Por Carolina de Soto
En los primeros 9 meses de 2024, en comparación con igual periodo del 2023, cada argentino/a consumió 6,6 Kg de carne vacuna menos.
Vale aclarar que ese es el promedio sobre la población general, por lo que está demás decir que el dato implica que millones de personas han dejado de consumir carne vacuna en el país de las vacas y los granos.
Según un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el consumo interno de carne vacuna en lo que transcurrió de 2024 se encuentra 11,3% por debajo del mismo periodo de 2023.
En términos de consumo por habitante, la caída es de 12,3% en los primeros 9 meses de 2024 con respecto a igual periodo de 2023.
Esto implica, como se dijo, una reducción de consumo de 6,6 Kg por habitante por año.
el peor nivel de consumo de carne desde 1998
En contraste al derrumbe del consumo interno, en el periodo analizado la industria frigorífica aumentó sus exportaciones cárnicas un 7,8% en comparación con enero-septiembre de 2023, alcanzando su nivel más alto en los últimos 6 años.
el peor nivel de consumo de carne desde 1998
La transferencia de ingresos desde los sectores populares a quienes ocupan la cúspide de la pirámide social argentina no se detiene, lo que implica que el proceso de concentración de la riqueza es el más feroz del que se tenga memoria.
Ya en julio de este año, un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario advertía que los jugosos bifes de carne vacuna se habían convertido en un lujo cada vez más privativo para la mayoría de los argentinos, quienes se vieron obligados a restringir de su dieta este alimento hasta hacer caer su consumo al mínimo en un siglo.
De proseguir la tendencia- decía el estudio- el consumo por habitante en 2024 cerrará en torno a los 44,8 kilos por habitante, el menor indicador desde 1920.
En Argentina, orgulloso de la calidad de su carne vacuna, el consumo promedio histórico de este alimento es de 72,9 kilos por año por habitante.
Así estamos, país.