gente en situación de calle
Por María Florencia Anzoátegui (para 90lineas.com)
«No damos abasto». La expresión comenzó a escucharse primero en los comedores y merenderos barriales, los cuales, por el aluvión de ‘nuevos pobres’ y la suspensión de entrega de alimentos por parte del Gobierno nacional (un combo fatal), llevó a las trabajadoras de esos sitios a tener que decirle «no hay más comida» a miles y miles de niños, niñas, ancianos y ancianas, aunque también, y cada día que pasa con mayor frecuencia, a vecinos y vecinas que perciben algún tipo de ingreso pero que no llegan a cubrir siquiera la canasta alimentaria. Luego, aquella frase se empezó a escuchar en muchas escuelas, fundamentalmente de barrios periféricos. ¿Se imaginan entonces a aquellos y aquellas que siempre trabajaron ayudando a personas en situación de calle, como, por caso, en decenas de parroquias? La situación es terriblemente angustiante.
«Siempre salimos a recorrer zonas de la ciudad para llevarle un plato de comida caliente y un abrigo a quienes están en situación de calle. Hasta que llegó un momento en que ni siquiera podíamos empezar la recorrida, ya que era tanta la gente que se agolpaba en las puertas de la parroquia que todo lo que teníamos se nos acababa allí mismo. Entonces uno se queda con un dolor en el pecho, porque sabe que hay decenas esperando algo que no llegará», contó a 90 Líneas uno de los responsables del grupo denominado «Vino la Vianda», que tiene su centro de operaciones en la Parroquia Nuestra Señora del Valle, situada en calle 57 entre 1 y 2 de la capital bonaerense, grupo que pertenece a la Pastoral Social de la Iglesia platense.
Sí, parece increíble, pero es tan real que da escalofríos: en el casco urbano de La Plata hay hambre. En el «granero del mundo» hay hambre. Las consecuencias de las políticas económicas y de las no-políticas sociales del Gobierno nacional se están haciendo sentir de un modo devastador. La primera ficha de dominó se volteó en diciembre, y hoy están cayendo de a cientas y miles a una velocidad que da miedo.
«Estamos muy preocupados y viviendo momentos muy dolorosos debido al incremento de personas que viven en la calle, y cada día que pasa el número aumenta paulatinamente fruto de la crisis social y económica que padecen los sectores más desprotegidos. Un ejemplo claro: en diciembre repartíamos 90 viandas, hoy estamos preparando 180»
«La Iglesia platense acompaña a personas en situación de calle desde hace muchísimo tiempo», dijeron a este medio en la parroquia de 57 entre 1 y 2, para advertir que una situación similar se está viviendo en cada templo donde hay grupos de fieles que trabajan con los más necesitados, a quienes desde hace unos meses se van sumando cada vez más vecinos y vecinas para colaborar. Pero… «no dan abasto».
«Nosotros lo hacemos a través de un grupo llamado ‘Vino la Vianda’, que pertenece a la Pastoral Social de la Iglesia Católica local. El grupo fue creado hace seis años y tiene su sede en la Parroquia Nuestra Señora del Valle. Allí se planifica el menú, se cocina y se embalan las viandas para finalmente salir a repartir en diferentes zonas de la ciudad, como, por ejemplo, la terminal de ómnibus, la estación de trenes, el centro, la zona del policlínico, del hospital Rossi y la avenida Circunvalación, entre otros sitios», contaron, para pasar a describir la situación actual.
Desde diciembre se duplicaron las viandas
«Estamos muy preocupados y viviendo momentos muy dolorosos debido al incremento de personas que viven en la calle, y cada día que pasa el número aumenta paulatinamente fruto de la crisis social y económica que padecen los sectores más desprotegidos. Un ejemplo claro: en diciembre repartíamos 90 viandas, hoy estamos preparando 180″, subrayaron.
«A eso tenemos que sumarle las casi 60 personas que atendemos en la parroquia, muchas de las cuales tienen techo pero, a la vez, necesidades alimentarias básicas, por lo que además de las viandas les entregamos alimentos envasados para poder ayudarlos en el difícil momento que atraviesan», describieron a media cuadra del estadio de Estudiantes.
Hace tan solo una semana, el Consejo Social de la UNLP presentó el informe 2024 sobre comedores comunitarios, merenderos y ollas populares. Allí resaltaron un dato que habla a las claras de la situación actual: «Las políticas provinciales y municipales de atención alimentaria (…) no alcanzan a compensar el retiro en la participación que, hasta diciembre de 2023, llevaba a cabo el Estado Nacional, dados los efectos en sus presupuestos de las políticas de ajuste estructural puestas en marcha». Es decir que los estamentos estatales provinciales y municipales…«no dan abasto».
«Desayuno y duchas»
En Nuestra Señora del Valle comentaron que «viendo que la situación económica afecta cada vez más a los más humildes, todos los viernes y sábados implantamos lo que llamamos ‘desayuno y duchas’, donde la gente de calle puede desayunar algo calentito y, además, higienizarse a través de una ducha donde le proveemos de toallas y todos los elementos de higiene».
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Para colmo, el frío
«Con las bajas temperaturas de la época, las personas que atendemos comenzaron a necesitar ropa de abrigo, entonces creamos un ropero comunitario, donde gracias a las donaciones de la gente podemos darle abrigo para que puedan sobrellevar este invierno de tan bajas temperaturas», dijeron integrantes del grupo «Vino la Vianda».
«Por suerte, la comunidad platense y Cáritas colaboran con nosotros», rescataron, para puntualizar que «en estos momentos las necesidades más urgentes pasan por conseguir frazadas, zapatillas para niños y adultos, ropa interior tanto para hombres como para mujeres, y en lo posible elementos de higiene personal».
«En cuanto a alimentos, nuestra prioridad pasa por conseguir fundamentalmente carne picada y todo tipo de frutas y verduras, como papas, zanahorias, cebollas, naranjas, mandarinas y otras», especificaron.
Todos los que quieran colaborar lo pueden hacer los días lunes, de 16 a 18,30, y de martes a viernes de 18,30 a 20 horas en la Parroquia Nuestra Señora del Valle, calle 57 entre 1 y 2.
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