Fuente: El Destape.-
Las Abuelas de Plaza de Mayo restituyeron la identidad de un nuevo nieto. Se trata del 138, hijo de Marta Pourtalé y Carlos Villamayor, ambos fueron desaparecidos por la última dictadura cívico militar el 10 de diciembre de 1976, en la Ciudad de Buenos Aires (CABA). Marta, la mamá, estaba embarazada de 8 meses y medio. El anuncio estuvo, como siempre, a cargo de la presidenta de la asociación, Estela de Carlotto: “¡Cerrando el año con la felicidad de un nuevo encuentro, bienvenido nieto 138!”, leyó la primera línea del comunicado y el auditorio estalló en aplausos y gritos de felicidad.
A diferencia de otras ocasiones, la conferencia de prensa no se realizó en el espacio de ellas, sino que se mudó al auditorio de la Casa por la Identidad del Espacio Memoria y Derechos Humanos, Ex ESMA -ex centro clandestino de detención transformado en sitio de memoria-, ubicado en Avenida del Libertador 8151, en la CABA, donde también funciona la sede de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación que el Gobierno nacional está desmantelando con el despido de más de 400 personas.
«Son 138 los casos resueltos en estos 47 años de búsqueda inclaudicable de la verdad y de la identidad”, dijo Carlotto antes de comenzar a relatar la historia del nieto restituido.
Según contó la presidenta de Abuelas, Marta nació el 5 de mayo 1946, en Azul, provincia de Buenos Aires; Juan Carlos, el 28 de abril de 1955, y es oriundo de la Ciudad de Buenos Aires.
Hasta donde reconstruyeron de la organización, Juan Carlos y su hermana fueron criados por su mamá, su papá falleció cuando tenía un año. La familia vivía en José León Suarez, a los 11 años él empezó a trabajar en una zapatería de Boulogne, fue boyscout y sus allegados lo recuerdan como una persona sensible, solidaria y con iniciativa. Sus allegados contaron que le gustaba organizar bailes, era fanático de River y de la música. Admiraba a Papo, Alberto Spinetta y a los Rolling Stone. Trabajó en Fargo y en la fábrica Coloirín y lo apodaban «Negrolín«.Tenía 17 años cuando conoció a Marta, que era mayor que él.
Marta hizo el profesorado de historia en Azul, en el colegio normal y tuvo distintos trabajos como administrativa. El último en Entel, la empresa de telefonía. Cuando conoció a Juan Carlos ya tenía un hijo, Diego Antonio, con una pareja anterior. Cuando Juan Carlos cumplió los 21 años, le dio a Diego su apellido. La pareja militaba en Montoneros. A ella la apodaban La Negra o María y a él Ricardo o El Negro.
Juan Carlos y Marta fueron secuestrados de su domicilio en la Ciudad de Buenos Aires en un operativo perpetrado por personas vestidas de civil. Ella cursaba un embarazo de 8 meses y medio. Fueron vistos por última vez, en la Ex ESMA, «donde posiblemente se haya producido el nacimiento del nieto 138», dijo Carlotto y precisó que «al momento se tienen contabilizados más de 30 nacimientos» en ese ex centro clandestino.
Sus padres pensaban llamarlo Soledad o Manuel.
La búsqueda
El nieto también restituido Manuel Gonçalves Granada siguió con la lectura del comunicado, que detalló el recorrido de la búsqueda que hicieron los familiares de la pareja, que consistió en la presentación de habeas corpus, visitaron tribunales y cárceles, «sin éxito» -como hicieron tantas otras familias-, hasta que llegaron con una denuncia a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cuando el organismo internacional visitó el país para recopilar información sobre las violaciones a los derechos humanos que estaba cometiendo la dictadura cívico militar.
Carmen Morinigo, madre de Juan Carlos, fue quien mandó la carta al organismo interamericano y exigió saber qué había pasado con su nieto. Por otro lado, luego de que la pareja fuera secuestrada, Pedro, hermano de Marta recibió un llamado de la comisaría de Villa Ballester, norte de la provincia de Buenos Aires, para decirle que un niño -su sobrino- de 4 años había sido dejado allí, pero le negaron información sobre su hermana y su cuñado. Diego fue criado por sus tíos y siempre supo que esperaba un hermanito y lo buscó desde que tuvo memoria desde Abuelas.
En la reconstrucción de la historia, Gonçalves reivindicó los mecanismos creados en Argentina para la restitución de la identidad de las personas: desde Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, la unidad de investigación; el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) -impulso de los organismos de derechos humanos del país-, el Ministerio Público Fiscal, hasta de la Justicia en general. «Ayer el juez Daniel Rafecas le anunció al nieto 138 los resultados. Todo este proceso conjunto permitió la restitución de su identidad y abrió el camino hacia la verdad», marcó.
Las consecuencias de la dictadura en la actualidad
«La verdad siempre sale a la luz. Esta restitución, una vez más, da muestra de las consecuencias del terrorismo de Estado en el presente, de la necesidad de dar centralidad a las políticas de derechos humanos, para que los delitos de lesa humanidad cesen», sostuvo Carlotto, al frente del micrófono una vez más, en reclamo al cierre y el desmantelamiento de las políticas por parte del Gobierno negacionista de Javier Milei. La Conadi, el BNDG «fueron indispensables para la resolución del caso», sentenció Carlotto.
La presidenta de Abuelas, además, destacó el rol de la Secretaría de Derechos Humanos (SDH), que está bajo acecho del Gobierno nacional. «En la consolidación de nuestra democracia la SDH ha acompañado nuestra lucha en búsqueda de las respuestas que los perpetradores nunca nos han querido dar», apuntó Carlotto y denunció el ajuste «brutal» que atraviesa.
«El delito más aberrante de la dictadura se hace evidente en cada restitución: mantener viva a una mujer embarazada, someterla a las peores vejaciones hasta dar a luz a su bebé, en condiciones inhumanas para luego robarle a su hijo y sustituir su identidad», describió sobre lo que padeció Marta en la clandestinidad de su detención. «Aunque tarde, con este encuentro, el crimen cesa. El pueblo argentino ya ha repudiado estos crímenes horrendos por eso llamaos a que lo siga haciendo. Pedimos que se sostenga el trabajo de la SDH, una herramienta imprescindible para la defensa de estos derechos fundamentales«, pidió.
Al hijo de Marta y Juan Carlos, que no estuvo presente en el lugar, le dedicaron un mensaje de amor para que pueda «reconstruir el vínculo de amor con la familia que siempre lo quiso».
«Seguiremos buscando a los más de 300 nietos y nietas que aún faltan», cerró.
