Otro invento para aumentar el consumo en época de vacas flacas terminó en un escándalo de proporciones, en plena madrugada platense. Ayer se instauró, vaya a saber uno por qué, «El Día de la Hamburguesa», por lo cual había ofertas en todas las hamburguesería de la Ciudad. Claro, en estos tiempos en los que salir a comer hasta una pizza «cuesta un Perú», la gente aprovechó y la demanda fue sensiblemente superior a la de una jornada normal.
En el automac de McDonald´s de avenida 7 entre 42 y 43, la fila de autos, a las 10 de la noche, abarcaba media cuadra hasta 42, por esta calle hasta diagonal 74, por el diagonal hasta 43 y regresaba hacia 7 para por fin llegar a la ventanilla de despacho.
«Eran las 3 de la madrugada y todavía seguía en la fila, el despelote de tránsito en calle 42 era descomunal porque la cola de vehículos impedía la circulación, la cosa no avanzaba hasta que alguien avisó que ya habían cerrado porque se quedaron sin hamburguesas», contó a este medio un joven platense que concurrió con su novia al lugar.
Un pequeño detalle: al tratarse del sistema automac, los clientes habían abonado su combo con anticipación a través de una aplicación, con el respectivo descuento que llegaba como tope a $7.500, y es lógico, nadie quería quedarse con las manos y la panza vacías habiendo ya pagado.
La noticia se fue corriendo de auto en auto, había jóvenes y familias que estaban haciendo la fila desde antes de la medianoche y tipo 3 se enteraron que el local había bajado sus persianas. ¿Qué sucedió entonces? Mujeres, hombres, grandes, chicos, adolescentes y no tanto, comenzaron a descender de sus vehículos y se agolparon frente a la ventanilla de despacho. Al principio no había respuestas de los responsables del negocio y entonces, muchos y muchas ya furiosos, empezaron a golpear las puertas, las ventanas laterales, los vidrios, además de que los gritos y los insultos «llovían» desde todos los rincones de la cuadra de 7 entre 42 y 43 que a esa altura se asemejaba a una manifestación piquetera.
«Desde la devaluación de Milei nunca más habíamos podido traer a los chicos a comer una hamburguesa porque los combos superaron las 10 lucas, hoy aprovechamos la oferta pero nos quedamos sin nada, realmente estamos indignados», expresó el padre de una familia tipo que aguardaba una respuesta en la puerta del local.
La bronca crecía hasta que una empleada con su rostro que delataba el agotamiento de una jornada muy difícil, avisó que se organicen en otra fila (sí otra cola más) porque la solución era la entrega de tickets a aquellos que habían pagado sus combos. Entonces comenzaron con ese trámite que duró hasta pasadas las 3,30 de la madrugada.
«Si sabia de esto me compraba medio kilo de carne picada y hacía hamburguesas en mi casa, es un disparate, ni un trámite de IOMA dura tanto tiempo», se quejaba una vecina del barrio La Loma que se arrepintió de habar pagado por la aplicación.
Lo cierto es que el «Día de la Hamburguesa» terminó en un escándalo, con la gente indignada y con más hambre del que tenían. Los estómagos vacíos porque a esa hora encontrar algo abierto en la Ciudad es casi imposible. Sin embargo, algunos encontraron la solución. Si bien lamentablemente ya no existe Pumper Nic, muchos terminaron, como hacíamos en la gloriosa década del ´80, en el puestito de panchos de 13 y 39 (Pancho Villa). Ahí si pudieron comer tranquilos y sin escandalete.