“La verdad es que los temas de las soberanías con un país tan grande como el que tenemos nunca los entiendo mucho. Nosotros no tenemos un problema como los israelíes, que tienen problemas de espacio. Acá lo nuestro es casi un amor propio. Es más, creo que las islas Malvinas serían un fuerte déficit adicional para la Argentina. Tengo entendido que al Tesoro de Inglaterra le cuesta bastante plata por año”.
La declaración corresponde a Mauricio Macri.
Sí, aunque usted no lo crea, lo dijo. Fue publicada en el diario Página 12 en enero de 1997, en el marco de una entrevista que le realizaron durante sus vacaciones en Punta del Este con motivo de su intención de comenzar a hacer política. Aquí está el archivo que así lo certifica…
Macri finalmente se lanzó a la arena política. En 2005 fue diputado nacional; entre 2007 y 2015, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y desde el 10 de diciembre de 2015 hasta el 10 de diciembre de 2019, presidente de la Nación. Fue entonces cuando pudo llevar a la práctica sus cipayas ideas sobre las Islas Malvinas.
Aquí el artículo «Macri: las Malvinas serían un fuerte déficit adicional para la Argentina», donde se explica en detalle el Pacto Foradori- Duncan que comenzó a poner en práctica las ideas «soberanistas» del líder de Pro, dándole a Gran Bretaña vía libre para “la explotación del comercio, pesca, navegación e hidrocarburos” en zonas del Mar Argentino.
“Nuestra lucha de argentinos debe ser doble: contra el enemigo extranjero que invade y contra el enemigo de dentro que entrega” (Arturo Jauretche)
Que decidan los ¿malvinenses?
Ayer, 2 de abril de 2025, en el acto por el Día del Veterano y los caídos en la Guerra de Malvinas, el presidente de ultraderecha Javier Milei habló sólo 6 minutos, según contabilizaron los colegas de La Política Online, y dijo algo (quizás) peor: «Lamentablemente, durante las últimas décadas, nuestra demanda soberana por las Islas fue damnificada de forma directa e indirecta por las decisiones económicas, diplomáticas y militares de la casta política. Nadie puede tomar en serio el reclamo de una Nación cuya dirigencia es reconocida en el mundo por su corrupción e incompetencia«, inició Milei, como hablando del gobierno que él mismo encabeza.
Siguió: «‘Y si de soberanía sobre las Malvinas se trata, nosotros siempre dejamos claro que el voto más importante de todos es el que se hace con los pies, y anhelamos que los malvinenses decidan algún día votarnos por los pies a nosotros’, dijo en el punto más delicado de su discurso, que avala el principio de autodeterminación de los isleños, el argumento que sostiene el Reino Unido para justificar su ocupación ilegal de las islas».
Sí, aunque usted no lo crea, lo dijo. Y llamó a los kelpers «malvinenses», casi cariñosamente.
Luego desvarió: no nos correspondería ser soberanos porque no somos potencia económica; cuando lo seamos (se supone que con su gobierno, que está por condenar a varias generaciones a los dictados del FMI), los «malvinenses» votarían por ser argentinos.
«Por eso buscamos ser una potencia a punto tal que ellos prefieran ser argentinos, y ni siquiera haga falta usar la disuasión o el convencimiento para lograrlo. Y por eso mismo emprendimos el camino liberador que estamos trabajando» (Milei dixit).
“Toda nuestra cultura ha sido, hasta hace poco, el resultado de la transculturación. Aún en el vocabulario se observa ese fenómeno: es el caso de la opción entre derecha e izquierda que no podemos sacarnos de encima. Esa es una opción transculturada. Nacional o antinacional: esa es la cuestión” (Arturo Jauretche)
LPO apuntó que «este argumento lleva de manera implícita una defección del reclamo de soberanía de las islas, al menos hasta el indeterminado momento en que la Argentina se convierta en una ‘potencia’. Arrasa además con toda la construcción del derecho internacional que busca evitar precisamente eso: que la ley sea la que impone el más fuerte, como ocurrió excatamente en el caso de Malvinas». Y cita al ex diputado nacional Alejandro «Topo» Rodríguez, quien explicó: «El principio de autodeterminación no es aplicable a Malvinas porque el Reino Unido ocupó por la fuerza las islas en 1833, expulsó a su población originaria no permitiendo su regreso, vulnerando la integridad territorial argentina«.
¡Exactamente!
A continuación presentamos un excelente escrito publicado por la Cancillería Argentina el 3 de enero de 2021 en la página web del MERCOSUR, donde se explica con claridad meridiana por qué las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes fueron, son y serán argentinos.
El escrito es extenso y se puede leer en esta nota que 90 Líneas publicó el 3 de enero de 2024. Pero vaya esta parte medular:
«En 1820, el coronel de la Marina argentina David Jewett llevó a cabo el primer izamiento de la bandera argentina en las Islas Malvinas, y concretó la toma solemne de posesión en las Islas Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata. El gobierno argentino procedió también al dictado de normas y al establecimiento de las estructuras jurídicas y administrativas que consolidaron el ejercicio pleno de su soberanía, incluyendo el fomento al desarrollo de actividades comerciales y el establecimiento de población, culminando en la creación, el 10 de junio de 1829, de la Comandancia Política y Militar de las Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos.
«Sin embargo, el 3 de enero de 1833 dicho ejercicio efectivo de la soberanía fue interrumpido mediante un acto de fuerza por parte del Reino Unido, que ocupó ilegalmente las islas expulsando a las legítimas autoridades argentinas allí asentadas, llevando súbditos británicos para poblarlas e instaurando desde entonces medidas restrictivas para reducir y evitar el asentamiento del pueblo argentino en las Malvinas. El acto de fuerza de 1833, llevado a cabo en tiempo de paz, sin que mediara comunicación ni declaración previa alguna de parte de un gobierno amigo de la República Argentina, fue inmediatamente rechazado y protestado, y desde entonces todos los gobiernos argentinos han reafirmado ininterrumpidamente sus legítimos e imprescriptibles derechos de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.
«La existencia de la disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte fue reconocida por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante la Resolución 2065 (XX) adoptada en 1965. Esta resolución, adoptada sin ningún voto en contra, y en el marco del objetivo de poner fin al colonialismo en todas sus formas y manifestaciones, consagra el llamado de la comunidad internacional a proceder sin demora a negociaciones bilaterales entre Reino Unido y la Argentina que permitan encontrar una solución pacífica a la disputa de soberanía teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las Islas».
¿Puede un país soportar dos presidentes flagrantemente cipayos con menos de 4 años de diferencia entre el uno y el otro? Parece que sí. O veremos qué sucede en las elecciones de este año y, sobre todo, en las de 2027. Pero tal como dice el documento del Partido Justicialista que adjuntamos, la integridad territorial argentina está en riesgo.