El salario mínimo, vital y móvil tuvo una pérdida brutal de poder adquisitivo apenas asumido el gobierno actual, producto del efecto de la devaluación de la moneda y su impacto en los precios.
Tan brutal fue la cosa, que la comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza y de indigencia revela una situación peor que la del año 2001.
A saber:
- El salario mínimo en octubre sólo alcanzó para adquirir el 54,3% de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo,
- Y poco más de una cuarta parte de la canasta de pobreza (canasta básica total)
En los meses subsiguientes a la asunción de la extrema derecha, en el Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil fue la Secretaría de Trabajo la que determinó los aumentos nominales, que implicaron que se mantuviese prácticamente congelado. No hubo recuperación alguna para el salario mínimo, que en octubre, con $271.571, mostró un valor real 28,4% menor que en noviembre de 2023.
Esa pérdida se acumula con retrocesos de años anteriores: en cada uno de los años 2018, 2019 y 2020 el salario mínimo vio disminuir más de 10% su poder adquisitivo.
De este modo, en octubre de 2024 el poder de compra de este salario mínimo fue:
- 39,9% menor que en noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos,
- Y 54% menor que en noviembre de 2015
El retroceso histórico es tan grande que el valor real del salario mínimo ya es inferior al vigente durante la mayor parte de la década de 1990 y en la crisis final del régimen de convertibilidad, cuando esta política se había abandonado como herramienta para determinar pisos salariales e impulsar una menor desigualdad salarial.
Si no hubiese tenido lugar la pérdida de poder de compra del salario mínimo sucedida desde fines de 2015 a la fecha, en el pasado mes de octubre este salario hubiera sido superior a $590.000 medido en pesos de ese mes y hubiese representado más del 143% sobre la canasta básica alimentaria aludida.
peor que en el 2001