Por Alejandro Salamone.-
«Nací en un barrio donde el lujo fue un albur,
por eso tengo el corazón mirando al sur. Mi viejo fue una abeja en la colmena, las manos limpias, el alma buena… Y en esa infancia, la templanza me forjó, después la vida mil caminos me tendió, y supe del magnate y del tahúr, por eso tengo el corazón mirando al sur».El comienzo de la letra de esta hermosa canción «El Corazón al Sur», de Eladia Blázquez y Lito Vitale, es quizás el mejor inicio para esta nota que tiene como protagonista a un referente de la política local, un dirigente peronista de largo recorrido, de horas y horas de trabajo desde puestos claves pero también desde el llano, como le gusta definirlo a él, de andar siempre recto y correcto, con vocación intacta de ayudar al prójimo como siempre lo hizo y una visión privilegiada para resolver problemas vecinales.
Estamos hablando de Oscar Vaudagna, quien fue el primer delegado municipal de Altos de San Lorenzo, allá por el año 1992 cuando Julio Alak creó las delegaciones municipales con el fin de una llegada más fluida de la Comuna con los habitantes de los barrios de la llamada periferia.
Lo primero que hay que destacar que toda su tarea está relacionada con nuestra ciudad, la comunidad, su problemática y su desarrollo.
Oscar es oriundo del barrio Villa Lenci, jurisdicción de la delegación San Lorenzo. Es hijo y nieto de dirigentes sindicales. Su padre estuvo al frente del sindicato de taxis hasta su fallecimiento en 1980. Su madre fue ama de casa y tuvo gran influencia en la formación de él y su hermano ocho años mayor. Nació un 2 de febrero en la casa de la partera, en calle 70 entre 17 y 18. Por aquellos años, su padre era el dueño del local gastronómico que después se conoció como el Bar de Edgardo, propiedad de Edgardo Ricci, en 71 entre 17 y 18. Estas situaciones marcaron un sentido de pertenencia. Realizó la primaria en la Escuela 58, también en Meridiano V.
Desde joven, Oscar estuvo muy presente en la vida de la parroquia Nuestra Señora de Fátima, donde cursó el preescolar y colaboró con su familia en la construcción y refacciones que a lo largo del tiempo se realizaron en el templo; pero más allá de tomar la comunión allí y tener que hacer alguna vez de monaguillo a instancias del Padre Benari, en la comunidad parroquial de aquel momento había mucha actividad y el fútbol acercaba a muchos jóvenes.
Fue allí que surgieron las primeras inquietudes de realizar mejoras en el barrio, limitadas a la época signada por continuos gobiernos militares poco adeptos a la organización vecinal. Pero la Parroquia de Fátima y los clubes de la zona, siempre fueron un ámbito de organización para lograr obras por consorcio como el agua corriente, cloacas, alumbrado público y muchos años más tarde, el gas natural. Esta actividad comunitaria motivó y alentó a los jóvenes del barrio a la tarea social. Esta impronta influyó mucho para que posteriormente Vaudagna fuera presidente del Club Villa Lenci, y también de Juventud zona sur.
DE LLENO A LA POLÍTICA
Aprobado el estatuto de los partidos políticos, los hermanos Vaudagna no perdieron el tiempo y se afiliaron al Justicialismo en el histórico estudio de Ángel Castellanos, ubicado en Plaza Rocha. La elección de ese lugar obedecía a una larga amistad del histórico dirigente peronista con el padre de Oscar.
Abocado a terminar la escuela secundaria, la cual había abandonado en 1976 a instancias de su padre ante la gravedad de la situación política, en 1983 Oscar intentó terminar en un establecimiento de adultos, pero un hecho significativo se producía paralelamente a esta «deuda» pendiente. El 24 de marzo de 1984 se inauguró en 73 entre 23 y 24 la Unidad Básica Argentina Peronista, hoy la Agrupación Chacho Peñaloza que en la actualidad funciona en la calle 22 casi 75, como predestinada a metros de la Iglesia de Fatima .
«Era notable: solo habían pasado tres meses de la asunción de Raúl Alfonsín, era indudable una UB que era por demás atractiva, con tareas sociales, charlas, compañeros que venían a dictar clases de adoctrinamiento, afiliaciones y marchas a los paros de la CGT encabezados por Saúl Ubaldini», señala.
Y agrega: «Siempre digo que la creación de la Unidad Básica de alguna manera nos salvó a muchos jóvenes, nos alejó de la calle, de la esquina, allí nos formamos, dábamos charlas y clases de adoctrinamiento. Organizábamos actos y nos compenetrábamos con las actividades públicas. Hasta el día de hoy sigue funcionando en 22 entre 74 y 75, un lugar de formación política y social muy importante».
Oscar Vaudagna tuvo la oportunidad de conocer a los Papas Juan Pablo II en 2004 cuando participó de la beatificación de Sor María Ludovica junto a una comitiva de la Comuna local, y a Francisco en 2016 invitado especialmente por la prefectura de la Casa Pontificia. Fueron experiencias únicas para el dirigente
En 1986 participó e integró como congresal provincial la lista del Frente de Renovación y Unidad Peronista (FRUP).
Intentó un rumbo como precandidato a concejal en 1988 y 1991, pero la voluntad popular no lo acompañó: perdió en ambas oportunidades. Electo Julio Alak intendente, este lo designó en la recientemente creada Delegación San Lorenzo, hecho que marcó su vida y su carrera política.
«Siempre sostengo que los dirigentes sociales se forman en las instituciones barriales, por eso la tarea de esas entidades es muy importante. Tuve la suerte de presidir dos clubes de mi lugar de pertenencia»
«Esta designación como delegado en 1992 fue muy importante, un gran desafío porque no había centro comunal en San Lorenzo y tuvimos que crearlo. Los primeros pasos se dieron justamente en la parroquia de Fátima, con la participación de muchas instituciones y del sacerdote de aquel momento que era el padre Grimó. Fue una alegría porque era mi barrio, donde viví toda la vida, eso generaba una gran responsabilidad y la cercanía con los vecinos te va formando y preparando. Todo un aprendizaje por las obras realizadas, las tareas y la relación con los empleados municipales, por como me acompañaron en la gestión. Fue una etapa de mucho trabajo y muy linda de mi vida», cuenta Oscar a 90lineas.com.
Se hacía realidad un viejo proyecto de separar Villa Elvira de San Lorenzo. En 1995 renunció al cargo, reclamando más obras para el sur de la Ciudad. Volvió ese año a intentar ser concejal y perdió. Otra vez su destino político fue el llano. «Era el mejor lugar de aprendizaje», dice hoy con la experiencia ganada.
Durante ocho años Vaudagna integró ad honorem la Fundación Catedral, que tiene entre sus objetivos principales el mantenimiento y la administración del templo neogótico más importante de Sudamérica
Sin embargo, en 1997 fue electo concejal por la minoría partidaria. Tomy Díaz, su compañero, amigo y mentor, fue el gran artífice de ese logro. Fue reelecto en 2001 y 2005. En 2009 volvió a la tarea militante pero sin cargos.
Creó la Escuela de Derecho Municipal de La Plata Adolfo Korn Villafañe, para capacitar y predicar la autonomía municipal y la formación de militantes políticos. «Hemos trabajado mucho para esta escuela, es un lugar de formación para compañeros, militantes, que acompaña mi tarea como docente en la Universidad Católica de La Plata, desde un ámbito mucho más partidaria, es un entidad civil, sin fines de lucro».
Vaudagna es abogado y docente de la facultad de Derecho de la Universidad Católica desde hace 17 años. Fue miembro de la Fundación Catedral entre el 2010 y el 2018. En 2013, fue reelecto por cuarta vez concejal representando al Frente Renovador conducido por Sergio Massa. Fue Presidente de Bloque, y en el 2017 concluyó su mandato. Hasta el inicio de la pandemia, durante 12 años condujo por la televisión local, el programa “Ciudadanos ilustres”, donde entrevistaba a personalidades destacadas de la Región. Además, es escritor miembro de la SADE. Presentó en 2022 el libro “Le Corbusier en mi almohada: la historia de Amanda”, donde recrea una novela histórica a partir de la obra del famoso arquitecto en La Plata.
Este platense sigue trabajando para el bien de la comunidad, siempre predispuesto a dar una mano a los demás y con vocación de servicio, su corazón mira al sur y su presente con la experiencia del recorrido realizado lleva como sello el reconocimiento amistoso de miles y miles de vecinos y vecinas, quienes al verlo le acercan sus afectuosos saludos. Es lo que cosechó Oscar Vaudagna y seguramente lo que va a seguir cosechando siempre.