Cada 13 de julio, en la Argentina, la devoción a María Rosa Mística congrega a miles de devotos en la parroquia platense Nuestra Señora De La Victoria. El templo se consagró en 1949 y, en la década de 1980, se convirtió en un lugar de peregrinación, con la llegada de la imagen de María Rosa Mística al templo.
En la esquina de la Calle 54 y 23 de la capital bonaerense, la difusión a la advocación por María Rosa Mística comenzó cuando el cura párroco, el presbítero Ángel Diamante D’ Auro, en 1985, tuvo la iniciativa de colocar una estampita de la Virgen, frente al altar.
Una novedad para los creyentes en torno a Rosa Mística ocurrió en las últimas horas. El Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) declaró que no encuentra, en los mensajes difundidos por Pierina Gilli, ningún elemento que contradiga las enseñanzas de la Iglesia católica sobre la fe y la moral. Esta declaración está incluida en una carta publicada este 8 de julio, firmada por el prefecto del Dicasterio, monseñor Víctor Manuel Fernández, y aprobada por el Papa Francisco.
La carta aborda la devoción a María Rosa Mística y los mensajes que Pierina Gilli afirma haber recibido de la Virgen María en 1947 y 1966. En la misiva, se destacan los aspectos positivos de estos mensajes, al tiempo que se señalan algunos elementos que requieren una aclaración para evitar malentendidos.
Un poco de historia
Las apariciones de María “Rosa Mística” y “Madre de la Iglesia” están asociadas a Fontanelle, ubicada al sur de Montichiari, en la provincia de Brescia, en el norte de Italia. Pierina Gilli, la vidente, nació en una familia de campesinos y trabajó como ama de casa y enfermera. Sus experiencias místicas abarcan dos períodos: la primera, en 1947, cuando la Virgen se le apareció con los títulos de “Rosa Mística” y “Madre de la Iglesia”; y la segunda en 1966, en Fontanelle. El 13 de mayo de 1966, la Virgen indicó un manantial específico como lugar de purificación y fuente de gracias. En 1966, se comenzó a construir un santuario en el lugar, diseñado como un anfiteatro abierto, con una capilla para celebraciones eucarísticas y una capilla más pequeña, que protegía el manantial.