Textos Alejandro Salamone
Fotos y videos Carlos Rango
Las medidas del ajuste brutal del Gobierno de ultraderecha de Javier Milei no tienen límites y generan reacciones en todos los rincones de la Argentina como si se tratarán de hormigueros que «explotan» para defenderse, con un trabajo conjunto, en unión y con un gran sentido de la solidaridad -como hacen las hormigas- para tratar de evitar la catástrofe que se aproxima con prisa y sin pausa. Por eso ayer, en el Teatro Argentino, se realizó una convocatoria abierta, con plenario incluido, de todos los sectores de la cultura, donde no faltó nadie -llámese cine, pintura, música, literatura, Etc.-y hubo varios oradores.
Estuvieron presentes representantes del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA); la Cámara del Libro; el Instituto Nacional de la Música; el Instituto Nacional del Teatro; la Asociación de Músicos de La Plata; el Fondo Nacional de las Artes; la Red de Actores; la Unión de Músicos Independientes; la Multisectorial Audiovisual; la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares; trabajadores y trabajadoras de la cultura, actrices, actores; músicos, músicas; escritores y escritoras, productores y productoras; docentes universitarios y estudiantes de distintas facultades de arte y de colegios secundarios y universidades.
No fue una movida más, se hizo sentir con mucha fuerza. Hablaron los representantes de cada una de las ramas de la cultura mencionadas en el párrafo anterior y se tiraron idea que se llevarán a la práctica para luchar contra el ajuste que hará estragos si es que se concreta tal como quiere el Gobierno. Una de esas propuestas es la de realizar cada 24 de mes una actividad cultural en la Plaza de los Dos Congresos, en Capital Federal, para dar continuidad a la protesta y al reclamo legítimo.
Y no es para menos… La ley ómnibus que Milei envió al Congreso este jueves entraña un drástico ajuste al sector cultural. Contempla sólo dos destinos para los organismos que protegen y fomentan a la cultura en todo el territorio nacional. El paquete de reformas abarca el cierre del Instituto Nacional del Teatro (INT) y del Fondo Nacional de las Artes (FNA); y el desfinanciamiento del INCAA, el Instituto Nacional de la Música (Inamu) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip). «Artistas emergentes becados, obras de teatro independientes y bibliotecas populares en los barrios podrían dejar de existir», alertó en Twitter ATE Cultura Nación.
Uno de los puntos más ásperos del paquete de leyes es la propuesta de derogación de la Ley Nacional del Teatro (24.800), que data de 1997 y determina que la actividad teatral, «por su contribución al afianzamiento de la cultura», debe contar con «promoción y apoyo del Estado Nacional». De concretarse la derogación, quedaría eliminado el Instituto Nacional del Teatro (INT), organismo que organiza concursos, certámenes, muestras y festivales; otorga subsidios y becas a grupos, salas, artistas y eventos y estimula la conservación y creación de espacios, entre otras cosas. De este modo, el circuito independiente, tan prolífico en nuestro país, quedaría a la deriva. Una paradoja es que el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli, llegó a nombrar director para el instituto: el director teatral Mariano Stolkiner.
Parte del discurso de la cantante y actriz Cecilia Rossetto:
Lo cierto es que desde el primer día de este Gobierno, que sigue avanzando con paquetes de DNU y proyectos de leyes que no sólo borran de un plumazo los derechos laborales sino que además inyectan un ajuste brutal a la economía ya golpeada de los argentinos, el pueblo está movilizado con marchas (ya reprimidas), cacerolazos espontáneos en cada rincón del país, plenarios, convocatorias abiertas y hasta con un paro general ya convocado por la CGT para el 24 de enero próximo. La historia otra vez se repite, nada nuevo bajo el sol.
