Por Roberto Pascual (Especial, 90 Líneas).-
El general Perón decía que la verdadera política, es la política internacional y a partir de esa premisa enarboló dos de las tradicionales banderas partidarias: “independencia económica y soberanía política” que junto a la “justicia social” forman la tríada conceptual del mayor movimiento histórico de la Argentina.
Y si desde lo conceptual “la independencia económica” y “la soberanía política” se asocian a “la tercera posición” distante o al menos no encolumnada a los dos grandes ejes enfrentados durante la Guerra Fría, la justicia social se emparentó con el crecimiento social de amplios sectores de la sociedad, claramente vinculada a las otras dos premisas y al avance del Estado de bienestar a nivel internacional de postguerra.
Si bien el peronismo logra verbalizar esta posición en su relación con el mundo, Argentina tradicionalmente mantuvo una firme neutralidad frente a los conflictos internacionales que ensangrentaron a la humanidad en el siglo pasado, eso pese a las severas controversias al interior del país buscando alinearlo con uno u otro polo en disputa.
Esa neutralidad llegó al punto que aún en gobiernos tan extremos como el de la última dictadura militar no se sumaron al embargo cerealero dispuesto por el gobierno del demócrata estadounidense Jimmy Carter a la Unión Soviética convirtiendo al país comunista en el principal comprador de carnes y granos argentinos, e hizo que las exportaciones se acercarían a los 3.000 millones de dólares anuales, casi un tercio del total que Argentina vendía por entonces al mundo.
Y esa neutralidad no significaba aislamiento, sino una visión de las relaciones internacionales que tendía a fortalecer a toda América latina como polo de poder en el mundo, que con la llegada de la democracia sumó nuevos defensores, como el radicalismo alfonsinista que la convirtió en uno de sus principios y al que adhirieron diversas fuerzas políticas.
Con el multilateralismo como norte, la defensa del medio ambiente como exigencia y la búsqueda de salidas pacíficas a los conflictos internacionales como método, los cuarenta años de democracia, salvo algunos períodos puntuales, fueron los emblemas de la política exterior argentina, protagonizando una y otra vez ofensivas internacionales para evitar o terminar con guerras o crisis sangrientas en distintas partes del mundo, en especial en América latina.
RANCIO DOGMATISMO
Al llegar Milei a la presidencia todo cambió. En parte por un dogmatismo rancio, pero también por una ignorancia supina sobre los cambios geopolíticos generados desde la caída del Muro de Berlín, de las nuevas potencias mundiales emergentes y de la inserción en el mundo de Argentina, como también de toda América latina en el marco de una asociación estratégica a la que ahora se le da la espalda.
La participación de Milei en un encuentro de Vox se produjo a pocos días de las cruciales elecciones parlamentarias europeas, donde la ultraderecha puede pasar a ocupar un rol más trascendente. Vox junto a sus aliados de la internacional ultra hablan de Europa Viva 24, que según el portal informativo español “elDiario.es” pasaron de oponerse a la Unión Europea a querer transformarla y a marcar la agenda como en el Pacto Migratorio recientemente aprobado. El domingo pasado Vox reunió en Madrid a Milei; al pinochetista chileno, José Antonio Kast, y a los principales referentes de la extrema derecha europea, como la francesa Marine Le Pen; el ex primer ministro de Polonia Mateusz Morawiezcki, el ministro de Asuntos de la Diáspora de Israel y combate contra el Antisemitismo, Amichai Chikli y videos de la jefa de Gobierno y líder del derechista de Fratelli´Italia Giorgia Meloni (además presidenta del grupo europeo ultra ECR donde se encuentran Vox y el PiS polaco) y el del primer ministro húngaro, Viktor Orbán.
En efecto, los datos de las encuestas apuntan a un avance de las fuerzas de extrema derecha en las próximas elecciones. Un ascenso que ya se ha evidenciado en el Consejo Europeo, donde apenas quedan gobiernos progresistas y crecen los de derechas con o sin la ultraderecha. Por eso si el Parlamento Europeo gira a la derecha, supondrá que la mayoría histórica que ha gobernado Europa desde el final de la Segunda Guerra Mundial marcado por la victoria ante el fascismo y el nazismo, es decir la alianza entre socialdemocracia, democristianos y liberales, puede girar para frenar agendas progresistas.
Fue en ese marco en que Milei salió con los tapones de punta a acusar sin miramientos a Begoña Gómez, la esposa de Pedro Sánchez de corrupta en respuesta al desafortunado discurso del ministro de Transporte español Óscar Puente quien interpretó que el presidente argentino actuaba bajo los efectos del “consumo de sustancias”.
La orden del ministro de Relaciones Exteriores José Manuel Albares a la embajadora en Buenos Aires de abandonar el país y dejar a la representación diplomática a cargo del encargado de negocios y la convocatoria para exigir una disculpa por los dichos de Milei al embajador argentino en Madrid, llevó las relaciones bilaterales al punto de la ruptura, mientras un Sánchez indignado afirmaba que «entre los gobiernos los afectos son libres pero el respeto es irrenunciable».
Con el correr de las horas la crisis bilateral con España siguió escalando con el mandatario argentino que lejos de retractarse sacó a relucir viejas cuitas, al recordar que el jefe del gobierno español no lo felicitó cuando fue electo cuando fue electo para ocupar la Casa Rosada o denunciar el apoyo, a su atender explícito a Sergio Massa en el proceso electoral del 2023.
Pero además con el transcurrir de las horas Milei sostuvo que la decisión del gobierno ibérico de retirar su embajadora en la Argentina fue un “disparate” y un “sinsentido”. “Todas las agresiones vinieron de parte de él y de su gobierno desde antes de las elecciones. Y todo este conflicto está alentado por el kirchnerismo para generarme problemas internos”, aseguró en una charla por un canal de noticias televisión por cable.
Además no se privó de lanzar epítetos como “arrogante”, “totalitario”, “personaje siniestro”, “rojito” (por socialista), “cobarde”, “ridículo” y “hazmerreir del mundo”, al tiempo que sostuvo que el jefe de gobierno español tiene un “complejo de inferioridad” frente a él y negó que el gobierno argentino replique la decisión al de España de retirar a su embajador. Tampoco se privó de asegurar que «a Pedrito Sánchez lo tengo match point», al cerrar frente a empresarios el congreso del Instituto Argentino de Ejecutivos y Finanzas (IAEF), ante la mirada atónita y alarmada de los asistentes.
Y ratificó una nueva visita al reino para el 21 de junio, cuando recibirá un premio que otorga un instituto ultraderechista, la Fundación Juan de Mariana, lo que generó un nuevo foco de tensión dado que el gobierno peninsular no descarta prohibirle la entrada al país y declararlo persona no grata.
DE ESPALDAS AL CONTINENTE Y A LA ANTARTIDA
Así mientras el Brasil de Lula lograba que su documental filmado por Oliver Stone recibiera una ovación interminable en el célebre Festival de Cine de Cannes, reiterando la condición de Luiz Inácio da Silva como uno de los jugadores estelares en la nueva arquitectura del mundo que se está forjando en este tiempo, Milei, por el contrario, busca colarse en el estrellato de la escena internacional por la puerta de atrás, con agravios ofensivos y posturas reaccionarias, mientras rechaza tener un rol protagónico al negarse a incorporarse a los BRICS+ y sumarse como vagón de cola a las políticas de Estados Unidos, país con el que más allá de poder compartir o no algunos valores “occidentales”, se tiene diferencias fácticas irreconciliables al ser rivales al menos en la actividad agropecuaria, en los mercados internacionales.
Es más, la guerra de Malvinas dejó en claro que la política exterior de la Casa Blanca siempre priorizará el eje Washington-Londres, en el conflicto irresuelto sobre el control del Atlántico Sur, pero con proyecciones cada vez más cercanas al futuro de la Antártida, que el Reino Unido reivindica precisamente por su presencia en el archipiélago usurpado.
Un tema conflictivo para la política exterior argentino, pero que ahora adquiere nuevas dimensiones después que científicos rusos descubrieron vastas reservas de petróleo y gas en la Antártida.
Además de todo lo anterior, no deja de estar en la mira el apoyo irrestricto al gobierno de Israel en su ofensiva en la Franja de Gaza, dejando de lado la tradicional postura nacional a favor de la paz en Medio Oriente. Los memoriosos recuerdan que fue el propio Perón quien convirtió a la Argentina en uno de los primeros países en reconocer al Estado de Israel. También mencionan que de la mano de Cristina Kirchner, Argentina reconoció como un país libre e independiente a Palestina.
Es más, las crecientes comunidades tanto judía como musulmana en el país siempre reclamaron negociaciones para alcanzar una solución al conflicto que costó miles de vidas desde hace 70 años y mantiene en vilo al mundo.
De allí que más allá de las posturas fundamentalistas del gobierno argentino que lo acercan al actual oficialismo israelí, es indudable que la Cancillería perdió la posibilidad de convertirse en un mediador potente entre dos comunidades con fuerte presencia en el país, y que a diferencia de lo que sucede en otros países del mundo, conviven en absoluta armonía al punto que las calles Estado de Israel y Estado de Palestina se cruzan en el barrio porteño de Almagro.
En el marco de estas desafortunadas posturas internacionales cabría la pregunta de si no corresponde una explicación más profunda tanto de la Cancillería como del propio Milei sobre las posiciones en materia internacional que impulsa La Libertad Avanza.
La virtual ruptura de relaciones con España a partir de lamentables declaraciones en un viaje donde su mayor logro en su presunta búsqueda de inversiones fue la exigua concurrencia de miembros de segunda línea del empresariado español, país que es uno de los dos principales inversores externos en la Argentina, con intereses en bancos como el Santander o el BBVA, en Telefónica, Acerinox, Abertis, Iberia, Air Europa, BBVA, Cabify, Dia, Dragados, Planeta, Hispasat, Indra, Mapfre o Meliá.
Pero la dura posición del jefe de Estado argentino hizo que Antonio Garamendi, presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) encabezara los reclamos del sector y se sumaron empresas de primera línea como Telefónica, Santander, BBVA, Iberia y Naturgy, entre otras se alinearan en defensa del gobernante ibérico.
La visita generó no sólo críticas en el reino, sino también en la Unión Europea, el jefe de la diplomacia de la organización, el catalán, Josep Borrell, condenó el exabrupto de Milei contra la esposa de Pedro Sánchez. A todo esto se conoció que el gobierno español analiza llevar la cuestión de la crisis diplomática a la Unión Europea pidiendo algún tipo de sanción contra la Argentina.
RECLAMO LEGISLATIVO
Legisladores de la oposición pedirán una sesión especial en la Cámara de Diputados para que la canciller Diana Mondino dé explicaciones sobre la «errática» política exterior del gobierno de Javier Milei. «Con todos los países de la región tenemos conflicto, así que creemos que es importante que la canciller nos diga hacia dónde van las políticas exteriores», señalan en su presentación el diputado nacional del Partido Socialista santafesino Esteban Paulón y su compañera de bancada, Mónica Fein, junto a diputados y diputadas de otros bloques.
Ya algunos referentes sociales argentinos, como el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel salieron a disculparse en nombre de los argentinos por los exabruptos presidenciales, una actitud que reprodujeron otras personalidades y referentes nacionales.
Pero a los efectos de minimizar los daños en la relación bilateral, además de pedir explicaciones a la canciller, bien correspondería a los legisladores de ambas cámara, o al menos de los bloques mayoritarios, salir a repudiar una orientación de política exterior tan dogmática, zigzagueante, amateur e irrespetuosa como la que encabeza Mondino. El tema también es lo suficientemente grave como para que el Congreso se ponga los pantalones largos para exigirle al Ejecutivo que deje de lado sus ambiciones de liderazgo del pensamiento liberal en el mundo y comience a ocupar el cargo para el cual fue elegido en las urnas.