Estos son los 100 mejores discos del rock nacional. ¿Seguro?

Las encuestas pueden aportar elementos interesantes, siempre que estén bien hechas y no se encuentren cruzadas por (muchos) intereses comerciales. El problema se da cuando son tomadas como “biblias” para hablar de determinado tema. Y si se trata de algo tan subjetivo como la música, el diluvio de descalificaciones estará garantizado. Aquí, algunos apuntes sobre la encuesta “más citada” acerca del rock argentino

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“Las mejores canciones de la historia del pop”. “Los 50 mejores álbumes del heavy metal”. “Las mejores baladas de todos los tiempos”. Y así, hasta el infinito.

Ayer, hoy y siempre, los rankings y/o listados que presentan “lo mejor” de algo, más aún si ese algo es tan subjetivo como la música, son motivo de debate, críticas o, lisa y llanamente, de rechazo.

Y quizás no esté mal generar lío, disparar opiniones, seguramente contradictorias, que de un modo u otro se transformarán en aportes que enriquecerán la cuestión. Pero si de industria musical se trata, no hay que ser muy suspicaz para inferir que, al menos en parte, los listados de “mejores” esconden algún que otro interés, para ser benévolos.

No por hecha, la popular frase “sobre gustos no hay nada escrito” carece de validez. Todo lo contrario. Si de música hablamos, este grupo o aquella canción que a mí me pone la piel de gallina, a otro pueden no gustarle o, directamente, resultarles desagradables al oído.

Un tópico muy utilizado en algunos debates sobre música suele ser el que reza: “Que algo sea popular no implica que sea bueno”. Confieso que lo he usado más de una vez. Y de dos y de tres. Por ejemplo: “Desde ya que La Bamba, en la versión de Ritchie Valens, es muchísimo más popular que la Sinfonía Nº 40 de Mozart, pero indiscutiblemente ésta es largamente mejor musicalmente hablando”.

Eso, para mí. Y seguramente para miles y cientos de miles. Pero otros podrán decir que “La Bamba es mejor porque a mí me gusta”. Y es válido. Una y mil veces más: “Para gustos, los colores” (expresión del idioma español que proviene del adagio latino ‘gustibus non disputadum’, que subrayaba la inutilidad de pelearse sobre las preferencias de cada uno, define el sitio 20 Minutos).

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Dicho esto, pasemos a lo que nos ocupa. Hace años que cada vez que se quiere valorar a un disco o banda de rock argentino se echa el ancla en Los 100 mejores discos del rock nacional, listado que fue elaborado por la revista especializada Rolling Stone.

La primera versión de Los 100 mejores… se publicó en una edición especial “doble aniversario” que salió a la venta el 3 de abril de 2007. Se cumplían entonces 9 años del primer número de la edición argentina de la emblemática revista, y el 3 de julio siguiente se iban a cumplir 40 del lanzamiento del disco sencillo de Los Gatos que presentó en sociedad el tema La balsa, compuesto por Tanguito y Litto Nebbia, fecha que se toma arbitrariamente como la del nacimiento del rock nativo a raíz de la gigantesca repercusión que tuvo la canción, tanto a nivel artístico como comercial.

Seis años más tarde, en 2013, la revista repitió la encuesta a fin de poder incluir discos que no estuviesen tan alejados en el tiempo, teniendo en cuenta que la lista de 2007 traía 31 álbumes de los años ‘70 y 32 de los años ‘80, es decir que esas dos décadas (la de los pioneros del género y la de sus sucesores inmediatos) se “llevaban al agua” el 63 por ciento de los discos. No sólo eso. Dos artistas, tanto con sus distintas bandas como en condición de solistas, ocupaban casi el 20 por ciento del listado: Luis Alberto Spinetta y Charly García, con nueve trabajos cada uno.

Es imposible no pensar en “intereses”. ¿De qué hablamos? Probablemente, para un chico o chica adolescente que leía la revista Rolling Stone en 2013, Almendra, Sui Generis, Los Gatos, Vox Dei, Manal, Moris, Pappo’s Blues y un largo etcétera le sonarían a música del Jurásico Superior. Incluso les pasaría algo similar -al menos en parte – con Virus, Soda Stereo, Los Twist y Los Abuelos de la Nada, pues cuando esos grupos editaron sus primeros trabajos, ellos y ellas ni siquiera habían nacido.

Pero lo cierto es que si bien hubo algunos cambios en la lista, se dieron en puestos relativamente bajos y, como si fuese poco, con la aparición de artistas que generaron mucha polémica.

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¿Cómo es posible que figure Lucas Martí (puesto 98) y no esté Miguel Mateos Zas? (Lucas Martí es hermano de Emmanuel Javier Horvilleur, creador junto con Dante Spinetta de Illya Kuryaki and the Valderramas), se preguntaron muchos. O incluso: ¿Cómo pueden estar los Illya Kuryaki en el puesto 38, por delante de discos de Sui Generis, Serú Girán, Almendra, Fito Páez, Gustavo Cerati, etc?

Y me pregunto yo: ¿Por qué el disco Superficies de Placer de Virus aparece en el puesto 18 y Wadu Wadu (uno de los álbumes que marcó un antes y un después en la historia del rock nacional) figura en el lugar 55? ¿Y qué es de la vida de los discos Agujero interior y Locura de la banda platense? Directamente no están entre los 100.

¿Soda Stereo en el puesto 9 con el disco Canción animal? Pongamos que sí. ¿Y Signos? En el lugar 25. ¿Y Doble vida y Nada personal? No están.

Bien por León Gieco que ocupa el puesto 22 con De Ushuaia a La Quiaca. ¿Y Pensar en nada y el 4º LP? Nada de nada.

Alguien planteó cómo era posible que el disco Vasos y besos de Los Abuelos de la Nada estuviese 29º y el brillante álbum debut (que llevó el nombre del grupo) en el 84º. O que estuviesen en el listado la cantante argento-portorriqueña Mimi Maura (100º), los nada rockeros Miranda! (95º y por encima del disco debut de Fabiana Cantilo), así como Leo García (77º y delante de Magos, espadas y rosas de Rata Blanca, de Giros de Fito Páez, de Luzbelito de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, etc).

El vaso medio lleno

Las categorías “todo” y “nada”, al igual que “todos” y “nadie”, son tremendamente injustas en todos los órdenes de la vida. Es por ello que no compartimos aquellas críticas que calificaron a Los 100 mejores… como un trabajo que “no sirve para nada”.

En defensa del mismo habría que decir que en su momento fue el “más prolijito” que se hizo sobre el rock argentino -muy carente de este tipo de herramientas- y que el universo de consultados fue importante desde lo cuantitativo (180 personas), pero sobre todo desde lo cualitativo, pues votaron músicos, periodistas y fotógrafos especializados en el género y miembros de la industria discográfica, es decir, personas íntimamente relacionadas con el género. Además, la revista publicó los nombres de quienes votaron, o sea que no ocultó nada. Eso es importante, más aún cuando estamos muy (mal) acostumbrados a escuchar “una encuesta dice…” o “las encuestas dicen…” ¿Quién o quiénes hicieron la encuesta? ¿Cómo la hicieron? ¿A quiénes consultaron? No sabe / no contesta. Al menos aquí está clara la fuente. Luego se puede coincidir en todo, en parte o no coincidir en absoluto.

Así las cosas, hay que decir que el listado en cuestión responde a la opinión y el gusto de esas 180 personas, en el 2007 y en el 2013. El gran problema es cuando se presenta a tal disco de tal banda o solista como “uno de los mejores 20 -por poner un ejemplo- del rock nacional” basándose en este trabajo. Lo correcto sería decir “uno de los mejores 20 del rock nacional, de acuerdo a los consultados por Rolling Stone en una encuesta realizada en equis año”.

En otras palabras: estos trabajos sirven si se los pone en contexto. Si no, si se los toma como “la biblia”, se empiezan a distorsionar las cosas.

«Los 100 mejores discos del rock nacional», revista Rolling Stone edición 2007

Y hablando de poner en contexto, también hay que resaltar un par de cuestiones más. En primer lugar, que de 2007 a 2013 en los diez primeros lugares solamente hubo un cambio: el álbum Pappo’s Blues Volumen II reemplazó en el puesto 8 al disco 30 minutos de vida de Moris, que pasó al undécimo lugar. En tal sentido, como en el lapso de seis años prácticamente no hubo modificaciones en la “parte alta de la tabla”, la encuesta cobra cierto valor.

En segundo lugar, algunos se preguntaron cómo era posible que el disco debut de Almendra figurase en el puesto 6 y que Artaud, de Pescado Rabioso, estuviese en la cima; así como otros cuestionaron que Clics modernos, de Charly García solista, fuera el número 2 en lugar de alguno de los discos de Serú Girán o de Sui Generis.

En ese caso, hay que tener en cuenta que, si bien por un lado algún interés siempre se cuela (más aún si votaron miembros de la industria discográfica), la mayoría de los consultados fueron músicos, motivo por el cual hay que contemplar qué significado tuvieron para ellos esos trabajos discográficos; hasta qué punto los inspiraron o influenciaron. Pues si bien es cierto que Muchacha ojos de papel (del disco debut de Almendra) o Canción para mi muerte (del primer álbum de Sui Generis) son “dos que sabemos todos”, el LP Artaud fue totalmente revolucionario en aquel lejano 1973, cuando el rock argentino recién empezaba a caminar, así como Clics modernos lo fue diez años más tarde (1983).

En fin, así las cosas, pasamos a presentar Los 100 mejores discos del rock nacional de acuerdo a los 180 músicos, fotógrafos, periodistas y miembros de la industria discográfica consultados por la revista Rolling Stone en el año 2013. Título largo si los hay, pero como sobre gustos no existe nada escrito y en materia musical no hay biblias que valgan (salvo La Biblia de Vox Dei), es importante hacer la aclaración.

1.Artaud (Pescado Rabioso – 1973)

2.Clics modernos (Charly García – 1983)

3.Manal (Manal – 1970)

4.Oktubre (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota – 1986)

5.Divididos por la felicidad (Sumo -1985)

6.Almendra (Almendra – 1970)

7.La era de la boludez (Divididos – 1993)

8.Pappo’s Blues Volumen II (Pappo’s Blues – 1972)

9.Canción animal (Soda Stereo – 1990)

10.Alta suciedad (Andrés Calamaro – 1997)

«Los 100 mejores discos del rock nacional», revista Rolling Stone edición 2013

Del 11 al 20.- Treinta minutos de vida (Moris-1970); Piano bar (Charly García-1984); El amor después del amor (Fito Páez-1992); La Biblia (Vox Dei-1971); La dicha en movimiento (Los Twist-1983); Jessico (Babasónicos-2001); La grasa de las capitales (Serú Girán-1979); Superficies de placer (Virus-1987); Pescado 2 (Pescado Rabioso-1973); Los Violadores (Los Violadores-1983).

Del 21 al 30.- El león (Los Fabulosos Cadillacs-1992); De Ushuaia a La Quiaca (León Gieco (1985/86); Llegando los monos (Sumo-1986); Kamikaze (Luis Alberto Spinetta-1982); Signos (Soda Stereo-1986); Yendo de la cama al living (Charly García-1982); Pappo’s Blues Volumen I (Pappo’s Blues-1971); El jardín de los presentes (Invisible-1976); Vasos y besos (Los Abuelos de la Nada-1983); Honestidad brutal (Andrés Calamaro-1999).

Del 31 al 40.- Pequeñas anécdotas sobre las instituciones (Sui Generis-1974); Don Cornelio y la Zona (Don Cornelio y la Zona-1987); ¡Bang! ¡Bang! … estás liquidado (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota-1989); David Lebón (David Lebón-1973); Mi vida loca (Los Auténticos Decadentes-1995); Los chicos quieren rock (Ratones Paranoicos-1988); Los Gatos (Los Gatos-1967); Chaco (Illya Kuryaki & The Valderramas-1985); Conesa (Pedro y Pablo-1972); Almendra II (Almendra-1970).

Del 41 al 50.- Pappo’s Blues Volumen III (Pappo’s Blues-1973); After chabón (Sumo-1987); Ciudad de pobres corazones (Fito Páez-1987); Dale aborigen (Todos tus muertos-1994); Miguel Abuelo et Nada (Miguel Abuelo et Nada-1975); Aquelarre (Aquelarre-1972); Cuentos decapitados (Catupecu Machu-2000); Tango (Tanguito-1973); Melopea (Litto Nebbia-1974); Fuerza natural (Gustavo Cerati-2009).

Del 51 al 60.- Color Humano (Color Humano-1974); Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll (Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll-1971); Sudamérica o el regreso de la aurora (Arco Iris-1972); Luchando por el metal (V8-1983); Wadu Wadu (Virus-1981); Silencio (Los Encargados-1986); Infame (Babasónicos-2003); Contenidos (Riff-1982); Despedazado por mil partes (La Renga-1996); Nadie sale vivo de aquí (Andrés Calamaro-1989).

Del 61 al 70.- El cielo puede esperar (Attaque 77-1990); La la la (Spinetta-Páez-1986); Fin de semana salvaje (Los Brujos-1991); Tercer arco (Los Piojos-1996); Invisible (Invisible-1974); Vida (Sui Generis-1972); Ácido argentino (Hermética-1991); Bicicleta (Serú Girán-1980); Narigón del siglo… (Divididos-2000); Big yuyo (Los Pericos-1992).

Del 71 al 80.- El mamut (Massacre-2007); Salud universal (Los Visitantes-1992); Películas (La Máquina de hacer pájaros-1977); De art(e) of Romance (Fun People-1999); Peligrosos Gorriones (Peligrosos Gorriones-1993); Esperando el milagro (Las Pelotas-2003); Mar (Leo García-2001); Magos, espadas y rosas (Rata Blanca-1990); No es sólo rock and roll (Intoxicados-2003); Colores santos (Cerati-Melero-1992).

Del 81 al 90.- NS/NC (Cienfuegos-1998); Libertinaje (Bersuit Vergarabat-1998); Valentín Alsina (Dos minutos-1994); Los Abuelos de la Nada (Los Abuelos de la Nada-1982); Giros (Fito Páez-1985); Luzbelito (Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota-1996); Abrecaminos (El otro yo-1999); Sigue tu camino (Los Auténticos Decadentes-2003); Muerte en la catedral (Litto Nebbia-1973); Flopa-Manza-Minimal (Flopa-Manza-Minimal-2003).

Del 91 al 100.- Sistema nervioso central (Estelares-2006); Instinto (Los Cafres-1995); El nuevo camino del hombre (A.N.I.M.A.L.-1995); Consumación o consumo (Fricción-1986); Sin restricciones (Miranda!-2004); Detectives (Fabiana Cantilo-1986); Un millón de euros (Él mató a un policía motorizado-2006); Simplemente (Lucas Martí-2005); Rock de la mujer perdida (Los Gatos-1970); Raíces de pasión (Mimi Maura-2001).

El Flaco Spinetta y Charly García, el 1-2 en todas las encuestas que nadie puso en tela de juicio (Crédito imagen: Rolling Stone)
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