¿Qué implica el triduo pascual de Semana Santa?
Como en un tríptico, está conformado por las celebraciones principales:
- La misa de la última cena
- La conmemoración de la pasión
- La vigilia pascual a la espera de la resurrección
Las diferentes fases del «misterio pascual» se extienden a lo largo de los tres días como en un tríptico: cada uno de los tres cuadros ilustra una parte de la escena; juntos forman un todo. Cada cuadro es en sí completo, pero debe ser visto en relación con los otros dos.
Así lo expresa la liturgia: ‘Cristo redimió (salvó, liberó, perdonó) al género humano y dio perfecta gloria a Dios, principalmente a través de su misterio pascual: muriendo destruyó la muerte y resucitando restauró la vida. El triduo pascual de la pasión y resurrección de Cristo es, por tanto, la culminación de todo el año litúrgico’.
Dios, para salvar a la humanidad, sacrificó a su propio hijo enviándolo a la tierra. La vida y obra de Jesús marcó el camino: nació pobre y vivió pobre entre los pobres, los enfermos, los desechados por la sociedad de su época y por la Iglesia de su época; vivió y evangelizó entre «los descartados», como dice el Papa Francisco. Enfrentó al poder eclesiástico del momento desnudando su tremenda hipocresía:
Jesús se dirigió entonces a la gente y a sus propios discípulos y les dijo:
— Los maestros de la ley y los fariseos han sido los encargados de interpretar la ley de Moisés. Obedecedlos, pues, y cumplid cuanto os digan; pero no imitéis su conducta, porque ellos mismos no hacen lo que enseñan: echan cargas pesadas e insoportables sobre los hombros de los demás, pero ellos no están dispuestos a mover ni siquiera un dedo para llevarlas. Todo lo hacen para que la gente los vea. Usan filacterias más anchas y flecos más largos que ningún otro; les gusta ocupar los primeros puestos en los banquetes, sentarse en los lugares preferentes en las sinagogas, ser saludados en público y que la gente los llame “maestros”. Vosotros, en cambio, no os hagáis llamar “maestro”; vuestro único maestro es Cristo y todos vosotros sois hermanos unos de otros. Ni tampoco llaméis a nadie “padre vuestro” en este mundo, porque vuestro único Padre es el del cielo. Ni tampoco os hagáis llamar “maestros”, porque vuestro único maestro es Cristo. El más grande entre vosotros será el que se ponga al servicio de los demás. Al que se ensalce a sí mismo, Dios lo humillará; pero al que se humille a sí mismo, Dios lo ensalzará.
¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que cerráis a la gente la entrada en el reino de los cielos! Ni entráis vosotros ni dejáis entrar a los que quieren entrar. (Mateo 23: 1-13)
qué celebra el cristianismo

Los tres días, que comienzan con la misa vespertina del Jueves Santo y concluyen con la oración de vísperas del Domingo de Pascua, forman una unidad, y como tal deben ser considerados.
Por consiguiente, la pascua cristiana consiste esencialmente en una celebración de tres días, que comprende las partes sombrías y las facetas brillantes del misterio salvífico de Cristo.
«Jesús es tentado en la cruz para pensar en él y sólo en él. Pero Jesús nos amó y nos salvó, dio su vida por nosotros. Y nosotros, que somos sus discípulos, también tenemos que apartarnos de esa tentación que muchas veces escuchamos en nuestro mundo de hoy: ‘salvate a vos mismo’, ‘hacé la tuya’, ‘no pensés en los demás’ … Ese ‘salvate a vos mismo’ termina en el todos contra todos. Y terminan más lastimados los más frágiles» (Padre Gustavo Carrara, arzobispo de La Plata)
Jueves Santo
El Jueves Santo se celebra la Misa Crismal, en la que se consagra el santo crisma (crisma es uno de los aceites santos usados en la Iglesia católica, tanto romana como ortodoxa, y en las Iglesias orientales en determinadas ceremonias), se bendicen los óleos que se utilizarán en los sacramentos durante el año y se renuevan las promesas sacerdotales. De acuerdo con las indicaciones de la Congregación para el Culto Divino, las conferencias episcopales pueden trasladar esta fecha. En la Argentina, en algunas jurisdicciones eclesiásticas ya se celebró.
Ese día también se celebra la misa de la Cena del Señor (popularmente conocida como «la última cena»). En esta Eucaristía la Iglesia revive la despedida de Jesús y celebra la caridad fraterna a través de dos gestos: el testimonial, con el lavatorio de los pies, y el sacramental, con la institución de la Eucaristía en la Última Cena del Señor (el lavado de los pies recuerda el gesto que tuvo Jesús hacia los discípulos en la última cena, con un claro mensaje a todos los cristianos: Si yo, Dios hecho hombre, los sirvo a ustedes, deben hacer lo mismo con todas las personas; la eucaristía es el acto en que Cristo pide que lo conmemoremos con el pan simbolizando su cuerpo y el vino simbolizando su sangre «que será derramada por vosostros», dijo a los apóstoles que en ese momento no entendían absolutamente nada). Algunos obispos repiten ese gesto servicial en cárceles, hogares de recuperación de adictos, geriátricos, hospitales, tal como lo solía hacer el Papa Francisco.
Posteriormente, se acompaña a Jesús en la Hora Santa. En el Huerto de los Olivos, Jesús vive de manera anticipada su Pasión y Muerte. Es entregado por Judas y abandonado por los demás discípulos, ganados por un temor indescriptible. Es tradición visitar siete «monumentos» (iglesias) entre la noche del Jueves Santo y antes de los oficios del Viernes Santo. En el monumento se resalta la Eucaristía y se expone de manera solemne para la adoración de los fieles.
Viernes Santo
El Viernes Santo, jornada dedicada a la solemne acción litúrgica de la pasión y muerte de Jesucristo. Es el único día del año que no se celebra la Eucaristía. Es un día de silencio para recordar la crucifixión de Cristo.
En las iglesias se cubren las imágenes con una tela morada, igual que el crucifijo, y el sagrario está abierto para indicar que Jesús no está.
El Viernes Santo se vive de varias maneras: Guardando ayuno y abstinencia; acompañando a Jesús meditando el viacrucis; meditando las siete palabras de Jesús, que son las últimas siete frases que pronunció Jesús antes de su muerte; participando en la Adoración a la Cruz, con amor, respeto y devoción.
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Sábado Santo
El sábado es un día para la meditación, paz y reposo, sin misa ni comunión, y con el altar desnudo.
En la noche se celebra la solemne vigilia pascual, en la que los cristianos celebran la Resurrección de Cristo, la esperanza de la salvación del mundo. Se bendice el fuego nuevo y el cirio pascual, se hace el anuncio pascual, se leen las lecturas bíblicas que narra el plan salvador de Dios, se canta el Gloria, se repican las campanas para anunciar que Cristo ha resucitado y se renuevan las promesas bautismales.
Domingo de Resurrección
Es el día más importante del año. Jesucristo resucitó. Jesús cumplió su promesa y nos salvó a todos. No cabe la menor duda de la importancia de este acontecimiento histórico que incumbe a toda la humanidad. Se celebra la misa de la Resurrección del Señor. En Roma, el Santo Padre imparte al mundo la bendición Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo) para anunciar al mundo la alegría de Jesús Resucitado.
Fuentes: Aica y Redacción 90 Líneas
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