argentina 9 de octubre de 2024
No hay mucho que decir.
O sí.
Pero no agregaríamos nada nuevo.
Estamos ante el gobierno más perverso, cruel, inhumano y cipayo de la historia, quitando desde ya las dictaduras.
Diputados comprados. Gobernadores arrodillados. Y -nobleza obliga- un importante sector de la sociedad que votó algo invotable y que hoy quiere comprar una máquina del tiempo. Tarde…
En 9 meses, la extrema derecha argentina ha iniciado la destrucción de todo lo que estaba muy bien, bien, regular, mal… Pero si algo funciona mal, se puede arreglar. Si se lo destruye, no se puede hacer absolutamente nada. Y ese, precisamente ese, es el Plan de Gobierno de la Ultradercha: eliminar, destruir, que no haya posibilidad de recuperarse.
Volver a un país que exporte materias primas como a finales del siglo XIX e inicios del XX, agregándole a los granos el petróleo, el gas y el litio, sin valor agregado alguno. Subdesarrollo cristalizado por décadas.
Ese modelo fue el que quiso imponer la dictadura cívico militar, pero no pudo, aunque dejó daños estructurales que duran hasta hoy; fue el del neoliberalismo de 1989 a 2001, aunque tampoco pudieron ponerle la frutilla al postre, pero avanzaron y mucho en el plan de ‘colonia próspera’ (próspera para 10/15 millones de habitantes, claro está); el macrismo fracasó por completo, y ahora vinieron a dar el golpe final, engañando a millones de pibes y pibas justificadamente enojados.
En 1974, Argentina tenía los índices de industrialización más importantes de su historia; pleno empleo; una pobreza (no extrema) del 8%; una deuda externa totalmente manejable; educación pública de calidad internacional; 65% de clase media; una sociedad culta.
El 24 de marzo de 1976 empezó el plan de destrucción.
Hoy se está cristalizando.
En la Argentina ultraderechista, sobran 30 millones de argentinas y argentinos.
…Se metieron con los estudiantes universitarios. Como la derecha chilena en 2019.
El (des)gobierno querrá hacer comparaciones. Hablará de ‘zurdos de mierda’, siempre a su ‘altura intelectual’.
No. Son argentinos y argentinas de bien. Los verdaderos argentinos y argentinas de bien.
Suena voluntarioso en medio de esta pesadilla infernal. Pero recordemos que ningún pueblo se suicida. Lucha siempre por su dignidad, con los dirigentes a la cabeza… o no.