.
190 días de clase y libros para todos los estudiantes
Para la educación obligatoria, la iniciativa establece un ciclo lectivo anual mínimo de 190 días efectivos de clase, continuar la distribución en la modalidad “uno a uno” de libros a todos los estudiantes de los niveles inicial, primario y secundario y garantizar una alimentación escolar saludable.
Ratifica, además, la vigencia de la Paritaria Nacional Docente, el FONID y el programa nacional de compensación salarial docente, y plantea avanzar en la implementación en todo el país del Sistema Integral de Información Digital Educativa (SINIDE).
Este sistema permite tener en forma online, regular y sistemática la información nominalizada sobre las trayectorias educativas (matrícula, asistencia, calificaciones, pases, certificaciones y titulaciones) de los estudiantes de la educación obligatoria y especial.
El proyecto contempla también implementar un Sistema Nacional de Evaluación bianual, que incluya los operativos nacionales e internacionales de evaluación y la evaluación formativa.
En el nivel inicial plantea la ampliación de la cobertura: universalizar las salas de 3, 4 y 5 años e iniciar los procesos de cobertura para sala de 2 años, para lo cual prevé la construcción de nuevos jardines de infantes y de jardines maternales para las niñas y los niños de 45 días a 2 años.
En la formación docente propone potenciar programas de desarrollo profesional (postítulos en primeras infancias, trayectos formativos y tramos de formación sincrónicos) que garanticen una capacitación permanente.
Para el nivel primario propone asegurar un mínimo de 25 horas semanales de clase para todos y que al menos el 50% acceda a escuelas de jornada completa, así como asegurar la enseñanza de una segunda lengua en los niveles primario y secundario.
En el nivel secundario incorpora el dictado obligatorio de robótica y programación en el segundo ciclo, y de espacios curriculares relacionados con el mundo del trabajo (prácticas formativas, pasantías, tutorías, mentorías y proyectos didácticos) que sirvan para futuros desempeños laborales.
Se duplicará la inversión en la educación técnico profesional para duplicar la matrícula; se ampliará la jornada escolar (un mínimo de 6 horas por día para el 30% de los estudiantes); se asegurará el dictado de todas las horas; se avanzará en la concentración horaria de los docentes.
Se cumplirá con el derecho a la Educación Sexual Integral (ESI) y se garantizará el programa Conectar Igualdad.
En cuanto a la educación universitaria, el proyecto busca ampliar la oferta de carreras universitarias y preuniversitarias en función del desarrollo estratégico del país y de las áreas de vacancia territoriales, y acortar la duración de las carreras.
Además, consolida la función de la investigación a través del Programa para la Investigación Universitaria Argentina (PRIUNAR) y promueve carreras que comprendan títulos intermedios, tecnicaturas, bachilleratos y certificaciones académicas de trayectos formativos.