larga fila para despedir al papa
“Las personas migrantes, refugiadas, desplazadas y las víctimas de la trata se han convertido en emblema de la exclusión, porque, además de soportar dificultades por su misma condición, con frecuencia son objeto de juicios negativos, puesto que se las considera responsables de los males sociales.
«La actitud hacia ellas constituye una señal de alarma, que nos advierte de la decadencia moral a la que nos enfrentamos si seguimos dando espacio a la cultura del descarte”.
Con esa cita textual delPapa Francisco, el colega Rubén Cruz, de Vida Nueva Digital, inició su nota sobre la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2019, que se llevó a cabo bajo el título ‘No se trata solo de migrantes’… El pensamiento de Francisco en estado puro, en dos breves párrafos.
Hace unos 2.025 años
Trasladémonos por un instante al año cero. Imaginemos que al pie de la cruz, donde Jesús murió asesinado a manos de la Iglesia de ese tiempo y de los romanos, junto a su madre María, a María Magdalena, a Juan apóstol, se hubiesen reunido ‘representantes’ de sus más fieles seguidores, es decir, los más pobres de la sociedad, los condenados por la justicia, las prostitutas, los leprosos y las víctimas de otras enfermedades, los discapacitados (recordemos por un instante que, en aquel tiempo, cualquier enfermedad o discapacidad era considerada un castigo de Dios y a la persona se la descartaba enviándola fuera de las ciudades), muchísimas mujeres (durante la época de las primeras comunidades cristianas, tras la resurrección de Cristo, muchos romanos decían que el cristianismo era una ‘religión de mujeres’ para insultarlo y desprestigiarlo), samaritanos, publicanos y un largo etcétera. ¿Qué hubiese ocurrido?
Muchos guardias hubieran salido corriendo por temor a contagiarse alguna enfermedad. Otros, sin dudas, hubiesen atacado a esos grupos provocando una matanza. Lo cierto es que resulta imposible imaginar que su presencia allí no provocara una violenta y letal reacción.
Aquí y ahora
Desde el miércoles 23 de abril hasta el viernes 25 por la tarde-noche hora italiana (salvo algún cambio en los planes), se ha visto totalmente desbordado el funeral del Papa Francisco a causa de la multitud de creyentes y no creyentes que quieren darle el último adiós.
Edoardo Giribaldi, deVatican News, ha titulado que en la fila hay cientos de personas sin hogar, jóvenes -muchos jóvenes-, aficionados al fútbol. También hay integrantes del colectivo LGBTIQ, pobres-pobrisimos (que el primer mundo también los tiene, ¿eh?), migrantes y refugiados. A estos últimos, el sábado 26 a media mañana (hora italiana) se sumarán prisioneros de la cárcel de Rebibbia, donde el 26 de diciembre Francisco tuvo uno de los gestos más simbólicos de su pontificado: la apertura de la Puerta Santa en una unidad penitenciaria. (El 26 de diciembre de 2024, el Papa Francisco abrirá la Puerta Santa en la cárcel romana de Rebibbia, marcando un momento único en la historia de los Jubileos ordinarios. De hecho, será la primera vez que, además de las Puertas Santas que como es habitual se abrirán en las cuatro Basílicas papales romanas, también se abrirá una en una penitenciaría –www.iubilaeum2025.va).
Todo esto no es casualidad. En absoluto. Es la consecuencia del apostolado de Francisco, que los medios hegemónicos se encargaron de tapar o tergiversar durante los 12 años de su pontificado.
Lo hemos dicho más de una vez desde 90 Líneas: el Papa Francisco molestó y sigue molestando; a los poderosos, a los cristianos en general y católicos en particular que se creen privilegiados –«al final caerán pues no tienen consistencia», advirtió-, a obispos, arzobispos y sacerdotes conservadores y ultraconservadores que se rasgaban las vestiduras cada vez que Francisco decía que la Iglesia debe ser pobre y para los pobres; cada vez que Francisco decía que la economía neoliberal excluye y mata; cada vez que Francisco se reunía con los sin techo ni tierra ni trabajo, a los que calificó de «derechos sagrados»; cada vez que se mezclaba con transgéneros, con el colectivo LGBT con el cual trabaja en las afueras de Roma desde hace más de 50 años su íntima amiga, la hermana Genevieve -sobrina de Léonie Duquet, una de las dos monjas francesas detenidas-desaparecidas por la dictadura argentina-; cuando le dijo públicamente a Celia, la joven española no binaria, que la Iglesia no podía rechazar a nadie, que todos y todas son hijos e hijas de Dios, y que, por el contrario, la Iglesia debe abrirse cada vez más para que entren «todos, todos, todos…»; cada vez que ponía sobre la mesa el tema del cambio climático y de las responsabilidades de cada uno; cada vez que abordaba sin pelos en la lengua el tema de la trata de personas, de los niños soldados, del hambre en un mundo cada día más rico, y de su mensaje de PAZ que condenaba, por igual, todas las guerras vigentes en el mundo, a las cuales llegó a definir como la tercera guerra mundial «en partes», mientras EEUU y Europa armaban a Ucrania y tantísimos miraban hacia un costado para no ‘enterarse’ del genocidio en Gaza.
larga fila para despedir al papa

«Si efectivamente ‘los pobres son el pasaporte al Paraíso’, como dijo en la misa de la Jornada Mundial de los Pobres 2017, el pasaporte del Papa Francisco está lleno de sellos adheridos.
«Cada uno empapado en la tinta de un rostro, de una historia, de un sueño… Y no faltan las páginas en blanco. Siguen llenándose, mientras los fieles, a medida que el sol empieza a asomar por las cúpulas de Roma, comienzan a animar la Via della Conciliazione. Un torrente silencioso que fluye también hoy -viernes 25 de abril- y converge hacia el corazón de la Basílica de San Pedro, donde el cuerpo del Pontífice se expone por tercer y último día a la veneración del mundo«.
Hermosa «pintura» del colegaEdoardo Giribaldi en Vatican News, bajo el título «Personas sin hogar, jóvenes, aficionados al fútbol: la larga fila para despedirse del Papa», acompañada en la bajada por una breve pero contundente descripción: «La variedad de rostros que, por tercer día, abarrotaron la Via della Conciliazione para rendir homenaje a Francisco. Lo que emerge es el rasgo más auténtico de su pontificado: una transversalidad capaz de ‘impactar’ hasta las periferias del mundo y de la sociedad».
El sábado 26 a media mañana, cuando el cuerpo de Francisco sea llevado a la basílica Santa Maria Maggiore, y tal como él lo pidió sea enterrado con una sencillez jesuita, habrá un grupo conformado por «los ‘últimos’ de la sociedad. Esta vez será un privilegio ser los últimos: los últimos en despedir a Francisco antes del entierro del féretro»(Migrantes, transgéneros, pobres, prisioneros, en el último adiós a Francisco – Vatican News).
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas!, porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. 28 Así también vosotros, por fuera parecéis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y de iniquidad. (Mateo 23:27-28).
Lo dijo Jesucristo hace unos 2.025 años. Hoy siguen estando. Dentro y fuera de la Iglesia. Siempre en el poder o cerca del poder. Desde dentro, conspirando para convertir a la Iglesia en un lugar prohibido para los descartados por la sociedad que endiosa al dinero, en un nuevo sepulcro blanqueado, y cerrado a todos los que ayer siguieron a Jesús y hoy empezaron a acercarse a la Iglesia en Asia, África, Latinoamérica y algunos sitios de Europa gracias al Papa Francisco; y fuera, convirtiendo al mundo, a la velocidad de la luz, en el más desigual, social y económicamente hablando, de la historia.
¡Cómo se te extrañará hermano Francisco!
Dios quiera que llegue en tu lugar otro hermano que profundice el camino que iniciaste.
larga fila para despedir al papa